Previo a estos compromisos, el seleccionado mexicano mostró algunas señales de haberse sacudido el óxido que causó que las eliminatorias mundialistas y los amistosos anteriores se convirtieran en todo un calvario para el técnico Gerardo “Tata” Martino.
Sólo dos meses separan a la selección nacional masculina de México de su debut en fase de grupos del Mundial de Qatar, previsto para este 22 de noviembre contra Polonia. Antes de viajar al Oriente Medio, la Selección tiene en agenda jugar dos amistosos en California, contra Peru (24 de septiembre) en el Rose Bowl de Pasadena y contra Colombia (27 de septiembre) en el Levi’s Stadium de Santa Clara.
Previo a estos compromisos, el seleccionado mexicano mostró algunas señales de haberse sacudido el óxido que causó que las eliminatorias mundialistas y los amistosos anteriores se convirtieran en todo un calvario para el técnico Gerardo “Tata” Martino y su plantilla. Durante una rueda de prensa celebrada el martes, los temas de preocupación por lesiones, el descontento de la hinchada y problemas de liderazgo rodearon al equipo que apenas cuenta con una victoria en sus últimos cinco compromisos.
México ha estado muy lejos de mostrar su mejor nivel, y con las esperanzas de que este mes recupere la confianza que tanto necesita; les presentamos a continuación algunas interrogantes que siguen acechando a la selección del “Tata” Martino poco antes de la cita mundialista.
¿Perseguirán las lesiones inoportunas a México?
En un escenario ideal, Martino tendría disponibles a sus mejores jugadores con miras a los amistosos venideros y prosiguen sus preparativos para el Mundial. Por el contrario, el entrenador se verá obligado a proseguir con su trabajo de base sin contar con algunas figuras de primer nivel.
Martino indicó que el artillero estrella Raul Jimenez “no tiene probabilidades” de jugar esta semana debido a una lesión. Martino se negó a garantizar que la figura del Wolverhampton Wanderers jugará la Copa del Mundo, indicando que “nunca creía que nos encontraríamos en esta situación… debo pensarlo mucho”.
Si bien se encuentra concentrado con el equipo, Jiménez efectúa trabajos de recuperación junto al zaguero del Ajax Amsterdam Jorge Sanchez y la dupla del Monterrey conformada por Rogelio Funes Mori y Luis Romo. Todos tiene previsto abandonar la concentración antes del encuentro contra la Selección Colombia. Asimismo, el volante del Houston Dynamo FC Hector Herrera también es duda, y actualmente se encuentra bajo evaluación del cuerpo médico.
Junto con la seria lesión en una pierna sufrida por el extremo del Sevilla Jesús “Tecatito” Corona en agosto pasado que probablemente lo mantendrá fuera del Mundial (a pesar de que Martino expresó que volverán a examinarlo a principios de octubre), ahora la selección de México se encuentra con un poco más de la tercera parte de su XI ideal afectado por problemas de salud.
Eso significa que los dos próximos encuentros serán clave para encontrar a quienes podrían servir como tentativos reemplazos. Suplentes de la talla de Henry Martin, Santiago Gimenez, Diego Lainez, Orbelin Pineda, Erick Gutierrez, Luis Chavez, Kevin Alvarez y otros tantos deberían recibir la oportunidad para sumar minutos y alejar las preocupaciones causadas por las lesiones. Dicho lo anterior, si Martino no logra encontrar soluciones, el escepticismo al rededor de El Tri no hará más que crecer a medida que nos acerquemos al Mundial.
¿Existe un vacío de liderazgo en la Selección Mexicana?
Cuando la situación se complica para México, como ha ocurrido durante el último año, múltiples aficionados y medios de comunicación han añorado la presencia de líderes de antaño, como el excéntrico y volátil Cuauhtemoc Blanco o el más estoico y decidido Rafael Márquez.
La sensación de la carencia de orientación firme se ha convertido en tema de debate, pero ¿es una tesis necesariamente válida?
