KISSIMMEE, Florida -- Los números de primavera importan poco, Ok.
Excepto cuando esas ''irrelevantes'' y pequeñas muestras estadísticas deciden quien gana o pierde uno de los apreciados 750 puestos de trabajo de una industria que paga un salario promedio superior a los cuatro millones de dólares a sus obreros. Ahí es cuando dejan de ser insignificantes.
Fueron los números primaverales que crearon una batalla por la antesala de Medias Rojas de Boston entre el estelar millonario venezolano Pablo Sandoval y el novato Travis Shaw, que le dieron la primera base de Houston Astros al desconocido Tyler White sobre Jon Singleton, que están abriendo un puesto en el roster --y posiblemente en la alineación regular-- de Orioles de Baltimore al regla V, Joey Rickard, y que provocaron que Bravos de Atlanta despidiera al veterano 1B/OF Nick Swisher pese a que devengará $15 millones en el 2016, por mencionar algunos casos.
Después de todo, aparentemente, sí importan las estadísticas de los partidos de exhibición y no le diga lo contrario a los hombres mencionados anteriormente. Veamos, en orden inverso, los casos.
Rickard, de 25 años, nunca fue considerado un súper prospecto en la organización de Rays de Tampa Bay, que lo reclutó en la novena ronda del sorteo colegial del 2012. Después de ser seleccionado por Baltimore en el sorteo Regla V de diciembre --lo que significa que Tampa Bay no tenía lugar para él en su roster de 40-- el jardinero lidera a los Orioles en bateo (.386), hits (22), dobles (7) y anotadas (14), forzando que le abran un puesto en la nómina regular de 25 miembros para el día de apertura.
Si Baltimore no retuviera a Rickard, quien fue el mejor bateador de los Leones del Escogido en la pasada temporada del béisbol invernal dominicano, entonces Tampa Bay podría recuperarlo devolviendo $25 mil de los $50 mil dólares que recibió de los Orioles por los derechos del pelotero durante las navidades. Una situación de ganar o ganar para el jugador.
White, el mejor bateador de Estrellas Orientales del torneo quisqueyano 2015-16, fue informado el lunes por el manager A. J. Hinch de que estaría en el roster de los Astros para el arranque de la temporada. El pick #977 del draft colegial del 2013 bateó .366 para convencer a Houston de que debían protegerlo por encima de Singleton, quien ganará dos millones en el 2016 como parte de su contrato de $10 millones hasta 2018.
Singleton, quien firmó una extensión millonaria en 2014 antes de jugar su primer inning en Grandes Ligas, bateó .151 esta primavera antes de ser enviado a las ligas menores, exactamente en el mismo día que premiaron a White. ¡Bingo!
Swisher, quien se preparaba para la última temporada de un contrato de cuatro años y $56 millones de dólares que firmó con Indios de Cleveland en el invierno del 2012, bateaba .238 sin jonrones en 50 apariciones al plato cuando fue despedido por Atlanta, que compartirá con la tribu el pago del salario del jugador. ¿Habrían tomado esa decisión los Bravos si Swisher tuviera los números de Rickard o White esta primavera? Probablemente no.
Y entonces tenemos el llamativo caso de la tercera base de los Medias Rojas, uno de los favoritos para quedarse con uno de los cinco puestos de clasificación a los playoffs de la Liga Americana.
El incumbente de la posición es Sandoval, o al menos lo era hasta la semana pasada, cuando el manager John Farrell admitió que no tendría problemas para instalar allí a Shaw si seguía jugando mejor que el venezolano en los ''irrelevantes'' partidos primaverales. El martes contra Mellizos de Minnesota, Sandoval, quien no jugaba desde hacía siete días por molestias en la espalda, bateó de 3-1 jugando en la antesala, mientras era monitoreado de cerca por scouts de Padres de San Diego.
En ese mismo encuentro, Shaw se fue en blanco en tres oportunidades accionado en la primera base. En la Liga de la Toronja, Shaw batea .333 con dos jonrones, nueve impulsadas y nueve anotadas en 54 turnos, en tanto que Sandoval mejoró a .270 con dos jonrones, seis impulsadas y tres anotadas en 37 turnos.
Aparentemente, y en casos específicos --lo admito--, los números primaverales sí tienen impacto en la composición final de muchos rosters de las ligas mayores.