El surf ha sido una de las mayores atracciones de los Juegos Panamericanos 2019 en Lima. Es un deporte que apasiona a todos en Perú, por eso el día de las finales de la disciplina en la playa de Punta Rocas no cabía un alma en las gradas. Por estar, estaba hasta el presidente del país, Martín Vizcarra. Era un día histórico para el surf.
La delegación peruana había metido a seis surfistas de las diferentes modalidades en la jornada decisiva y ya había conseguido una medalla de bronce para abrir boca en la categoría de SUP race dos días antes. Entre los favoritos de la afición local se encontraba Benoit “Piccolo” Clemente Rothfuss, tricampeón del mundo en longboard en 2013, 2015 y en este 2019.
“Las condiciones del mar estuvieron increíbles durante la competencia. Por eso estoy feliz por el resultado, no sólo el personal sino en general. El equipo está muy unido, es increíble poder representar a mi país y tener a todo este público aquí alentándonos. Tanto aquí como en la playa se vive una fiesta y realmente estos Panamericanos dejan un legado inmenso para el Perú y el deporte peruano”, comentó Clemente nada más conquistar la primera medalla de oro Panamericana en surf para su país.
La tarde del domingo en Punta Rocas fue mágica, con Perú llevándose seis medallas, tres de oro, gracias a sus mejores tablistas. “Piccolo” conquisto una de ellas, en longboard, y demostró que la veteranía en el surf puede ser un grado.
El de Cajabamba, de 37 años, que recibió su apodo (Piccolo significa pequeño en italiano) por ser el nombre de un restaurante que regentaba su papá en Huanchaco, tiene poco de chiquito y mucho de grande dentro de los círculos surfistas. Benoit es mentor de varios competidores más jóvenes, entre otros la peruana Mafer Reyes y el uruguayo Julián Schweizer, a quien venció en la final de su categoría en Lima.
“Fue duro para mí enfrentarme a él porque “Piccolo" es mi mentor. Es un verdadero amigo, alguien con quien comparto muchísimo. Viajamos juntos a casi todos los torneos y aprendo mucho de él sobre las olas a diario. Es una persona excelente y por eso, aunque quería el oro, estoy muy feliz de ver que se lo llevó él frente a su afición”, dijo el surfista charrúa de 21 años.
“No tuve la suerte de llevarme el oro, pero veo que ‘Piccolo’ lo está haciendo bien ahora mismo. ¡Cómo me alegro!”, decía la peruana Mafer Reyes, plata en longboard femenino en Lima 2019, tras salir del agua y mientras Clemente corría olas en su final. “Él es todo un espejo en el cual mirarme. Siempre me ha ayudado mucho y su estilo en los tablones me ha servido de inspiración. “Piccolo” es muy grande”.
Su medalla de oro de en los Juegos Panamericanos es sumamente especial porque sabe que Lima 2019 puede dar un gran impulso al surf en su país. La organización ha invertido mucho en infraestructura, y tras los Juegos ésta será aprovechada por todos los amantes del deporte de los tablones.
“Desde que se anunció Lima como sede de los primeros Juegos que incluirían el surf como disciplina, supe que los quería ganar. Significa mucho para mí poder subirme al podio acá, en este magnífico complejo que se ha construido para este evento, y que cuando concluya deberá convertirse en la cuna de nuevos atletas”, explicó “Piccolo”.
El centro de alto rendimiento en Punta Rocas se estima que ha costado cerca de 8 millones de dólares, cuenta con las mejores tecnologías para desarrollar a los campeones del mañana y puede dar cabida a más de 8,000 deportistas. Benoit no tiene duda que esto será muy beneficioso para que el surf en su país continúe creciendo de la manera que ha venido haciéndolo en los últimos años.
“Cada vez hay más escuelas, más amor por este deporte, que es maravilloso. Fíjate en Daniella Rosas, 17 años, medalla de oro en su categoría... ¡y va a los Juegos Olímpicos! Estos Panamericanos han sido un verdadero éxito del que todo el mundo ha podido disfrutar y encima nos ha dejado estas instalaciones. Esta es una de las mejores zonas de Perú para surfear y contar con estos medios para que los tablistas puedan seguir progresando nos va a ayudar a seguir siendo una potencia”, dijo el surfirsta peruano.
Casado desde hace 17 años con María José Cieza, psicóloga de profesión, y padre de un niño, Benoit lleva 30 años subido sobre una tabla, cabalgando entre las olas, aunque es ahora quizás cuando ha alcanzado su mejor momento profesional —seguramente porque ha dejado de ser impulsivo hasta la médula y ha encontrado su verdadero foco en el agua—.
“Me ha costado mucho llegar hasta aquí. Llevo compitiendo desde los 12 años, aprendiendo a cada rato, puliendo errores, mejorando. Lo mío siempre ha sido correr olas, nada más”, apunta el tricampeón mundial. “Mi esposa también surfea y me ayuda bastante con el tema mental, me aconseja entre series, eso me hace mucho más fuerte. Es un gusto dedicar mi vida a algo tan bonito como el surf”.
Perú es tierra de grandes surfistas y cuenta con algunas de las figuras más reconocidas del deporte en todo el mundo, pero pocos pueden considerarse tan grandes embajadores como Benoit Clemente. El de Cajabamba es la verdadera estrella del deporte de los tablones, aunque él se maneje con una humildad abrumadora. Todos le conocen como “Piccolo” y el no reniega de su apodo. Al contrario, lo agradece.
Quizás sea esa confianza y personalidad la que le hace grande de verdad; en el surf y en la vida.