¿Se imaginan que el futbolista más importante de la historia de Estados Unidos, de México, Argentina, España, Francia... o Islas Feroe fuera despreciado por la federación de su país? ¿Que al tipo cuyo nombre figura en el libro Guinness de los records y gracias a quien el fútbol de su país recibe alguna atención mediática en el mundo le expulsaran de mala manera del escenario? Pues eso ha ocurrido en Andorra.
Andorra es un pequeño estado soberano de apenas 470 kilómetros cuadrados y 80 mil habitantes entre Francia y España en cuya selección de fútbol milita desde 1997 (que se dice pronto) Ildefons Lima. Un defensa sobrio que jugó en el futbol base del Espanyol, en el Rayo Vallecano, Las Palmas, Triestina de Italia, Pachuca de México, Ionikos de Grecia o Bellinzona de Suiza y que es el record de longevidad en la historia de todas las selecciones del fútbol mundial... Y hoy, por increíble que parezca, es un personaje apestado por los dirigentes de su propio país.
Ildefons Lima Solà puede ser un nombre de poca repercusión en el mundo globalizado del fútbol pero está escrito con letras mayúsculas en la historia de este deporte, a todos los niveles, por ser el jugador más longevo en la historia de cualquier selección nacional.
El 17 de noviembre de 2019 Andorra, de la que era capitán, recibió a Turquía (0-2) en partido correspondiente a la fase de clasificación para la Eurocopa y en el que fue su partido 128 con la camiseta del país pirenaico batió el récord de longevidad que tenía elecuatoriano Iván Hurtado, dejándolo en 22 años y 148 días desde el día de su debut, un 22 de junio de 1997 ante Estonia.
Era, se especifica, porque ya no es. Al central andorrano, que cumplirá 41 años en diciembre y se mantiene en activo en el Inter Escaldes de su país tras una carrera deportiva en la que jugó hasta en 12 clubes diferentes (el Pachuca de México entre ellos), le borró, apartó, expulsó, la Federación Andorrana de Fútbol de la selección de un plumazo después de que en su condición de presidente de la asociación de futbolistas andorranos protestara por los protocolos impuestos por la federación en relación a la lucha contra el coronavirus en el país.
"La federación decidió apartarme del equipo argumentando que el capitán de la selección no puede criticar las medidas de su organismo", reconoció a ESPN Deportes, todavía alucinado, Lima, que ha recibido el apoyo implícito de la FiFPro, la asociación mundial de futbolistas, dispuesta a tomar partido en el oficialmente en el asunto mientras el escándalo es absoluto en el país.
Félix Álvarez, el presidente de la Federación Andorrana de Fútbol, fue quien, en primera persona y, según sus palabras, con el apoyo de su junta directiva decidió apartar al jugador de la selección, a pesar de la opinión contraria del entrenador del equipo nacional, Koldo Álvarez, que mantenía su intención de seguir contando con el capitán, avisando que Lima no volverá a jugar con la selección mientras siga presidiendo.
"No solo es un ataque a la libertad de expresión, sino que incumple la propia constitución de Andorra, coarta la libertad de asociación y es contraria a los estatutos de la federación porque los directivos no tienen capacidad para tomar esta decisión, sino que debe hacerse a través de un expediente deportivo o disciplinario, que no existe" enfatizó Lima, dispuesto, aseguró, "a pelear por mis derechos".
El jugador que se enfrentó a la Brasil de Ronaldo, a la Francia de Zidane, la Ucrania de Shevchenko, la Portugal de Figo, que jugó ante Ibrahimovic y Totti, Van Nistelrooy, Raúl, Ronaldinho, Deco, Rooney o Lewandowski y que es poseedor de una colección de camisetas oficiales de futbolistas, con casi un millar de ejemplares, vive hoy una pesadilla a la que le han condenado los propios directivos de su país.
El sábado tuvo que ver desde la barrera el empate (0-0) entre Andorra y Malta correspondiente a la Liga de las Naciones y este miércoles tampoco podrá jugar el amistoso frente a Cabo Verde. Pero camino de los 41 años Ildefons Lima no piensa arrojar la toalla y asegura que mantendrá la lucha por recuperar sus derechos.
Después de 23 años como internacional, su único deseo es retirarse como merece de la selección. En el campo, donde nadie, absolutamente nadie, ha dado tanto por una selección tan pequeña en los resultados como enorme en su corazón.