En esa instancia, los equipos italianos obtuvieron el mejor resultado posible, ya que pudieron meter a dos representantes propios en la gran final, en programa en Manchester el 28 de mayo. Es por eso que hoy podemos decir que Manchester, por un par de semanas, hablará en italiano.

Milan prevaleció merecidamente en un duelo entre hermanos, logrando su pasaporte hacia la final con dos empates y el valor agregado del gol de Andrij Shevchenko, que por haber sido anotado en condición de visitante valió doble y desequilibró el desafío.

Juventus, por su parte, le calló la boca a la prensa española, que la había acusada duramente de representar todo lo más feo del fútbol, al "triturar" en su cancha al Real Madrid con un 3 a 1 que revirtió el 1 a 2 sufrido en Madrid y que, en realidad, ni siquiera refleja fielmente la enorme superioridad manifestada en la cancha por los Campeones de Italia.

Por lo tanto, nadie puede decir que esta final envuelta en el tricolor italiano no haya sido plenamente merecida. Y si el partido entre Milan e Inter, por tratarse de un clásico ciudadano disputado en una instancia tan trascendental, fue un partido de nervios y de garra, y quizá por eso hubo poca preocupación por el espectáculo - pero ojo, porque también la emotividad y los finales apasionantes son espectaculares -, Juventus se encargó de recordarle al mundo que un equipo italiano puede jugar, si necesario, conjugando utilidad y espectáculo en el mismo verbo, triunfar.

En este momento de alegría, queda un sólo detalle desafinado: el sabor amargo en la boca de los jugadores e hinchas de Inter, condenados a ver la final por televisión sin ni siquiera haber sido vencidos en la cancha. Terrible...

MILÁN BUSCA LA SEXTA
Milan, de todas maneras, mereció ampliamente llegar a la definición del torneo continental, no sólo por haber mostrado algo más que Inter en la semifinal, sino también por todo lo bueno mostrado en los 16 partidos previos de esta aventura.

"Creo que merecimos llegar a la final - afirmó a nuestros micrófonos Clarence Seedorf, todo un experto de Copa ya que la ganó dos veces con dos equipos diferentes, Ajax de Amsterdam en 1995 (venció en final justamente a Milan, por 1 a 0) y en 1998 con Real Madrid - no sólo por lo que hicimos contra Inter, sino también por haber sido, a lo largo de toda la competencia, los únicos que mostraron algo diferente, un fútbol ofensivo y espectacular".

A nuestra objeción, es decir que contra Inter ese juego bonito no había aparecido, el volante holandés respondió que "realmente es muy difícil jugar bien contra un equipo como Inter, y de cualquier manera en el segundo tiempo del primer partido y en el primer tiempo del encuentro decisivo, creo que Milan lo hizo bastante bien, a pesar de los nervios y de la atmósfera de gran tensión que se vivía en la cancha. ¿Quién prefiero entre Real y Juve? (Las entrevistas fueron hechas inmediatamente después del partido de Milán, NdR) Realmente me da lo mismo, pero creo que una final contra el Real sería, hoy por hoy, lo máximo desde el punto de vista deportivo".

Clarence deberá quedarse con las ganas, porque como sabemos ahora el rival será Juventus. Algo que tampoco Manuel Rui Costa había sabido prever.

"Yo preferiría una final contra el Real - nos dijo el portugués - por una razón muy simple y egoísta: de esa manera seguramente un portugués, Figo o yo mismo, levantaría la Copa. De cualquier manera, soñé toda mi vida jugar la final de la Champions, y ahora que finalmente lo logré trataré de hacer todo lo posible para ganarla. Creo que, en los 180 minutos ante Inter, Milan demostró ser el mejor, más allá de los dos empates, y estoy muy satisfecho con mi rendimiento. Lo único que todavía no logré, en Milan, es el gol en un partido oficial: claro que lograrlo en la final de Manchester sería la felicidad más grande de mi carrera deportiva, pero también me conformaría con una asistencia", concluyó, con una sonrisa pícara.

Quien, en cambio, esperaba una final toda italiana era el vice presidente de Milan, en su papel oficial de Presidente de la Liga italiana. "Una final toda italiana sería una satisfacción enorme, luego de todo lo malo vivido en los últimos años y la fea experiencia del Mundial". Juventus se encargó de conformar sus deseos.

