Cuando falleció a los 38 años de edad, mientras aún estaba activo en las Grandes Ligas, Roberto Clemente ya había acumulado todos los méritos necesarios para ser el primer pelotero latinoamericano con una placa en el Salón de la Fama de Cooperstown.
Pero la trágica muerte del legendario jugador puertorriqueño en un accidente aéreo el 31 de diciembre de 1972, mientras transportaba ayuda a los damnificados del terremoto que había azotado a Nicaragua una semana antes, frustró la posibilidad de que el carolinense siguiera persiguiendo una de sus metas después del retiro: Ser uno de los primeros mánagers negros en la historia de la MLB.
Clemente, cuyo lujoso resumé incluía tres mil hits (440 dobles, 240 jonrones y 166 triples), 94.8 WAR, 15 invitaciones al Juego de Estrellas, 12 Guantes de Oro, cuatro títulos de bateo, dos anillos de la Serie Mundial, un premio de Jugador Más Valioso y un promedio vitalicio de .317 en 18 temporadas con los Pittsburgh Pirates, fue electo a Cooperstown en una votación especial al año siguiente de su fallecimiento.
Desde entonces, otros 10 latinoamericanos han recibido la inmortalidad deportiva por su desempeño en las Ligas Mayores: los puertorriqueños Orlando Cepeda (1999, vía Comité de Veteranos), Roberto Alomar (2011), Iván Rodríguez (2016) y Edgar Martínez (2019); los dominicanos Juan Marichal (1983), Pedro Martínez (2015) y Vladimir Guerrero (2017; los panameños Rod Carew (1991) y Mariano Rivera (2019); el venezolano Luis Aparicio (1984) y el cubano Tany Pérez (2000).
Aunque bateó .345, .352, .341 y .312, respectivamente, en sus últimas cuatro temporadas, Clemente no pudo jugar más de 138 juegos en sus últimos cinco años, por lo que sabía que su maravillosa carrera estaba por terminar. Lo mejor era comenzar a prepararse para la próxima fase.
Con eso en mente, "El Cometa de Carolina" aceptó dirigir a los Senadores de San Juan en la temporada del béisbol invernal puertorriqueño 1970-71, hoy en día bautizada con su nombre, y aunque la travesía fue relativamente exitosa, la experiencia no le dejó un sabor muy agradable.
Foto de los legendarios Frank Robinson y Roberto Clemente en sus roles de dirigentes en Puerto Rico (Cangrejeros de Santurce y Senadores de San Juan) La foto fue tomada en el juego inaugural de la temporada de 1970-1971. Estadio Hiram Bithorn, 1970. Información: Néstor Duprey. pic.twitter.com/oM2zYVcLdp
— Ricardo Olivencia (@ricardoolivenc1) April 4, 2020
"No hay canas, pero perdí algo de cabello. Querían echarme de la isla porque mi club terminó segundo", dijo Clemente al periódico Pittsburgh Post-Gazette la primavera siguiente.
Clemente, quien se activó como jugador en la segunda mitad de la temporada invernal, dirigió a los Senadores a una marca de 37-30 y la ventaja de la casa en la semifinal, contra sus rivales de la capital, Cangrejeros de Santurce, que fueron dirigidos por el legendario Frank Robinson.
Los Cangrejeros, que habían quedado en el tercer puesto durante la serie regular, derrotaron a Clemente y los Senadores en seis partidos en la semifinal y en siete juegos a los Criollos de Caguas para conquistar la corona.
"Clemente era intenso y estricto, que esperaba lo mejor, y le exigía a sus jugadores igual como se exigía así mismo", manifestó Jorge Colón Delgado, destacado historiador de la pelota puertorriqueña. "Todo lo que he escuchado, de jugadores que estuvieron bajo su mando y rivales que le enfrentaron, es positivo. Todos coinciden que tenía las herramientas básicas para intentar ser mánager en la MLB", agregó Delgado.
Clemente anunció su retiro de la liga boricua y se enfocó en prepararse para el verano. Quería conectar los 118 hits que le separaban de la marca de 3,000 en las Grandes Ligas, algo que logró con un doble en la cuarta entrada del partido del 30 de septiembre de 1972 contra los New York Mets. Fue el último turno de temporada regular de su vida.
Cuando regresó a Puerto Rico, en lugar de intentar dirigir en la liga invernal, Clemente firmó un contrato con una compañía de telecomunicaciones para dar clínicas de béisbol a jovencitos por todo el país y aceptó la responsabilidad de guiar la selección nacional que participó en la XX Serie Mundial Amateur de Béisbol, que se celebró en Nicaragua, del 15 de noviembre al 5 de diciembre.
Con Clemente al mando, Puerto Rico tuvo marca de 9-6, para empatar con República Dominicana y Taiwán en el sexto lugar del torneo. Cuba venció a Estados Unidos en la final para quedarse con la medalla de oro. En tanto, Nicaragua derrotó a Japón en el partido por el tercer lugar.
Menos de un mes después de concluida la Serie Mundial Amateur, Clemente murió tratando de regresar a Nicaragua. Nunca tuvo una despedida oficial como jugador, ni mucho menos la oportunidad de intentar seguir su carrera en Grandes Ligas como dirigente.
"Posiblemente habría sido manager, aunque no necesariamente el primer negro", manifestó Delgado. "Hay que recordar que Frank Robinson, quien había sido su rival en la liga puertorriqueña, estaba más adelantado en el proceso de ser el primer dirigente afroamericano. Pero muy probablemente, Clemente iba a ser el primer mánager puertorriqueño de Grandes Ligas", añadió el historiador.
En octubre de 1974, dos años después del fallecimiento de Clemente, los Cleveland Indians contrataron a Robinson como el primer mánager afroamericano de las Ligas Mayores. Los puertorriqueños tuvieron que esperar por cuatro décadas, hasta el 23 de junio de 2010, cuando Edwin Rodríguez reemplazó al cubano Fredi González al frente de los Miami Marlins.
Desde que el cubano Mike González sustituyó a Frankie Frisch al frente de los St. Louis Cardinals en los últimos 16 partidos de la temporada de 1938, otros 19 latinoamericanos han dirigido en la MLB, incluyendo los puertorriqueños Rodríguez, Sandy Alomar hijo (interino), Alex Cora, Dave Martínez y Charlie Montoyo.
Cora y Martínez ganaron las últimas dos ediciones de la Serie Mundial, con los Boston Red Sox (2018) y Washington Nationals (2019), respectivamente.
Rico Carty con el dirigente de los Senadores de San Juan, Roberto Clemente, en la temporada 1970-71. pic.twitter.com/DEDVAPWc1w
— Jorge Colón Delgado (@JColonDelgado) September 1, 2019
Carlos Beltrán fue nombrado mánager de los New York Mets a finales de 2019, pero meses después, antes de debutar, llegó a un acuerdo para separarse del equipo tras su rol en el escándalo de robo de señas de los Houston Astros. Un episodio que, además, provocó una suspensión de un año a Cora.
Cora fue coach de banco y Beltrán el bateador designado de esos Astros que ganaron la Serie Mundial.
Mucho antes de todo eso, Clemente trabajó para ser el primero.
"Uno de los aspectos que simbolizan la vida de Clemente es que para él no existían los obstáculos cuando se proponía algo. Demostró eso a lo largo de su carrera en el béisbol y su vida en sentido general", apuntó Delgado.