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Burnett, más cerca de casa con Filis

CLEARWATER, Fla. -- En Pirates City, Jason Grilli ya bromeaba refiriéndose el domingo a A.J. Burnett como "el fantasma de A.J.".

Pero, mientras los Piratas comenzaban su primer día oficial de La Vida Después de A.J., quien fuera su as estaba frente a las cámaras vistiendo su nuevo uniforme de los Filis, intentando explicar una frase que sus viejos amigos en Pittsburgh están intentando descifrar todavía.

Estas fueron las palabras que pronunció el pasado otoño: "Volveré con los Piratas o me retiraré".

Y aquí, para su lectura cuidadosa, les presentamos las palabas que dijo el domingo cuando, al final, él terminó eligiendo la opción C -- y no la (A) volver a los Piratas o (B) retirarse:

"En ese punto, en ese momento, ahí es donde estaba", dijo Burnett, en el día en que se anunció oficialmente su contrato de un año con los Filis. "Saben, fue un año muy largo. Fue un año sensacional. Divertido. Pero cuando dije eso, en ese momento, es donde me encontraba, con mi familia y mis pensamientos. No me apegué a eso, obviamente".

Correcto. Obviamente. Lo que hizo, dijo repetidamente el domingo, fue hacer una elección de vida. Una elección para jugar tan cerca de su familia en Maryland -- "a una distancia corta", hora y media de Filadelfia, dijo -- como fuera posible.

(Ahora, para ustedes, genios de la geografía, sí, es correcto que Washington y Baltimore están más cerca de Monkton, Md. de lo que está Filadelfia. Tan cerca, de hecho, que él pudo haber eliminado una que otra escala. Pero cuando se le preguntó el domingo qué tanto interés tuvo de los dos equipos que juegan en esas ciudades, Burnett respondió, concisamente, "No mucho". Ahí lo tienen. Ahora, es momento de que busquen en Google Maps).

Mientras tanto, en el campamento de los Piratas, si inyectaran el suero de la verdad a los directivos del equipo, hay una buena oportunidad de que ellos crearan la teoría de que la elección de Burnett fue igual de importante respecto al dinero como a la corta distancia de traslado. Pero sus antiguos compañeros optaron por la ruta diplomática, como señal de respeto a todo lo que hizo Burnett, dentro y fuera del campo, en sus dos temporadas con Pittsburgh.

"Lo que la gente no se da cuenta", dice Grilli, "es que él tiene mayor fanfarria y unos compañeros de equipo más grandes en casa. Todos los tenemos. Y a vida familiar es muy retadora en este oficio. Así que no lo culpo por elegir estar cerca de su familia. Nadie puede culpar a alguien por eso. Su familia, son buenas personas. Y sé que sus hijos estarán muy emocionados. Sé que tiene dos hijos que lo idolatran. Así que probablemente ellos dijeron, 'Papá, todavía queremos que juegues'".

Burnett, de hecho, tiene dos hijos, de 9 años (Ashton) y de 12 años (Allan Jr.). Él los entrena en básquetbol. Es un padre dedicado. Y no hay nada mejor que un jugador que le da a sus hijos la oportunidad de apreciar verdaderamente el oficio que tiene su padre.

Pero nadie debe ignorar que, de hecho, también hubo un componente financiero para esta decisión—específicamente la diferencia entre la oferta de los Filis (un año, $16 millones, más una opción mutua y/o del jugador que podría agregar hasta $14 millones más), y lo que los Piratas estaban dispuestos a pagarle (supuestamente alrededor de $12 millones por un año).

Sin embargo, ese componente fue el que Burnett se aseguró de minimizar.

Cuando se le preguntó si estuvo en realidad cerca de firmar de nuevo con los Piratas, dijo: "Estuvo cerca por ambas partes. Pero, ¿saben algo? Lo pondré de forma sencilla. Por primera vez en mi carrera, tomé una decisión que no se trató de A.J. Burnett. Se trató de mi esposa. Se trató de mis hijos. Se trató de jugar en algún sitio cercano a casa, donde todavía puede hacer lo que me gusta. Y eso se siente bien. No hubo mucho qué pensar".

Sin embargo, es un contrato complicado, uno que refleja tanto el deseo de Burnett por lanzar cerca de casa y que él todavía quería recibir un sueldo acorde a su valor de mercado, luego de una campaña en donde encabezó la Liga Nacional en promedio de ponches con 9.8 ponches por cada nueve innings).

Además de su suelo de $15 millones este año, señalan fuentes, hay una opción mutua que vale otros $15 millones, o una cláusula de recisión de $1 millón. Así que bajo ese escenario, él podría ganar $30 millones en las próximas dos temporadas, más incentivos.

Pero, incluso si ambas partes no ejercen esa opción, Burnett tiene también una opción de jugador para 2015 que podría valer entre $7.5 millones y $12.75 millones, dependiendo de su actuación esta temporada. Y luego están los $1.75 millones que una fuente describió como bonos de rendimiento "alcanzables" en cada una de las dos campañas.

Igual de significativo es que él tiene una cláusula limitada para vetar canjes, que le permite bloquear a 20 equipos, nombrando a solamente nueve equipos con los que estaría de acuerdo para ser canjeado. Así que entre su salario, la estructura de su contrato y la cláusula de vetar canjes, él sería más difícil de cambiar en julio que el veterano promedio con contrato de un año -- a menos que él quiera ser canjeado.

Pero, cuando se le preguntó qué tan importante era la cláusula para vetar canjes, Burnett respondió, riéndose: "Tuvo algo que ver, supongo. Pero, siendo honestos, no conozco todas las cláusulas de mi contrato".

"Es una cláusula limitada de veto", dijo su nuevo gerente general, Rubén Amaro Jr., a dos pies de distancia.

"OK", dijo Burnett, con una risa más grande. "Ya veremos el resto del contrato posteriormente".

Bueno, ellos tendrán mucho tiempo para revisar cada detalle porque, como señala esa brillante gorra roja indicaba claramente, A.J. Burnett ya no está más en Pittsburgh, Toto.