Fútbol Americano
Rafa Ramos, Analista ESPN Deportes Digital 3y

Porque es el América, Santiago Solari está obligado a dos títulos

LOS ÁNGELES -- América perdió su paso perfecto. Lo trompicó el Olimpia de Honduras en la Concachampions. El Nido fue desmitificado. Si lo punzan, sangra.

Sin embargo, en la Liga MX, estas Águilas de Santiago 'El Indiecito' Solari mantienen el control al lado de Cruz Azul, líder y rival inmediato, este sábado en el Estadio Azteca.

Solari ha cumplido con la encomienda. El América es protagonista. El método, sin embargo, ha sido cuestionado. Se le clasifica, puerilmente, como un juego feo, hosco, aburrido, tóxico. Lo es.

Pero, al entrenador argentino le asignaron una tarea. Hasta ahora, la ha cumplido, porque, incluso, pese al 0-1 ante Olimpia, el miércoles, sigue adelante en la Concachampions y a menos que La Máquina, Monterrey o León alcen la voz, es candidato al título de Liga.

Solari ha rebasado las expectativas. Llegó del ostracismo español. El palmarés mostraba un paso torpe por el Real Madrid al terminar tercero, 19 puntos detrás del Barcelona, tras relevar a Julen Lopetegui. Y agregaba un Mundial de Clubes cortesía de la gestión de Zinedine Zidane en la Champions League.

El América era el único bote salvavidas disponible para rescatarlo del naufragio profesional, más allá de aventuras estrafalarias de su representante, cuchicheando a los medios sobre un supuesto interés en Italia, Francia y hasta la MLS.

La encomienda no era fácil. Al llegar encontró ruinas. Descubrió un equipo vapuleado por la eliminación en Liguilla ante Chivas; una humillación más, ante el LAFC, y encima el despido de su icónico entrenador Miguel Herrera.

El plantel de El Nido está entre los más caros de la Liga MX, pero también entre los más sobrevalorados. Dos de sus jugadores más costosos, son golondrinas sin verano: Giovani dos Santos y Roger Martínez.

Y además, el infortunio de otros, como el aún convaleciente Nico Castillo y Nico Benedetti, quien apenas se recuperaba de una lesión y fue impactado brutalmente en la cabeza, hasta quedar noqueado, ante el Olimpia. “Está en manos del neurólogo”, hizo saber Solari sobre el colombiano del que sus fanáticos aseguraban que llegaba de paso a Coapa para irse a triunfar a Europa.

Con el respaldo de Pedro Aquino, la consolidación de Richard Sánchez, la redención de Sebastián Córdova y la consistencia de Henry Martín, Solari armó la base de su equipo agregando a Álvaro Fidalgo, quien llegaba de la banca de la segunda división de España, pero con hambre de todo, y se ha convertido en el jugador favorito del técnico.

Necesario recordar que América perdió tres puntos en la mesa. Una confusión tragicómica entre cuerpo técnico y personal administrativo, provocó una alineación indebida de Federico Viñas y las Águilas que habían ganado en la cancha, perdieron los tres puntos en la mesa. Esa estulticia le ha costado a El Nido el liderato general.

¿Y ahora qué? Ciertamente, ante el plantel que heredó, corto para estar metido en dos competencias, Solari ha rebasado los cálculos que cuestionaban su llegada.

Reacio a comprometerse públicamente, Solari no ha ofrecido ganar ni la Liga ni la Concachampions, y en el seno del equipo, ya le agradecen que lo mantenga en protagonista. Pero, no basta.

En el América, mientras más le das de tragar a esa bestia fascinante, exigente, leal, beligerante, como lo es su afición, más espera, más exige, más anhela. Hoy, ciertamente, el americanismo se ilusiona con el paquete completo: Concachampions y la Liga, que son, además dos asignaturas pendientes.

Sin embargo, Solari y su directiva lo saben, se ha conseguido más de lo previsto, aprovechando, sin duda, que otros obligados protagonistas han claudicado por su baja forma futbolística, como Tigres y Chivas, mientras que el León parece ir en ascenso, más allá del bochornoso varapalo sufrido en la Concachampions ante un Toronto B.

Con Cruz Azul como magnífico oponente, América sabe que deberá ir por la Liga. Su paso en el torneo ha generado la exigencia, más allá de que El Indiecito, seguramente, ha entendido que no tiene plantel suficiente para librar batallas en dos escenarios diferentes.

Pero, al ser el América, ése que se ostenta como #ElMásGrande y el perpetrador soberbio bajo el #ÓdiameMás, Solari ya se confrontó con un marco de exigencias inesperado al arranque del torneo: ganar ambas competencias, la Liga y el boleto a la Copa Mundial de Clubes, en la que, irónicamente, podría enfrentarse al Real Madrid.

Y aunque ambos cometidos serán complicados, la efervescencia que rodea a El Nido, y la desgracia que rodea a El Rebaño, alimenta poderosamente a los americanistas para exigir a su club a atreverse en ambas cruzadas.

El técnico argentino descubrirá además un territorio minado, peligroso, desconocido, como lo es la Liguilla, donde los grandes favoritos y protagonistas de un torneo, caen de rodillas ante quien menos se lo esperan y cuando menos se lo esperan.

Respecto a la Concachampions, la advertencia de Santiago Baños quedó confirmada el miércoles ante Olimpia. Seguramente, al hacer recuento de daños para el juego ante Cruz Azul, la enfermería de El Nido tendrá saldo rojo tras la masacre en el Estadio Azteca.

Y seguramente, en esa refriega ante los hondureños, El Indiecito aprendió algo más de su precario plantel: es demasiado bonachón y lo ha ablandado aún más el arbitraje sobreprotector de la Liga MX. Solari debió quedar impactado por la nula respuesta de sus jugadores. En la cancha, cuando se desata una cacería como la que abrió el Olimpia, y el arbitraje se muestra incompetente, complaciente o ruinmente cómplice, el jugador de todo el mundo lo sabe, es ojo por ojo y diente por diente, pero los americanistas salieron ciegos y chimuelos.

Aún así, Solari entiende perfectamente la lección de su propio éxito en esta primera temporada con las Águilas. Ha cebado a la bestia con triunfos e ilusiones. Por lo tanto, le harán sentir que si no hay títulos, será un fracaso.

Cuando a la muchedumbre la atragantas de caviar, ya no puedes darle tacos placeros.

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