Luego, en junio, Batistuta quedará con el pase en su poder, y todavía es muy pronto para saber si elegirá transcurrir un ulterior período a la corte de Héctor Cúper o decidirá, como le había confiado un par de meses atrás a ESPNdeportes.com, cerrar su carrera en el fútbol inglés.

Desde el punto de vista de los clubes involucrados, Roma e Inter, es bastante fácil visualizar la hilacha de esta trascendental operación. El presidente de Inter, Massimo Moratti, es desde siempre un gran estimador de Batigol, a quien trató en varias oportunidades de traer a su equipo.

Luego de la lesión de Hernán Crespo, un infortunio que lo mantendrá alejado por un mínimo de tres meses de las canchas, Inter necesitaba rápidamente conseguir un delantero potente, experto, famoso y capaz de movilizar con su nombre la plaza, pero sin gastar demasiado dinero en la empresa. Obviamente, la mente de Moratti encuadró inmediatamente el perfil del Rey León, que cumplía a la perfección con los requisitos recién enunciados.

Por otra parte, el matrimonio entre Roma y Batistuta se había encaminado, hace tiempo, hacia un triste final. A pesar de haber sido un jugador fundamental para la conquista del título en su primera temporada en Roma, en los últimos tiempos el delantero argentino se había debido enfrentar a la abierta hostilidad de los dirigentes cuanto de los hinchas romanistas, quienes le reprochaban injustamente poco empeño en defensa de los intereses del club.

Justamente la entrevista realizada por este corresponsal, a comienzo de noviembre, puso punto final al idilio, por otra parte ya deteriorado, entre Batistuta y el público romano. En aquella ocasión los dirigentes dejaron filtrar los contenidos de la entrevista exclusiva, bastante alterados en su significado real, para toda la prensa nacional, que al día siguiente tituló con caracteres catástrofe "Batistuta quiere dejar Roma". Desde ese día Batigol recibió más silbidos que aplausos.

Moratti, entonces, debió derribar una puerta abierta para conseguir los servicios del goleador, tanto es así que consiguió el pase a préstamo sin cargo, con el único gasto relativo al sueldo del jugador hasta junio, en total un par de millones de dólares. Un verdadera papita dulce. . .

Se trata, evidentemente, de una apuesta de ambos clubes: por un lado Inter le apuesta al orgullo herido del jugador, y sabe que de cualquier manera a junio, si el rendimiento no fuese satisfactorio, podrá liberarse de él sin más trámites, mientras que por el otro Roma se libera de un compromiso económico importante, pero con el riesgo de verlo realizar goles decisivos en otro lado.

De cualquier manera, si eso ocurriera, los dirigentes podrán siempre decir que se trata de la prueba más lampante de su poco empeño y actitud poco profesional hacia Roma: en los últimos tiempos, le han hecho y dicho cosas mucho peores.

Para el jugador también se trata de una apuesta, eso está muy claro: la de demostrar que su carrera aún no se acabó, y responderle a fuerza de goles a todos aquellos que no creyeron más en él y que olvidaron demasiado pronto los éxitos conseguidos gracias a sus tantos. Conociéndolo, estamos seguros de que, al final, será el principal ganador de esta apuesta colectiva.

LA LLEGADA A MILÁN
Por lo pronto, los primeros actos de esta historia parecen darle la razón al argentino. Los ojos de este cronista pudieron grabar fielmente la frialdad con la que Batistuta fue despedido por la capital italiana y el calor y el entusiasmo con los cuales fue recibido en Milán por los hinchas de Inter.

El martes, en la calle Durini 24, donde surge el precioso palacio medieval sede de la sociedad milanés, y a pesar de la lluvia insistente y del frío intenso, se juntaron varios cientos de simpatizantes, y a su llegada Batigol fue sumergido por un caluroso y apasionado abrazo.

"Se ve que en Milán la gente entiende más de fútbol", ironizó en la rueda de prensa el goleador refiriéndose a la cálida acogida. En el contacto con la prensa no hubo mucho más para rescatar, y muchas preguntas nos parecieron fuera de contexto. La situación, que les resumimos en la primara parte de esta nota, es demasiado clara como para necesitar ulteriores explicaciones.

"Vengo para ganar el Scudetto, pero lo único que puedo prometer es el máximo empeño personal y toda mi voluntad", "Con Crespo nunca hubo problemas, el técnico de la Selección no nos ponía juntos pero entre nosotros la relación siempre fue excelente", "No conozco bien a Cúper, pero me intriga conocerlo y me parece un entrenador muy capaz en la gestión del plantel", "Me hubiese quedado en Roma tranquilamente, pero Inter era como una asignatura pendiente, un amor nunca concretizado, porque muchas veces Moratti me había buscado y siempre me demostró aprecio y estima, por otro equipo no me hubiera ido" y "No creo que habrá problemas para jugar con Vieri, entre campeones es más fácil entenderse y yo me adapto bien con todos".

Son probablemente las únicas definiciones dignas de nota de una conferencia de prensa mal organizada, en la cual la cantidad de periodistas presentes desbordó la organización del sector de prensa del club milanés.

Batistuta, enfundado en un completo negro, lució alegre, motivado y sereno, y no tuvo problemas en hacerse fotografiar con una bufanda negra y azul con la inscripción "Yo amo Inter" entre las manos. En varios momentos, su irritación con el público romanista fue evidente, y no tenemos dudas de que, en caso de marcarle un gol a su anterior equipo, lo gritará con alma y vida.

LA DELANTERA MÁS PODEROSA DEL MUNDO
Por nuestra parte, no tenemos dudas: Inter hizo un negoción, y ahora tiene la delantera más poderosa del mundo. Christian Vieri, Alvaro Recoba, Crespo, Batistuta (sin olvidarse de Mohammed Kallon) ofrecen, con diferentes variantes, una potencia de fuego impresionante, y a las capacidades técnicas habrá que sumarle, en el caso del Batigol, otro factor muy importante: las ganas de desquite y el orgullo del goleador que quiere demostrar que no está acabado.

Por otra parte, el plantel recibió, por su presidente, un mensaje claro y fuerte: el club está dispuesto a todo para conseguir un título que falta desde hace demasiado tiempo. También Roma, cuando buscó al goleador argentino, no lo había ganado por 17 años: Batistuta llegó y se trajo bajo el brazo el ansiado Scudetto. Si se repite con Inter, será el mejor broche para una carrera fantástica.