El futbol de élite en Europa nunca había visto algo así: 36 equipos en una sola tabla de clasificación, enfrentándose a solo ocho rivales y sin partidos de ida y vuelta
Después de ocho partidos disputados a lo largo de cuatro meses, finalmente conocemos a los 24 equipos que continuarán en el nuevo formato de la UEFA Champions League rumbo a las rondas eliminatorias.
Ha sido un gran cambio respecto al sistema anterior, en el que los ocho grupos de cuatro equipos se habían convertido en una tradición confiable durante más de 20 años.
El fútbol de élite en Europa nunca había visto algo así: 36 equipos en una sola tabla de clasificación, enfrentándose a solo ocho rivales y sin partidos de ida y vuelta.
Pero, ¿ha mejorado la competencia? Nuestros periodistas analizan su impacto.
¿Te encantó o detestaste la nueva Champions League?
Gabriele Marcotti: A mí me pareció muy bueno. Quizá en unos años se pierda la novedad y lo terminemos odiando, pero por ahora lo disfruté bastante. Me gusta que los equipos más pequeños tengan partidos que realmente pueden ganar. Y también tenemos más enfrentamientos entre los grandes. Me parece absurdo decir que fue un "suplicio" (¿acaso la Premier League lo es?) o afirmar que todos esos clubes con grandes presupuestos que no quedaron en el top 8 no se lo tomaron en serio (¿qué tal darles crédito a los que les ganaron?). En cuanto al factor de riesgo, no lo sabremos del todo hasta ver cómo se reparten los cabezas de serie, ya que no está claro si terminar en el puesto 20 es mucho peor que ser el 13º.
Mark Ogden: Fue genial en las jornadas 7 y 8, pero ese es el problema: no debería haber tardado tanto en volverse emocionante. Las primeras fechas carecieron de intensidad y riesgo porque los clubes grandes se lo tomaron con calma. Equipos como Manchester City, Paris Saint-Germain, Real Madrid y Bayern Múnich cometieron el error de pensar que podían relajarse y clasificar sin esfuerzo, pero seguro no repetirán esa equivocación la próxima temporada. Eso sí, hay que reconocer a Celtic, Feyenoord y Aston Villa por tomárselo en serio desde el primer día. Clasificarse fue su recompensa.
James Olley: Es un negocio para llenar las arcas de la UEFA que diluyó tanto la emoción de la fase de grupos que fue difícil entender su verdadero significado hasta el final. Eso sí, hizo que el desenlace fuera más incierto, y la idea de que todos los partidos de la última jornada se jueguen a la misma hora es buena. Pero esos aspectos positivos quedan eclipsados por el hecho de que esta fase tuvo dos partidos extra que la hicieron desesperantemente lenta, lo que al final solo agrava las preocupaciones legítimas sobre la sobrecarga de los jugadores.
Rob Dawson: Personalmente, no soy fan. No está mal intentar renovar el formato, pero no creo que la solución fuera añadir tantos partidos. Es cierto que más duelos de alto nivel son bienvenidos porque los aficionados quieren ver a Manchester City contra Paris Saint-Germain o Liverpool contra Real Madrid. Pero, por otro lado, la fase de liga ha sido agotadora, con muchos partidos irrelevantes y poca emoción. El hecho de que todos los encuentros de la última jornada se jugaran al mismo tiempo fue un punto a favor. Solo es una pena que no hubiera más en juego para convertirlo en una noche realmente épica.
Beth Lindop: El nuevo formato ha sido un poco pesado, incluso con jugadores y entrenadores admitiendo que no estaban seguros de cómo afectaban los diferentes resultados. Dicho esto, creo que la Champions necesitaba un cambio, y ha habido enfrentamientos más interesantes gracias a este nuevo sistema, aunque quizá el nivel de emoción en la última jornada no fue tan alto como podría haber sido.
Dale Johnson: Es pronto para hacer un juicio definitivo, pero creo que solo los clubes grandes han sentido este formato como un "suplicio". Para muchos otros equipos, ha sido un placer vivir una campaña exitosa en la Champions en lugar de resignarse a terminar últimos en un grupo de cuatro y ver su aventura europea acabar antes de Navidad. Muchos aficionados no entendieron bien el formato esta temporada y todavía están confundidos con el cuadro de eliminatorias antes del sorteo del viernes. Pero, como en todas las competiciones, con el tiempo aprenderán cómo funciona y lo crucial que puede ser cada posición en medio del drama de la última jornada.
¿Prefieres el nuevo formato o el anterior?
