El golf es el deporte que sufrió de manera más abrupta la interrupción por la pandemia de coronavirus.
The Players Championship es conocido popularmente como el ‘quinto major’ por la gran cantidad de dinero que reparte en premios y porque ninguno de los mejores jugadores del planeta se lo pierde salvo que sea por una lesión grave.
Además, es el primer evento gigante del año calendario.
Todos los ojos del mundo golf estaban puestos en ese torneo el jueves 12 de marzo.
Sin público presente por prevención, se disputó la primera ronda. Pero esa misma noche el campeonato fue repentinamente cancelado por las autoridades.
Sorpresa mayúscula.
¿Por qué en un deporte que se disputa de jueves a domingo se inició un torneo de esta envergadura para, horas después, suspenderlo?
¿Por qué, con la chance de tomar una determinación el lunes, el martes o el miércoles, se llegó a poner en funcionamiento toda la parafernalia que implica un certamen así y recién ahí las autoridades se percataron de que había que posponerlo?
Los jugadores.
Esa es la respuesta. La mayoría de ellos había empezado a jugar bajo protesta y, al parecer, una ronda sin público les bastó para consolidar su postura de que no había que disputarlo.
Lo cierto es que de un día para otro, todo se detuvo.
No es un dato menor para una disciplina que se caracteriza por la tranquilidad y los tiempos lentos, pausados.
En el mismo anuncio, la PGA informó que se cancelaban también el Vaspar Championship, el The WGC-Dell Technologies Championship y el Valero Texas Open.
Se activó la catarata.
Apenas horas después fue suspendido el Masters de Augusta, el primero de los cuatro majors del año.
Cuatro días más tarde fue el turno del PGA Championship, segundo grande de la temporada, que se iba a desarrollar del 11 al 17 de mayo.
“Hasta fines del verano”, pronosticaron los organizadores, sin dar mayores precisiones.
Al mismo tiempo, se extendió hasta al menos el 10 de mayo el parate total del deporte.
Todavía no hubo noticias del British Open ni del Abierto de Estados Unidos. La fecha de inicio del certamen del Reino Unido es el 16 de julio, por lo que parece indefectible que también deberá reprogramarse.
En el Tour europeo la situación no es distinta. Con siete certámenes ya pospuestos, el pasado miércoles el CEO de la organización, Keith Pelley, anunció la suspensión de la venta de entradas para todos los torneos de 2020.