BRASILIA -- México Sub-17 va por un Obdulio Varela ante Brasil. No es el Maracaná y no es la Copa del Mundo que busca lanzar a Brasil a la modernidad Mundial, como ocurrió hace casi 70 años o en el 2014, pero sí es la Selección Mexicana que nunca ha perdido una final contra la Verdeamarela y trata de dejar en evidencia, de nuevo, a las futuras estrellas del país sudamericano, como lo hicieron en 2005 en Perú o en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 o en la final de la Copa Confederaciones 1999.
“No piensen en toda esa gente, no miren para arriba, el partido se juega abajo y si ganamos no va a pasar nada, nunca pasó nada. Los de afuera son de palo y en el campo seremos once contra once”, dijo el capitán Obdulio Varela a los jugadores de Uruguay, previo a la única final que ha perdido Brasil en su territorio, la del Mundial de 1950. México Sub 17, dirigido por Marco Antonio Ruíz, busca una gesta igual ante el conjunto brasileño, una nueva tragedia para el balompié carioca.
Entre el estadio Maracaná y el Estadio Walmir Campelo Bezerra hay más de mil kilómetros de distancia, pero es otra oportunidad para que la selección de Brasil gane un campeonato del mundo en su territorio. En representativos absolutos, perdieron la final ante Uruguay en 1950 y en Brasil 2014 salieron sonrojados de su propia casa al perder por 7-1 contra Alemania. En el Sub 17, tiene otra vez la oportunidad de festejar un campeonato del Mundo en su país.
En 1950, la selección de Uruguay tuvo que salir a escondidas y en barco de Brasil, ahora en el Tricolor esperan tener la misma fortaleza que Obdulio Varela o Alcides Ghiggia. En la Verdeamarela no quieren una reedición de Moacir Barbosa o escenas como las lágrimas del papá del Pelé, porque otra vez “todo es esperado menos el triunfo del rival”, porque México quiere, al igual que ocurrió en el Maracaná, dejar en silencio al estadio Bezerrao.
La única victoria brasileña en su territorio fue en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, cuando obtuvieron la ansiada medalla de oro.