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¿Dónde está el Sebastian Vettel que conocimos?

Cuando un atleta pierde el foco, cuando la frustración lo alcanza, pasa lo que presenciamos en este momento con Sebastian Vettel.

Un piloto al que le costó entrar en ritmo en la temporada, donde llegó un joven coequipero a poner de vez en cuando tiempos por debajo de los suyos, caristmático y popular.

En el Gran Premio de Gran Bretaña ha tocado fondo el tetracampéon del mundo. El mismo tipo bromista y alegre de Reb Bull, ahora es un hombre que luce hasta desgarbado en el nomex rojo de Ferrari, con un arreglo personal descuidado y un actitud de ausencia.

En Silverstone, Vettel se vio superado por Charles Leclerc e incluso por Pierre Gasly la calificación, síntoma claro de su falta de foco.

Luego, en la carrera, sirvió de 'alimento' al voraz Max Verstappen, quien lo pasó con limpieza, pero los cables en la torre de mando del cuerpo de Vettel están desconectados.

El alemán perdió de vista el trazo de la pista, olvidó su referencia de frenado, ni siquera abrió bien los ojos quizás y se estrelló en la parte trasera del monoplaza del joven holandés.

En el momento, por la radio, pareció reclamar la maniobra de Max, pero una vez terminada la carrera le regresó la cordura y, con toda la humildad de un campeón, fue a ofrecer una disculpa a Verstappen por el incidente.

Un piloto tiene que demostrar su fortaleza mental, no cuando tiene el mejor auto de la parrilla y se suceden uno tras otro triunfos y podios, no, sino cuando eres el damnificado de un proyecto que no acaba de emparejar a su rival.

¿Algún día recuperamos a Vettel? ¿Ese tobogán emocional y competitivo será su salida de Ferrari? ¿Lo que pasó en Montreal finiquitó su confianza en la Fórmula Uno?

Lo que pasó ayer en Wimbledon nos da dos ejemplos de lo que no ha sido Vettel últimamente: Roger Federer, un tipo que ha visto llegar a varios llamados a arrebatarle el protagonismo del mundo del tenis, y un parlo han hecho por momentos alternos, pero él a sus casi 38 años no se amilana por caer en un torneo, no cree que por apagar velas en el pastel también se consuman sus habilidades. Su hambre es permanente su resiliencia de acero.

El otro es Novak Djokovic, un tipo que puede tener enfrente al mismísmo Federer con un doble 'match point' balanceándose sobre su cabeza en la final de un Grand Slam y se repone.

Caso contrario lo que pasó con Bjorn Borg. Era el mejor del mundo, pero un día llegó un joven a desafiarlo, ese era John McEnroe, y con el tiempo empezó a ganarle más veces de las que caía ante su sueco poder. Eso y otros jóvenes que empujaba provoca en el 'Hombre de Hielo' la pérdida del gusto por el juego. Tenía 27 años, Vettel ya es un hombre de 32.

Eso, necesitamos ver de Sebastian, el chico que juega con las gorras de los niños y pone nombres de chicas a sus autos, que no importa cuántos jóvenes coequiperos lleguen, cuántos comisarios lo despojen, cuántos marcas rompa Hamilton sea siempre Vettel, un campeón del mundo.