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3 cosas que debe y 3 que no hacer Checo Pérez en el GP de Hungría

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Las dos próximas carreras son fundamentales para el futuro de Checo Pérez en F1. ¿Qué errores debe evitar?


Los dos Grandes Premios de F1 que restan antes del receso de Verano son los importantes para el piloto mexicano Sergio ‘Checo’ Pérez, porque, literalmente, de ellos depende su futuro en el equipo Red Bull y la máxima categoría.

¿Qué debe hacer Checo Pérez y qué debe evitar para que el Gran Premio de Hungría del 21 de julio y el de Monza del 28 de julio sean existosos?

Para empezar, no depende solamente de él. El piloto es quien se lleva la gloria o los palos, pero atrás de él hay todo un equipo de ingenieros, mecánicos, estrategas y técnicos en la pista y en la fábrica, que si consiguen afinar la puesta a punto del RB20 del tapatío, poco es lo que podrá mejorar.

Estos son los puntos clave para Checo Pérez en el Hungaroring.

Checo no debe pensar en la mala racha, la presión y rumores

Aunque seis Grandes Premios sin los resultados deseados y una tremenda crisis de puntos, que le ha traído solamente 15 unidades en ese lapso, son una piedra muy pesada, Checo Pérez debe concentrarse en lo que puede mejorar y en que el pasado ya no se puede cambiar.

El trabajo mental del mexicano será primordial, porque sin confianza no importa qué auto le dé el equipo, no habrá frutos en el Gran Premio de Hungría.

Como suele suceder, los agoreros de la desgracia lo ponen fuera de Red Bull y garantizan que no sólo no cumplirá la extensión de contrato que acaba de firmar, sino que ni siquiera terminará el 2024 en el monoplaza del equipo austriaco.

Es normal y lógico que haya críticas y que los análisis de los medios e incluso de los directivos de Red Bull cuestionen su continuidad, pero, ¿Ayuda en algo que se preocupe? ¿Estresado conducirá mejor? Seguramente, no.

Checo no debe calificar mal

La importancia de la sesión de calificación en la Fórmula 1 es cada día mayor. El tamaño de los autos, el ancho de las pistas, la aerodinámica y lo cerca que ya están en desarrollo todos los monoplazas hace casi imposible que se vea una remontada épica de 12 o 15 lugares durante una carrera.

Por ello, las tres partes de la Qualy significan la mitad del trabajo, a veces más.

Checo Pérez no es el mejor piloto de la categoría en los sábados, pero los sábados se empiezan a construir desde el viernes.

Además de la afectación por no avanzar hasta Q3, partir desde la parte media baja de la parrilla implica estar expuesto a accidentes, contactos o juicios precipitados a su alrededor, además de que las estrategias tienen que ser más arriesgadas o casi suicidas.

Checo no debe ser el último de los 8 autos contendientes

En la F1 actual, al menos hasta la duodécima carrera, después nadie puede garantizar nada, hay cuatro equipos con autos capaces de llevarse la victoria en un GP: Red Bull, McLaren, Mercedes y Ferrari. Esos ocho pilotos están obligados a mantener un bloque cerrado para no se inmiscuya entre ellos alguien del resto. Si eso sucede alguno de ellos o varios habrán fallado.

Pero además de que esos ocho tienen que estar arriba siempre, para Checo Pérez de poco sirve meterse a la Q3 si en la carrera termina como el octavo. Eso significaría que le pueden dar alcance en el Campeonato de Pilotos, George Russell y Lewis Hamilton que ya lo acechan a 7 y 8 puntos, respectivamente.

Checo está urgido de recortar puntos a Oscar Piastri, Carlos Sainz, Charles Leclerc y Lando Norris, para mejorar el sexto lugar que tiene ahora.

La clasificación será una consecuencia, porque lo que requiere con carácter de emergencia es un Top 3 en Hungría.


Checo debe encontrar la puesta a punto y el balance del RB20

Las crisis de Checo Pérez en Red Bull se han convertido en algo cíclico. Inicia bien la temporada con un armonía y confianza en el auto y conforme avanza el calendario, concretamente después del GP de Miami, empiezan los problemas.

¿Qué pasa? Pues los autos de F1 no son entes estáticos que se mantengan en su misma forma y desempeño todo el año. Forzosamente deben evolucionar de acuerdo al tipo de pistas que visitan y para no estancarse respecto a sus equipos rivales que buscan, como todos, mejorar el auto durante la temporada.

Esas actualizaciones traen cambios aerodinámicos, de distribución de peso, agarre, etc y son el equipo técnico junto con el piloto deben trabajar en poner el auto en el punto donde sea más veloz, pero predecible.

Checo Pérez y el equipo de ingeniería que encabeza Hugh Bird en el garage del auto número 11 han estado perdidos en el balance del RB20, mientras que del otro lado, el jefe de Bird, Gianpiero Lambiase encuentra respuestas a los mismo retos para el coche de Max Verstappen.

El trabajo lo hicieron el viernes 12 de junio en la fábrica del equipo en Milton Keynes, a golpe de simulador, y de ahí, sólo de ahí, puede llegar una solución, porque las varitas mágicas en la F1 no existen y si aparece alguna, por lo regular viola el reglamento.

Checo Pérez debe estar pegado a Max Verstappen

Esto es como la misión imposible, aunque Checo Pérez ha podido hacerla en el pasado.

Entre más cerca esté Pérez de Verstappen en cada sesión, principalmente las que cuentan, es decir, Q1, Q2, Q3 y carrera, Checo Pérez puede garantizar que habrá cumplido con creces en Hungría.

El problema es que Verstappen vive un estado de gracia. Su manejo roza la perfección, su confianza lo blinda ante cualquier vicisitud y es capaz de poner al RB20 delante del McLaren, que hoy mismo es el auto más veloz de la F1.

Checo Pérez debe subirse al podio

Se dice fácil, pero llegar a la premiación de los himnos es cada vez más complejo. Un triunfo sería como una limpia, como dejar la tarjeta de crédito en ceros, pero la realidad es que un podio ya representaría un cambio en la tendencia y un receso en las plumas de sus críticos.

Esto parece más un deseo que un argumento, pero si Checo cumple con los primeros cinco puntos, sobre todo el último, el podio será el premio y consecuencia que lo haga, por tercer año consecutivo, sacar la cabeza del agua que casi lo ahoga en estos momentos.