TORONTO - Durante 18 temporadas en las mayores con cuatro equipos, el manager de los Orioles de Baltimore Buck Showalter se ha ganado una reputación como uno de los mejores técnicos en el deporte. Sus lanzadores relevistas siempre alaban la forma en que los mantiene frescos y los coloca en posición óptima para tener éxito. Y los managers contrarios siempre tienen que estar vigilando la posibilidad de que Showalter los desnude con su preparación y su habilidad para manejar choques en las entradas finales.
Todo esto convierte el final del partido entre comodines de la Liga Americana del martes en la noche en un evento tan sorprendente y tan fuera de carácter. Cuando todo podía cambiar mediante el swing del bate o un error táctico de un manager, Showalter cometió el peor error que puede sufrir un manager: Estaba tan preocupado por lo que podía ocurrir en las entradas 12 y 13, que permitió que la temporada completa de los Orioles se le escapara en la entrada 11.
Con los Orioles y los Azulejos de Toronto empatados 2-2, Showalter utilizó a Brian Duensing y Ubaldo Jiménez mientras Zach Britton, el mejor cerrador del béisbol, se mantenía inactivo en el bullpen. Edwin Encarnación conectó cuadrangular de tres carreras ante Jiménez para darle a los Azulejos la victoria 5-2, y la contribución de Britton solo consistió en haber calentado tres veces y mirar ansiosamente como el juego se le iba de las manos a su equipo.
Fue un caso clásico de mantenerse apegado a lo convencional - esperar a que tu equipo tome la ventaja en anticipación a que salga Britton a proteger la ventaja - que los miembros de la prensa que cubrieron el juego debatieron los pormenores de dicha acción mientras esperaban por entrar al camerino de Baltimore y que Showalter diera la explicación por sus acciones durante su conferencia de prensa post juego.
Lo que todo el mundo se preguntaba: ¿Estaba Britton lastimado o no disponible para lanzar?
Según se conoció, Britton estaba lo suficientemente saludable para participar. Pero nunca hizo un lanzamiento desde el único montículo que importaba - en una noche en la que Mychal Givens, Donnie Hart, Brad Brach, Darren O'Day, Duensing y Jiménez lanzaron en relevo del abridor de los Orioles Chris Tillman.
"Me gustaba el trabajo que Darren podía hacer", dijo Showalter. "Me gustaba el trabajo que Brad podía hacer. Me gustaba el trabajo que Mychal podía hacer. Me gustaba el trabajo que Duensing podía hacer. Nadie ha lanzado mejor para nosotros que Ubaldo, también, así que había muchas formas diferentes de mirar esto.
"Así fue la forma en que quisimos hacerlo. No nos salió. No tiene nada que ver con algo 'filosófico'".
Britton, quien lanzó 1⅔ entradas ante los Yankees de Nueva York el domingo con los Orioles en búsqueda de un puesto de comodín, dijo que estaba preparado para lanzar más de una entrada de ser necesario. En la temporada regular logró cuatro outs o más en siete ocasiones.
"Yo me sentí frustrado de estar sentado y tener que ver lo que ocurrió y no poder participar", dijo Britton. "Yo entiendo que ellos quizás querían guardarme en caso de que tomáramos la ventaja. Pero mi trabajo no es ponerme en el juego. Esa es decisión de Buck y del coach de pitcheo. Yo estaba preparado para cuando me necesitaran".
Los cuestionamientos al manejo del bullpen por parte de Showalter llegaron al final de un partido entretenido y lleno de eventos entre dos equipos bien parejos. Los Orioles y los Azulejos ganaron 89 partidos en la temporada regular, y Toronto ganó la localía para este partido al ganar 10 de 19 juegos en la campaña ante los Orioles.
Era justo que los Orioles, quienes lideraron las mayores con 253 cuadrangulares en la temporada regular, anotaron sus únicas carreras gracias a un cuadrangular de dos anotaciones de Mark Trumbo ante Marcus Stroman en la cuarta entrada. Pero la ofensiva de Baltimore no pudo hacer mucho más luego de un sencillo dentro del cuadro de Manny Machado en la sexta entrada. Luego de ese imparable, los Orioles se fueron de 16-0 con seis ponches.
El bullpen de Baltimore, que llegó tercero en las mayores con efectividad de 3.40, lució soberbio hasta la implosión de cinco lanzamientos de Jiménez en la entrada 11. Devon Travis abrió el asunto con línea de hit al izquierdo y llegó a tercera con otra línea de hit de Josh Donaldson. Cuando Showalter salió al montículo, no fue para discutir un posible boleto intencional a Encarnación o para pedir la entrada de Britton, cuyo asombroso porcentaje de rodados de 79.4 por ciento parecía convertirlo en el candidato ideal para lograr una doble matanza. En cambio, Showalter salió para hablar con Jiménez sobre como lanzarle a su compatriota dominicano.
Jiménez abrió con una recta de 91 mph a Encarnación, y un monstruoso cuadrangular más tarde, el Rogers Centre estalló en euforia total.
Jiménez, quien había lucido por debajo de lo esperado y con frecuentes malas salidas luego de firmar un contrato de cuatro años y $50 millones con los Orioles, había ayudado a rescatar al cuerpo de lanzadores de Baltimore cuando los Orioles se vieron en problemas en agosto y septiembre. Tuvo record de 3-1 y efectividad de 2.31 y controló a los contrarios a promedio de .151 en el mes final. Pero él lucía como un jugador abrumado por el momento. Más allá de eso, había hecho un total de 300 apariciones en su carrera en las mayores, y solo ocho de ellas habían sido en relevo.
"Esa no es una excusa", dijo Jiménez. "Como un profesional, uno trata de hacer lo mejor que se pueda en la posición que te coloquen. Intenté hacer lo mejor posible, pero no fue suficiente".
A medida que los Orioles empacaban sus cosas para el vuelo de salida de Toronto e iniciar una larga temporada baja, los comentarios comenzaron a surgir en torno a todas las cosas positivas que logró el equipo en el 2016. Era fue la tercera aparición en postemporada de la franquicia en cinco temporadas luego un periodo de 14 años de 1998 a 2011 fuera de ella, y los jugadores obtuvieron algo de estímulo por ello.
"Fue una gran temporada", dijo el jardinero Adam Jones. "No puedo estar más orgullosos de todos aquí. Estoy decepcionado de que no iremos a medirnos a Texas. Pero fuimos uno de los últimos equipos en el béisbol luego que los demás se fueran a su casa. Eso dice mucho sobre el carácter de todos en este camerino y la tenacidad que tenemos en nuestra organización".
Quedó sin decirse: ¿Habrían sido diferentes las cosas si Showalter hubiese levantado su brazo izquierdo para pedir a Britton en algún punto durante las 3 horas y 25 minutos que tomó completarse el partido del martes? Esa es una pregunta que muchos decepcionados fanáticos de los Orioles se estarán haciendo durante los siguientes días, semanas y meses.