“Dicen que no hay líderes en la selección. Eso no es cierto. Lo dicen porque buscan al líder del pasado: el gruñón, el regañón, que hace demostraciones y eso ha cambiado”, expresó el capitán Andrés Guardado en la comparecencia ante la prensa del martes con respecto a la supuesta falta de figuras con don de mando.
Posteriormente, Guardado hizo un comentario válido al reconocer que prefiere ser la clase de capitán más abierto y accesible. En vez de sostener esas conversaciones “rígidas y frías” con las que tuvo que lidiar cuando era más joven, prefiere ser más tranquilo e involucrarse más en la transición de los nuevos futbolistas que llegan al plantel.
Dicho esto, es probable que también se esté produciendo una transición entre líderes distintos dentro del seleccionado mexicano. Si bien la presencia de Guardado es sumamente importante dentro del vestuario, no se puede decir lo mismo sobre la cancha cuando ya no es miembro garantizado del XI titular. Otros veteranos tales como Herrera y Héctor Moreno se encuentran a punto de ser sustituidos en sus puestos inicialistas, o ya fueron reemplazados.
Guillermo Ochoa es miembro indiscutible del XI titular y casi sonaba como político en la rueda de prensa del martes, proclamando que “cuando un mexicano debe cerrar filas, todos cerramos filas”. Sin embargo, su influencia como líder persiste como protector del arco, en vez de jugador de campo.
Es poco probable que repentinamente veamos que el brazalete de capitán sea entregado a un nombre más joven en los próximos amistosos; sin embargo, algunos jugadores de temperamento tranquilo o duros trabajadores como Edson Álvarez, César Montes o Gutiérrez deberían mostrar ambición para dar el salto y tentativamente convertirse en fuerzas de liderazgo con miras al Mundial.
¿Y qué hay del quinto partido?
Es una obsesión nacional, sinónima de su selección: el “quinto partido”.
Así se refieren los mexicanos a su desesperación por clasificar a cuartos de final de la Copa del Mundo (y así jugar un quinto encuentro en la competición) luego de quedar eliminados en octavos durante siete ediciones consecutivas.
Si bien es impresionante que México siempre ha avanzado más allá de fase de grupos desde Estados Unidos 1994, el hecho de que la selección ha tenido un destino similar en siete torneos parece simbolizar un estancamiento, en vez de crecimiento, para la estructura del combinado azteca.
En estos momentos, el estancamiento con regresión parece ser lo más relevante para México. El propio Martino admitió creer que su plantilla jugó al mejor nivel durante 2019-20 y experimentó un bajón en el último año, en el que no lograron imponerse en la CONCACAF Nations League y Copa Oro, aparte de sumar cuatro cotejos consecutivos sin conocer la victoria contra sus rivales de Estados Unidos.
Se acaba el tiempo para que México recupere la senda ganadora y posiblemente llegar a ese quinto partido; sin embargo, si existe la mínima posibilidad de que eso ocurra, los resultados convincentes contra Perú y Colombia serían pasos gigantescos en la dirección correcta.
Álvarez confesó en la jornada del martes que el seleccionado mexicano visualiza ese quinto partido a medida que sigue su camino para lograrlo.
“Siempre pensamos en ello, pero debemos mantener la tranquilidad en nuestras mentes, porque si llegamos [a Qatar] con esto en mente, no será bueno para nosotros”, afirmó el mediocampista.
Será un equilibrio delicado entre tener objetivos presentes y no pensar en exceso en ello, y en el proceso de luchar por alcanzar ese logro, dos triunfos en amistosos harían maravillas para llenarlos de confianza con miras al Mundial.
Jiménez también se refirió al famoso “quinto partido”. Posiblemente tuvo la respuesta más graciosa, e incluso mostró la mentalidad perfecta, cuando se le preguntó cuál era el factor más importante para clasificar a ese tentativo quinto cotejo: “Ganar el cuarto”.