Obviamente, la campana que sonaba en el vestuario de Inter tenía una tonalidad muy diferente. Fue doloroso, para nosotros, ver llorar irrefrenablemente a Javier Zanetti e Iván Córdoba, por ejemplo, dos muchachos que entregan siempre todo lo que tienen adentro y que se quedaron con las manos vacías a pesar del esfuerzo realizado. "No lloraba por mi error - nos confió el colombiano, con la cara de quien no tiene consuelo, en referencia a la jugada del gol de Shevchenko - sino por todos los sacrificios hechos y estos cuatro años de trabajo, que habrían merecido algún resultado mejor. Lloré porque me sentí impotente, perderse la final sin haber sido derrotado es algo demasiado duro".

Conceptos parecidos expresó Zanetti. "No creo que Milan haya merecido la final más que nosotros. - nos dijo el argentino capitán del equipo, el único junto al entrenador Héctor Cúper que le dio la cara a toda la prensa después del partido, demostrando en una nueva manera su hidalguía - Es más, analizando en la memoria ambos partidos, creo que nosotros tuvimos las mejores ocasiones de gol. Ver la final por televisión será un tormento, realmente".

"Las diferencias entre nosotros fueron mínimas, como era lógico en un clásico de esta naturaleza. - sostuvo con firmeza Cúper - No puedo honestamente decir que Milan haya robado la clasificación, pero siento que quedamos afuera por una diferencia realmente infinitesimal, un milímetro". No tuvimos ánimo de preguntarle por su futuro en ese momento, pero recogimos una reflexión del técnico al respecto.

"Por cualquier equipo de Europa llegar segundo en el torneo italiano y semifinalista en la Champions, realmente a un suspiro de alcanzar la final, sería un balance más que satisfactorio. Lamentablemente, Inter tiene urgencias diferentes, porque no gana hace demasiado tiempo, pero nosotros volvimos a meterlo entre los primeros 4 equipos de Europa luego de 22 años. Mi futuro, en este momento, no depende de mí, pero y espero las decisiones de los dirigentes con la serenidad que me da la conciencia tranquila, la de haber hecho todo lo posible hasta el final".

También el técnico de Milan, Carlo Ancelotti, tuvo palabras de elogio para su rival vencido. "Sólo en Italia llegamos a estos absurdos: por toda la semana no se habló de otra cosa que del despido del entrenador derrotado en esta instancia. Podía tocarme a mí, ahora le tocará a Cúper, un técnico que estimo y que no merece este "juego a la masacre". Creo que merecimos la final, pero Inter fue un rival durísimo y, paradójicamente, no mereció quedar afuera de esta manera. Así es el fútbol, y la prensa italiana debería aprender a valorar una semifinal en Champions en lugar de crucificar quien la consigue". Un excelente ejemplo de deportividad y inteligencia. Cúper y Ancelotti se apretaron las manos con una mirada cargada de contenidos que ellos solos pueden entender.

"LA MEJOR JUVE DE TODOS LOS TIEMPOS"
El delantero franco - argentino David Trezeguet logró su cometido. Quería marcar un gol decisivo, y al final marcó dos: el primero en Madrid, fundamental porque mantuvo a flote a Juventus cuando el Real parecía poderla desbordar, y el segundo en Turín, el que le abrió las puertas al triunfo más notable del equipo en los últimos años. Trezeguet, eufórico, fue aún más allá.

"Acabo de ver jugar la mejor Juventus de todos los tiempos - nos dijo con convicción, y no nos pareció el caso de hacerle notar que, vista su joven edad, difícilmente pueda haber visto otras grandes Juventus, como por ejemplo la de los años 80 (Zoff, Scirea, Cabrini, Tardelli, Causio, Rossi, Platiní y Boniek). De cualquier manera, nadie hubiera podido desarmar su total convicción. - Es así, mejor de esta no pudo haber nunca.

Especialmente la del primer tiempo, cuando parecía que en la cancha estuviese un solo equipo. Jugamos un encuentro lindísimo, construyendo algo muy importante. Creo que contra Milan será muy dura, pero estoy confiado, jugando así podemos levantar la Copa. Estoy cansado, pero muy feliz, me doy cuenta de las mejorías en mi condición, y ahora tengo otras dos semanas para llegar a mi máximo nivel".

También Alex Del Piero muestra una sonrisa luminosa. Su gol fue realmente una joyita: lo dejó sentado a Hierro, lo dejó mirando a Salgado, y definió con frialdad luego de una jugada que por sí sola valía el precio de la entrada.

"No sé si ha sido el gol más lindo de mi carrera, pero fue muy importante, porque el 2 a 0 nos dio más seguridad y tranquilidad, mientras que el Real quedó, como su capitán, sentado sobre el césped. Había dicho que para ganarle al Real hacia falta una Juve perfecta, y así fue. Hasta fue perfecto Buffon, al atajar el penal, porque si el Madrid se ponía 2 a 1 por ahí ahora estaríamos hablando de otra cosa".