Johnson: Con todos los comentarios sobre lo tedioso que ha sido y los partidos sin sentido, la gente quizá olvida lo predecibles que eran la mayoría de los grupos de cuatro equipos. La mayoría quedaban resueltos antes de la jornada 4, y en la jornada 6 solo un par de grupos tenían posiciones en juego con verdadero riesgo. El formato antiguo tenía tantos o más partidos irrelevantes, solo que estaban un poco más disimulados. Al menos con este formato, la última jornada tiene casi todos los partidos con algo en juego. Dicho esto, el argumento de "más partidos grandes" es un poco engañoso, ya que muchos de ellos han sido meramente simbólicos debido a lo larga que es la fase de liga; es decir, ¿qué significa realmente ganar uno de estos encuentros? Y definitivamente es positivo que ya no exista la red de seguridad de caer a la Europa League.
Olley: No. El formato anterior no era perfecto, pero tampoco hay que destruir lo bueno en busca de algo ideal. La UEFA presume de lo impredecible que ha sido la tabla de la liga, pero es absurdo que un equipo como el Manchester City, por ejemplo, siga en la competición tras la campaña que ha hecho. Solo dos partidos del miércoles no influían en la clasificación, lo cual, en teoría, es un punto fuerte del nuevo formato. Pero el costo ha sido demasiado alto: semanas de partidos con mínimo riesgo no valen la pena solo para tener una noche emocionante al final.
Marcotti: Totalmente. Si eras cabeza de serie en el formato anterior, podías golear al rival más débil, ganar y perder contra el tercero del grupo y -¡listo!- con nueve puntos solo necesitabas un empate en dos partidos contra el segundo para clasificar. Eso no es emocionante. Además, antes en cada país la atención se centraba en los grupos donde estaban sus equipos, pero ahora está más repartida. Se ven más clubes y se siente más como una liga. Sin mencionar que los bombos de cabezas de serie ya no ofrecen tanta ventaja como antes, y eso es algo bueno.
Ogden: No, porque hay demasiados partidos que parecen no importar y permite que los clubes clasifiquen haciendo lo mínimo indispensable. Acepto que nunca volveremos a la incertidumbre de los cruces directos desde la primera ronda ni a aquellos megagrupos como el de Bayern, Barcelona y Manchester United en 1998-99, pero este nuevo formato prácticamente no existió hasta enero.
Dawson: No especialmente. La idea general del nuevo formato -tener más duelos entre equipos grandes- es acertada. En el formato anterior, los cabezas de serie no se enfrentaban entre sí tan pronto, y esos son los partidos que más generan expectación. El problema es que, para aumentar la calidad de los encuentros sin alargar demasiado el calendario, habría que reducir el número de participantes. Pero la UEFA nunca va a hacer eso porque significaría menos partidos y menos dinero. Lo quieran admitir o no, el cambio de formato estuvo motivado por los ingresos.
Lindop: Creo que el formato anterior se había vuelto un poco monótono. Hay inconvenientes en el nuevo, especialmente que equipos que han tenido un mal desempeño en la fase de liga han logrado meterse entre los 24 clasificados sin demasiados problemas. Sin embargo, la fase de grupos siempre se sintió como una mera formalidad para muchos de los clubes grandes, así que no estoy convencida de que fuera un mejor sistema.
¿Quiénes han sido los mayores ganadores y perdedores del nuevo formato?
Ogden: Los mayores ganadores han sido los clubes, que han ganado mucho más dinero con este formato. Y, al final, ese fue el motivo del cambio. Viéndolo de manera menos cínica, ha sido beneficioso para equipos que antes tenían dificultades para salir de la fase de grupos, como el Celtic, pero el sistema no se diseñó para que los equipos de nivel medio se divirtieran más. ¿Los mayores perdedores? Probablemente los aficionados, que tienen que pagar por más partidos, muchos de los cuales se sintieron irrelevantes en las primeras jornadas.
Marcotti: Vaya, Ogden está de mal humor. Los aficionados no "tienen que pagar más" por más partidos, Mark. Pueden elegir pagar más para ver a su equipo jugar dos veces más. O pueden no hacerlo. Lo cierto es que los clubes medianos y pequeños ahora tienen más oportunidades que antes. Y, por supuesto, hay más eliminatorias directas. ¿No es eso lo que quieren los más tradicionalistas?
Johnson: Veamos el Bombo 4 del sorteo de este año. Tres equipos -Aston Villa, Brest y AS Mónaco- han llegado a los octavos de final de la Champions. Con el formato anterior, solo tres equipos de ese nivel lo lograron en las últimas cuatro ediciones. Pero esto no es solo cuestión de avanzar de ronda, sino de ser más competitivos. Mira al Celtic, que en las últimas dos ediciones ganó solo un partido en 12 y terminó último en su grupo. Este año ganó dos de sus primeros cuatro partidos. Es algo similar a la Liga de Naciones de la UEFA: dar más partidos entre equipos de un nivel similar (de los Bombos 3 y 4) aumenta la competitividad general. Lille y Aston Villa pasaron directamente a octavos, algo que antes habría sido extremadamente difícil, mientras que Brest y AS Mónaco pelearon hasta la última jornada.
