La cartelera de UFC 266 cuenta con dos peleas de campeonato y un combate de cinco rounds entre Nick Díaz y Robbie Lawler. Se trata de una revancha que llega 17 años después y aun así es capaz de robarse la atención de los fans.
Díaz no es un peleador normal. Para sus fans no se trata de promociones, victorias o cinturones, sino de mantenerse fiel a un estilo de combate, aunque eso le cueste la derrota.
Lawler fue campeón del peso welter de UFC por poco menos de dos años entre 2014 y 2016, pero dejó su huella con algunas de las guerras más intensas en la historia de la categoría ante Johny Hendricks, Rory MacDonald y Carlos Condit. Sin embargo, es el lado B de un combate donde su rival no ha ganado una pelea en casi 10 años.
Tendríamos que regresar hasta UFC 137 el 29 de octubre de 2011 para encontrar la última victoria de Nick, una decision unánime ante el legendario BJ Penn, y a UFC 183 en enero de 2015 para su último combate ante Anderson Silva. Sin embargo, el regreso del hermano mayor de Nate levanta expectativa entre sus miles de seguidores.
“La gente no se da cuenta de la influencia que tiene en la cultura del MMA. Este es el primer hombre, créanlo o no, que trajo una dieta saludable al deporte. Ahora es algo clave en este y todos los deportes. Él se enfocó en ser vegetariano, comer bien y puso el ejemplo. Además, fue el primero en hacer triatlón a la par de su carrera, ahora todos lo hacen, nadan, corren, andan en bicicleta. Además él siempre fue genuino y auténtico, mucha gente ha tenido éxito escribiendo sus discursos antes, pero para él no es así, cuando dice algo, lo piensa al cien por ciento. A los fans les gusta eso, él no sigue a nadie, dice lo que piensa, su actitud y su perspectiva se trasladan a la jaula. Él no cambia”, detalla Gilbert Meléndez, ex campeón de Strikeforce y compañero de entrenamiento de Díaz durante la mayoría de su carrera.
A los 38 años, el regreso de Díaz tiene muchas incógnitas pues se desconoce su estado físico para un combate, menos aún de cinco rounds. Luego de UFC 183 recibió una suspensión de cinco años por un positivo a marihuana, que hoy pinta poco más que ridículo, tomando en cuenta que la mayoría de las comisiones y el ente regulatorio del UFC, la USADA, la despenalizaron.
La ausencia de Nick fue larga, pero los números en las redes sociales no mienten cada vez que aparece. Cuando vuelva a pisar el octágono, el público se entregará como lo hizo con Nate en Glendale en UFC 263 en junio de este año. La presión constante y el estilo mexicano llevado a la jaula los convence.
Es un peleador que tiene la capacidad de arrastrar a los aficionados.
“Cuando los Díaz pelean, la gente se vuelve loca. Los aman. Son únicos, para negociar y para verlos pelear”, explicó Dana White, presidente del UFC en entrevista con ESPN Deportes.
Meléndez, quien ha estado en su esquina y compartido campamento en decenas de ocasiones con Díaz, sabe que no es una pose. Nick está convencido de que la guerra es la única forma en la que puede brillar.
“El tipo presiona a todos, los agota. Pero también es muy inteligente, tiene el mejor movimiento de cabeza, la coordinación entre manos y ojos, puede evitar golpes o bloquearlos. Puede hacerte perder energía solo con su forma de caminar hacia a ti, haciendote lanzar y fallar golpes, poner a sus oponentes en pánico cuando suelta las manos. Aunque yo creo que lo que la gente ve es su propia confianza, él cree en sí mismo como nadie, los mejores peleadores mexicanos se tienen esa confianza y se tralada en fortaleza dentro de la jaula. Él cree que es el mejor, eso es lo que lo hace diferente a todos, aún después de seis años sin pelear”, agrega.
El combate ante Lawler en su segunda edición será en las 185 libras y no en 170 como se anunció originalmente y se mantiene en la cartelera de UFC 266, donde Alexander Volkanovski defiende el cinturón pluma ante Brian Ortega y Valentina Shevchenko expone el de las 125 libras ante Lauren Murphy.