BARCELONA -- Sergi Roberto reapareció con el Barcelona después de cuatro semanas ausente por la rotura fibrilar en el bíceps femoral que sufrió en Grecia, y su regreso al plano deportivo recolocó la tensión que se teme en las discusiones por su renovación.
Los representantes del canterano, que acaba contrato en junio de 2019, ya hace semanas que comenzaron las negociaciones con los ejecutivos del Barcelona, pero las posturas se mantienen muy alejadas, por cuanto existe acuerdo en la duración del nuevo contrato (hasta 2022) y los agentes han aceptado el aumento de la cláusula de rescisión hasta los 400 millones de euros, se entiende muy alejada de la lógica la propuesta salarial realizada por el Barcelona.
“Quiero seguir en el Barça; es el club de mi vida y espero quedarme para siempre”, sostuvo Sergi Roberto con motivo de la entrega del premio a mejor futbolista catalán del año, pero sus representantes no están dispuestos a que el club se aproveche de sus palabras.
“El acuerdo no está cercano. Hay bastantes cosas por hablar”, alertó Josep Maria Orobitg, quien este viernes regresará a Barcelona procedente de Manchester, donde ha tratado asuntos concernientes a Pep Guardiola en el City. El representante del futbolista tiene previsto reanudar los encuentros con el Barça la próxima semana, dando por hecho que el club deberá moverse de sus postulados actuales.
Sergi Roberto se mantiene en la parte baja de la escala salarial en la plantilla azulgrana, con un salario estimado todavía por debajo de los 2 millones de euros y una cláusula de rescisión de 40 millones a la que nunca ha querido acudir, por más que ha recibido propuestas para dejar el club, con la Juventus, en la primavera de 2017, dispuesta a dar el paso por su incorporación.
Entre la demanda de sus representantes y la oferta del Barcelona las posturas se mantienen ahora mismo lo suficientemente alejadas como para sospechar que no se vaya a llegar a un acuerdo a corto plazo.