¿Los perdedores? Definitivamente, los grandes clubes que quedaron fuera del top 8 y ahora tienen que jugar dos partidos extra. Con el formato anterior, al repartir los octavos de final en cuatro semanas, todos los equipos de la Champions tenían dos semanas sin partido entre semana. Con la nueva ronda de playoffs, equipos como AC Milan, Bayern, Borussia Dortmund, Juventus, Man City, PSG y Real Madrid tendrán que jugar en las cuatro semanas. Veremos cómo afrontan la fase de liga la próxima temporada.
Olley: Un grupo curioso de "perdedores" son los analistas de los clubes. Una fuente importante me comentó hace un par de meses que su carga de trabajo casi se ha triplicado, porque en lugar de estudiar a tres rivales en la fase de grupos, ahora tienen que analizar a ocho. Eso podría haber contribuido a la cantidad de sorpresas y partidos con muchos goles en esta edición.
Dawson: El mayor ganador es el Manchester City. Ha ganado tres partidos en la Champions contra Sparta Praga, Slovan Bratislava y Club Brujas, y aun así se clasificó para la siguiente fase. Slovan Bratislava terminó en el puesto 35 de la tabla, Sparta Praga en el 31 y Club Brujas apenas logró entrar en los playoffs quedando 24.º. Con el rendimiento que ha tenido, City probablemente merecía quedar eliminado. Pero la UEFA ha creado una red de seguridad para los grandes con la cantidad de partidos, y al final lograron salvarse en el momento clave.
Lindop: Entre los ganadores, es bueno ver que algunos equipos que antes tenían dificultades para avanzar de la fase de grupos, como el Celtic y el Feyenoord, ahora tengan más oportunidades de llegar a octavos. Para el Brest, que debutó en la Champions, el nuevo formato seguramente se considera un éxito. ¿Los mayores perdedores? Probablemente los jugadores, muchos de los cuales han tenido que disputar dos partidos extra sin un beneficio claro.
¿Qué cambiarías para mejorar el formato?
Marcotti: Creo que las únicas personas a las que les gustará lo que voy a decir somos yo y Theo Theodoridis, el secretario general de la UEFA. Pero si realmente queremos que los cabezas de serie tengan importancia, deberíamos dejar que el equipo mejor clasificado elija a su rival (y decida si quiere jugar la ida en casa o fuera). Luego, el segundo mejor clasificado haría su elección, y así sucesivamente. No solo le daría más emoción a la historia del torneo, sino que evitaría situaciones en las que un equipo hace una gran fase de liga y, aun así, le toca enfrentar a un gigante como el Manchester City solo porque este tuvo una fase de grupos floja y quedó con una siembra baja.
Lindop: La idea de los playoffs puede generar algunos enfrentamientos interesantes, pero el hecho de que un equipo que termine en el puesto 24 pueda meterse en octavos a costa de uno que acabó noveno no me parece del todo justo. Sé que no pasará, pero preferiría que los 16 mejores avanzaran automáticamente.
Ogden: Quizá encontrar una forma de meter todos los partidos en el calendario antes de Navidad para darle más ritmo a la competición. Sé que eso causaría caos en algunos países con demasiados torneos y copas, pero hacerlo más intenso ayudaría a captar mejor la atención. La fase de eliminación directa se ve genial, así que el modelo de cuadro tipo tenis ha funcionado, pero el problema está en el camino hasta llegar ahí, que necesita ajustes.
Olley: Reducir la fase de liga a 24 equipos. Luego, los ocho mejores pasan directo, los ocho de en medio juegan un playoff y los ocho últimos quedan eliminados. Más incertidumbre, mayor calidad, mejor producto. Aunque, claro, eso nunca pasará porque los ingresos televisivos por más partidos son demasiado grandes como para dejarlos pasar. Y de eso se trata todo este cambio.
Dawson: Debería haber menos equipos y todos los partidos de la fase de liga deberían jugarse antes de Navidad. La jornada 8 fue emocionante, pero tardamos demasiado en llegar a ese punto. Se ha sentido como si la Champions avanzara a paso lento durante meses solo para acelerarse de golpe al final. El problema es que, si la UEFA busca más dinero, querrá más y más partidos. Eso diluye el producto y genera tantos partidos flojos como buenos.
Johnson: Eliminaría la red de seguridad que la UEFA les da a los equipos grandes al evitar enfrentamientos directos entre ellos en la jornada 8. Parecía que les estaban dando una especie de póliza de seguro para clasificar. ¿Por qué no pudimos tener un PSG vs. Manchester City en la última jornada?