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Nacionalismo futbolístico

Pachuca y Chivas encabezan un proyecto para reducir el número de futbolistas no nacidos en México en las nóminas de los equipos de la Liga MX. El planteamiento, sin embargo, enfrenta inmediatamente algunos inconvenientes: el primero, la oposición que algunos clubes, acostumbrados a jugar con una gran mayoría de extranjeros, pondrán al tema. Luego, un aspecto jurídico irrefutable, donde el futbol mexicano propondría mexicanos con diferentes derechos y obligaciones ante las leyes y tercero, y quizá el punto más delicado y la pregunta más trascendente: ¿Realmente ayudará esto a mejorar el nivel del futbol mexicano?

LOS ANGELES, CA.- Me ha dejado casi perplejo la declaración que ha hecho Miguel Sabah justo al anunciar que sus días como jugador se habían terminado: “Lo más difícil de mi carrera fue ser un futbolista mexicano en México”.

Más allá de lo que hizo o dejó de hacer Sabah en las canchas, de sus limitaciones, de sus irrupciones, de su falta de regularidad y hasta de otras declaraciones que en su momento no lo dejaron en un sitio muy cómodo como futbolista, está claro que esta expresión refleja, finalmente, la lucha y la problemática que la mayor parte futbolistas nacidos en México afrontan en ciertas posiciones del campo. En este caso, Sabah, como otros que han tenido la responsabilidad de jugar como delanteros y hacer goles, una posición que generalmente esta reservada para futbolistas extranjeros o naturalizados.

El Pachuca hizo oficial anoche en el programa “Futbol Picante” de ESPN una interesante propuesta que reduciría a 8 el número de extranjeros en las nóminas de los equipos que juegan en la liga MX. La propuesta será presentada en la Asamblea de Propietarios de mayo. De votarse favorablemente, entraría en vigor a partir del verano, para el torneo de Apertura del 2016. La idea no es mala. El problema, en sí, es que la limitación a 8 jugadores extranjeros, es decir, a 8 jugadores no nacidos en territorio mexicano, parece una clara intimidación contra las propias leyes mexicanas. Los dueños de los equipos -algunos de ellos- estarían proponiendo que los naturalizados mexicanos, que de acuerdo con la Constitución tienen todos los derechos y obligaciones de un mexicano, cuenten de manera distinta para el futbol.

Pachuca, Chivas y otros equipos creen que esta determinación terminará ayudando a que el futbol mexicano apueste más por la producción de futbolistas a través de sus fuerza básicas, que ayude a seleccionar con más cuidado el nivel de los jugadores extranjeros que vienen a México y que también resulte en una ventaja para cuando la Selección Mexicana busque talento. Otro beneficiado, sin duda, sería Chivas, el único equipo que siguiendo una tradición, utiliza solo a elementos de nacionalidad mexicana y que ahora tendría, en apariencia, un escenario más parejo para competir en la Liga.

El camino para lograrlo promete ser aún complicado y escabroso. Primero, está claro, existirá alguna clase de oposición por parte de otros clubes que, aparentemente, basan su éxito en la cantidad de futbolistas no nacidos en México y el otro es un sendero que promete llevar el tema a un orden legal, donde se supone que el futbol ni nadie puede proponer mexicanos con derechos diferentes.

Sea como sea, a través de una reglamentación o de una concientización, el futbol mexicano necesita dar un paso hacia al frente y tratar de cuidar que su cancha privilegie el desarrollo del futbolista mexicano sin que ello, primeramente, le aleje de una condición competitiva, que no le margine de un mundo futbolístico cada día más globalizado y que tampoco le conduzca a un laberinto jurídico donde forzosamente, con las leyes en la mano, tendrá que enterrar su deseos.

Lo que está claro es que no queremos más lamentaciones como la de Sabah esta semana, que cuando al anunciar el final de sus días en la cancha, aceptó que la lucha más impactante que sostuvo fue la ser un futbolista mexicano en las canchas mexicanas. ¡Increíble!

@Faitelson_ESPN