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El regreso de Darío: vendía chorizos con su padre, iba a entrenar caminando y se peleó por Peñarol

Darío Rodríguez fue asistente de la Selección uruguaya en Qatar 2022 y ahora será el entrenador de Peñarol. AUFOficial

Es el menor de cinco hermanos. Se formó viendo a uno de ellos jugando al fútbol en Primera y acompañando a su padre a vender chorizos en el Estadio Centenario. Iba a entrenar caminando y de la mano de Julio Ribas cumplió su sueño en un Sud América plagado de dificultades. Cuando llegó a Peñarol lo miraban de reojo. Se peleó y fue preso por el club. Darío Rodríguez, que se fue en silencio y volvió una y otra vez como asistente y gerente deportivo, regresa al club en un nuevo rol: entrenador principal.

El reto es complejo. La gente perdió la paciencia y no tolera absolutamente nada. Pero la historia de este hombre está marcada por el sacrificio.

Darío se crió por las calles de Maroñas. Jugó en el Huracán Villegas, club que tiene la camiseta como la de alternativa de Danubio, negra con franja blanca.

A través de su hermano Héctor “Samanta” Rodríguez fue a las formativas de Defensor. Pero el sueño duró un año porque sus padres lo mandaron a estudiar. Durante ese tiempo acompañaba a su padre que vendía chorizos en el Estadio Centenario y, mientras daba una mano, aprovechaba a mirar los partidos.

Cuando terminó el ciclo básico se enroló en las formativas de Sud América. Se encontró con un club en crisis. Los viáticos brillaban por su ausencia por lo que iba a entrenar caminando.

Julio Ribas lo ascendió y lo hizo debutar en el primer equipo. No tenían ni ropa. Una vez les robaron las camisetas y jugaron con unas negras que, como ganaron, no se sacaron más hasta lograr el ascenso.

Darío fue a Toluca de México y volvió al año siguiente para reencontrarse con Ribas en Bella Vista. Luego de ganar la Liguilla de 1998 pasó a Peñarol.

SE PELEÓ POR PEÑAROL

En filas aurinegras Darío vivió todo tipo de situaciones. Se peleó y hasta fue preso por el club. Primero en un partido de Copa Mercosur de 1999 en una batalla campal contra los jugadores de Flamengo.

Luego, en el clásico disputado en noviembre de 2000, donde los jugadores de Nacional y Peñarol se tomaron a golpes de puño en la cancha. Darío, junto a otros compañeros, terminó preso en la Cárcel Central.

Eran otros tiempos y una forma de sentir y vivir el fútbol. Como le pasó en el Mundial de 2002 cuando, junto al Chengue Morales, fue a pelear al vestuario de Senegal porque habían provocado a Mario Regueiro.

Con Peñarol, Darío estuvo a un paso de la gloria al llegar a la final de la Copa Libertadores de 2011 que los aurinegros perdieron ante Santos.

La frustración fue tal que, al momento de la premiación, Darío tiró la medalla. “En ese momento sentís que lo único que sirve es la de campeón, porque es el cuadro que se pega en la pared, el que recuerdan todos. No te voy a decir, como alguna vez me enseñaron, que es lo mismo ser segundo que ser último, pero sí que es frustrante. Y bueno, me salió esa rebeldía, no lo pensé mucho. Lo que sí después pensé es que le había prometido a mi hija, que era chiquita, que iba a volver con la medalla y la fui a buscar. Me dieron otra”, comentó en una nota con Montevideo Portal.

DARÍO, EL TÉCNICO

Luego de seis años en Alemania, donde defendió a Schalke 04, Darío volvió a Peñarol donde jugó hasta diciembre de 2014. El defensa, que había iniciado el curso de entrenador junto con Antonio Pacheco, se retiró del fútbol en silencio.

En ese entonces, el equipo era dirigido por Pablo Bengoechea que le ofreció quedarse como asistente. Pero Darío no aceptó.

“Antes de retirarme hablé con Pablo (Bengoechea). Hablamos mucho; en su momento me preguntaba qué pensaba hacer; él me decía que yo tenía las puertas abiertas por si quería ayudar de alguna forma pero le manifesté que un futuro sí, ahora no”, expresó en una nota con el programa Tirando Paredes de Radio 1010.

En enero de 2016 le llegó su primer desafío como entrenador. Jorge Giordano, por entonces coordinador de Juventud de Las Piedras, se llevó a Darío para dirigir Tercera y Cuarta división. Pero duró unas pocas semanas porque Jorge Da Silva lo tentó para volver al club como integrante de su cuerpo técnico. En Peñarol fue campeón de la temporada 2015/2016. ,

Al año siguiente emigró con Da Silva a América de Cali. En 2018 fue candidato a dirigir la Tercera de Peñarol, pero no se concretó. En 2019 se fue a Defensor otra vez como asistente del Polilla.

En 2020 el entonces presidente de Peñarol, Jorge Barrera, le ofreció el cargo de secretario técnico en lugar de Carlos Sánchez. Unos meses después, con Ignacio Ruglio como presidente, volvió a la dirección técnica como asistente de Mauricio Larriera. Peñarol fue campeón del Uruguayo de 2021. Al cerrar la temporada se fue con Diego Alonso a la Selección Uruguaya como asistente técnico. Uruguay clasificó al Mundial y Darío viajó a Qatar.

Luego de la eliminación de la Celeste el cuerpo técnico se disolvió. Darío quedó a la espera de nuevos desafíos que llegaron más rápido de lo esperado. Peñarol lo volvió a llamar. Esta vez en un nuevo rol: el de entrenador principal.