Cuando Miguel Ángel Ramírez les comunicó a los dirigentes que iba a dejar Independiente del Valle comenzó la difícil tarea de buscar a su reemplazante y, como todo en el club Rayado, no es una decisión que se tome a la ligera. Se estudia, se analiza a fondo y se avanza, y así fue como sorprendieron a propios y extraños cuando anunciaron la llegada de un “desconocido” Renato Paiva. Menos de un año más tarde, el hombre que llegó en silencio le dio el primer título de su historia al cuadro de Sangolquí.
La elección se basó en el consejo de Ricardo Pereira, el entrenador de arqueros de Miguel Ángel Ramírez, quien lo conocía del Benfica y sabía que su idea de juego podía encajar con la filosofía del club. Entonces, los dirigentes comenzaron a ver videos de cómo jugaban las formativas de Benfica, a cargo de Paiva. Luego tuvieron un proceso de entrevistas con él para conocerlo. Y finalmente le pidieron referencias, para hacerles un cuestionario cerrado y saber un poco más de él: como nota de color, el portugués ofreció los teléfonos del central del Manchester City, Bruno Dias y el del delantero Joao Felix para ser contactados y que le contaran al director deportivo sobre él. Luego de dos meses de entrevistas anunciaron al nuevo técnico, que llegó con sus cuatro colaboradores, todos portugueses y al que luego se le sumó gente del club.
Durante años se acostó a las 3 de la mañana mirando el fútbol sudamericano, principalmente las ligas de Argentina, Brasil, Copa Libertadores y Sudamericana: “Yo comencé haciendo scout para Benfica hace 20 años porque tenía un satélite en casa y veía todos los partidos. Luego se hizo un espacio y comencé a dirigir a menores, pero de martes a domingos me quedaba viendo fútbol hasta la madrugada. Y hace unos años cuando Ricardo Pereira llegó a Independiente comencé a verlo por él, y eso ayudó porque mi conocimiento ya era bueno cuando me llamaron”, recuerda Paiva en exclusiva con ESPN.
En los primeros cuatro partidos al frente del conjunto Rayado, perdió tres y le convirtieron 6 goles, pero él sabía que necesitaba trabajo y convencimiento, y que no iba a renunciar a atacar: “Llegar al arco contrario y convertir es el objetivo. Y hay que practicar y prepararse para atacar con 7 y defender con 3 a veces”, y les costó muchísimo. Pero lo fueron mejorando y hoy Independiente del Valle es el arco menos vencido y el más goleador (con 6 goles recibidos y 25 encajados en 13 encuentros).
En la elección de Paiva como técnico también pesó poder seguir desarrollando jugadores para poder venderlos al exterior, y el portugués encaja perfectamente: “Cuando tú propones, tú desarrollas al jugador. Los equipos que no proponen, que defienden, permiten analizar a buenos defensores o buenos contraatacantes. Pero cuando atacas, y juegas, generas beneficios en lo deportivo, y a la larga también para mostrar jugadores”, explica Paiva.
“En un club donde las formativas son el corazón, intentamos traer un poquito de razón para acoplar al corazón y lograr un equilibrio de experiencia y juventud. Y se ha logrado un grupo fantástico, que funciona sin problemas y que pelea como está peleando”, resume el técnico portugués, y justifica: “Tenemos argentinos de jerarquía como es Pellerano, Lolo Faravelli, Schunke. Que son jugadores que por su experiencia y su edad ayudan bastante a chicos que crecen en este club. En julio llegó Julio Sornoza, que es muy importante, y es una referencia del fútbol ecuatoriano y un producto de Independiente del Valle, o sea para los chicos que crecen aquí, Sornoza es una figura muy importante. Y todos se acoplaron muy bien, lo mismo con Gaibor. Y eso fue fantástico. Después contamos con Bauman, con una trayectoria internacional importante. Y Carabajal que lo elegimos por sus cualidades como jugador y por ser el capitán de Arsenal. Eso también era importante para nosotros”.
Luego de pasar gran parte de su vida trabajando en el club del cual es hincha decidió dejar atrás esa seguridad, armar la valija y animarse a ser protagonista de su sueño, dirigir en primera y disputar la Copa Libertadores, aquella que veía por televisión hasta las 3 de la mañana: ”Cuando nos clasificamos para jugar la Copa Libertadores después del partido ante Gremio, mi hija me llamó cuando yo todavía estaba con la adrenalina del post partido y me dijo: “Papá, cómo es la vida, te acostaste tantas y tantas noches mirando Copa Libertadores y ahora vas a jugarla”, confiesa Paiva emocionado.
Y para darle más tranquilidad a su hija de 24 que se quedó en Portugal, Renato Paiva explica que está tan a gusto en Independiente del Valle y con sus desafíos que “no echo de menos al Benfica”, toda una declaración para este portugués que a los 51 años se animó a ir por sus deseos y conquistarlos.