El argentino Mauro Camoranesi nos regaló apenas una frase, pero tuvo el poder de encender una polémica. "Tuvimos más garra - pero en realidad utilizó un terminó algo más colorido, irrepetible en esta columna - que el Real, y por eso merecimos vencerlos y llegar a la final". Cerca estaba el brasileño Roberto Carlos, que entendió perfectamente el español de Camoranesi y replicó con bronca: "Bueno, entonces en Manchester ganará el Milan".

Más allá de esto, el brasileño fue el que peor aceptó la derrota: "Creo que merecimos pasar nosotros, el penal errado nos perjudicó, pero demostramos que somos mejores que Juventus". Tuvimos ganas de preguntarle qué partido había visto, pero nos quedamos con el comentario de Del Bosque, mucho más ubicado: "Juventus mereció llegar a la final, porque en la suma de los dos partidos jugó mejor que nosotros. ¿El penal errado? Algo que puede pasar en el fútbol. Pero repito que Juventus mereció la clasificación". Todo un caballero, Roberto Carlos debería seguir su ejemplo.

¿UNA FINAL FEA?
En las últimas semanas, la prensa internacional, pero especialmente la española y la inglesa, trataron con todos los medios de desprestigiar el fútbol italiano. Los españoles sangraban por la herida de dos equipos - Valencia y Barcelona - eliminados por los italianos cuando todo parecía indicar lo contrario, y los ingleses celaban por la ocasión perdida por Manchester United de jugar la final en su propia cancha.

Otra vez, interminables discusiones sobre "catenaccio", "anti fútbol" y similares llenaron las páginas de los diarios. Ahora, inevitablemente, hay quien sugiere que la final será fea, porque protagonizada por dos equipos italianos.

Tienen razón. Probablemente, la final no ofrecerá el espectáculo que están acostumbrados a ver en esas plateas. Será diferente, como lo es el fútbol italiano.

Personalmente, nos encanta el juego bonito, pero también nos disgusta, y mucho, la ingenuidad táctica. Si el juego bonito se consigue porque los defensores marcan como Hierro, Van de Boer o Rio Ferdinand, decimos "No, gracias, me quedo con lo que tengo". ¿Alguien cree que el Piero hubiera podido dejar "sentado" a Nesta o Cannavaro como lo hizo con Hierro? Por favor...

Los italianos tienen una culpa gravísima: no dejan nada librado al caso. Estudian todos los detalles, en función de la excelencia. Por que lado encarar a un defensor, que zona de la cancha prefiere un volante de creación, por que lado sabe enganchar mejor un delantero: todo es analizado con un verdadero criterio científico, todas las variantes evaluadas, descartadas o elegidas sobre la base de atentas observaciones y amplia experiencia.

Real Madrid pecó de una ingenuidad táctica inconcebible, ante Juventus, un error que seguramente Milan no repetirá. Ante una zona media formada por Edgard Davids, Alessio Tacchinardi, Pavel Nedved y Gianluca Zambrotta (unos 20 pulmones entre los 4), y sin Makelele, Del Bosque presentó a Esteban Cambiasso y Flavio Conceiçao, entregándolos a una verdadera masacre futbolística. Una ingenuidad táctica que, en Italia, ni siquiera un técnico de segunda división hubiera cometido.

Así como, seguramente, no la cometerá Ancelotti, quien seguramente se refregó las manos cuando Nedved vio la amarilla que lo marginará de la final.

Vale recordar un episodio: en el partido de ida del campeonato local, en Turín, Milan presentó la zona central con Pirlo, Rui Costa, Seedorf y el solo Gattuso como hombre de contención. La presión de Juventus (inclusive al límite de la falta) dos veces logró robarle la pelota a Pirlo, y así llegaron ambos goles del 2 a 1.

Ancelotti aprendió la lección, y en el partido de vuelta puso a Ambrosini cerca de Gattuso. Milan no fue desbordado por la dinámica de Juventus en la zona central, y dio vuelta al resultado ganando a su vez por 2 a 1.

¿Queda claro? No será un partido abierto, será una batalla, física, nerviosa y mental, que se definirá por detalles tácticos y alguna genialidad técnica de sus protagonistas. Gracias a Dios, en la cancha sobrarán campeones: Inzaghi, Shevchenko, Maldini, Nesta, Thuram, Davids, Del Piero, Trezeguet. Todos nombres que garantizan el castigo del primer error adversario.

Tal vez los espectadores, especialmente los ingleses dueños de casa, preferirían un espectáculo diferente, pero seguramente todos los entrenadores de Europa y del mundo (incluyendo a ingleses y españoles) estarán en la cancha, o frente a la televisión, para aprender algo.