<
>
CONTENIDO EXCLUSIVO
Obtén ESPN+

La Novena: De rupturas, desconcentraciones y polémicas etílicas

1. "HOY ESTÁS AQUÍ, mañana no sé", era el estribillo de una canción muy popular hace unos añitos atrás que encaja a la perfección con la situación del inicialista cubano Yuli Gurriel, que recientemente reconoció en un intercambio con el medio Swingcompleto que los Houston Astros nunca se comunicaron con él para ofrecerle un contrato, no importa que él hubiera sido parte de la columna vertebral de la franquicia que alcanzó cuatro Series Mundiales, ganando dos de ellas, en los últimos seis años. "Vino el gerente nuevo (Dana Brown) y nos dejó saber que no estaban interesados. No me veían como utility. Que no, que ya no hacía falta que estuviera en el equipo. Que no me veían ya en el equipo; que no hacía falta yo en ese equipo". Esa es la versión de la historia del único jugador clave en la columna vertebral de los Astros que tuvo que marcharse del equipo por la puerta de atrás a pesar de su versatilidad para jugar cualquier posición del cuadro interior, lo popular que era dentro del grupo y entre la fanaticada de los siderales.

2. COMO DICEN TODOS los peloteros de la industria: "esto es un negocio". Y hay que estar preparado para cuando suceda. Te adaptas o pereces. No hay términos medios. Si bien en 2022, Gurriel no tuvo la mejor temporada de su carrera de siete años en Las Mayores, su valor de mercado estaba cifrado en $12 millones. Sin embargo, apenas consiguió un "agónico" contrato de liga menor con los Miami Marlins, donde trata de ganarse la titularidad. Un amigo me comenta que no entiende cómo un titular indiscutible y jugador vital en el último campeón de Serie Mundial va a estar sentado en el banco de uno de los peores equipos de Las Mayores: "es una locura", dice. Respuesta básica, Garret Cooper, el primera base titular, ha comenzado muy bien con el madero (.333 AVE/.378 OBP/.619 SLG). A Gurriel, de 38 años, le corresponde no sentarse a llorar, simplemente aprovechar cada oportunidad para mostrar que le queda gasolina en el tanque. El caso Gurriel no hace más que reafirmar la idea de que los jugadores deben apartar sentimentalismos y jugar para el mejor postor. De poco o nada debería importar que te llamen mercenario. Al final, habrá un día que alguien te dirá "ya no haces falta en el equipo".