UTUADO – A mediados de julio en Puerto Rico, el sol calienta más de lo usual en las alturas de Utuado, municipio ubicado en el interior montañoso central de la isla.
Hasta allí no llega el ruido de las protestas en contra del gobernador Ricardo Rosselló, obligado a renunciar el miércoles ante los reclamos de corrupción. Tampoco el zumbido de los miles de motociclistas que transitaron en dirección al Viejo San Juan para unirse a una masiva manifestación de pueblo contra el gobernante que reunió a un estimado de 500 mil personas.
“Aquí se respira una paz envidiable. Utuado tiene muchos lugares que te permiten desconectarte del ajetreo diario y conectarte con la naturaleza ”, dijo la tenimesista puertorriqueña Adriana Díaz, quien ocupa el puesto número 29 del ranking adulto mundial de la Federación Internacional de Tenis de Mesa (ITTF) en el mes de julio.
Allí, a unas 65 millas de la capital, Díaz se alista para los Juegos Panamericanos de Lima. La tercera de cuatro hermanas —Melanie (23 años), Gabriela (21 años) y Fabiola (16 años)— Adriana, de 18 años, es la máxima figura de la delegación de Puerto Rico en Lima ante la ausencia de la medallista de oro olímpica, la tenista Mónica Puig. Pero allí en Utuado, trabaja sus rutinas con una tranquilidad asombrosa.
“Reconozco que hay un poco de presión”, confiesa Díaz a ESPN con su tímida, pero contagiosa sonrisa desde su pueblo natal. “Me preparo mucho para eso en el aspecto mental. Gane o pierda, lo importante es representar bien a Puerto Rico y dar el máximo. Al final siempre pienso en eso. Tengo la fuerza de traer una medalla”.
En Utuado no encontrarás las hermosas y tradicionales playas que caracterizan a Puerto Rico en el exterior. De hecho, toma de 40 a 45 minutos llegar a la costa más cercana. El utuadeño, más bien, cuenta con otro tipo de patrimonios como el Parque Ceremonial Indígena de Caguana, unos de los yacimientos arqueológicos más espectaculares del Caribe.
Si bien es fin de semana y hace calor, se frecuenta ir a los ríos Viví y Tanamá, o se va a pescar y ‘kayakear’ en los lagos Caonillas y Dos Bocas. Si ‘pica’ el hambre, se visita la Pastelillera Otoao, pequeño y viejo rincón que produce en una típica mañana unos 300 ricos y gigantescos pastelillos.
Pero, sin restar importancia a lo antes mencionado, Utuado es, más que todo, sinónimo de tenis de mesa.
Club Águilas: Un proyecto familiar
Bladimir Díaz, padre de Adriana, y su hermano, el también entrenador Eladio Afanador, son los encargados de dirigir deportivamente el club Águilas de la Montaña, localizado en el complejo utuadeño que lleva el nombre de su madre, Zaida Nieves Andújar, y que es considerado la ‘meca’ de este deporte en Puerto Rico.
En el club, además, opera una escuela secundaria con 21 estudiantes. La directora es Evidalyxie Pérez, pareja de Eladio y madre de Brian Afanador quien, junto a Adriana, se agenció de un histórico boleto a los Juegos Olímpicos de Río en 2016.
“Aquí estudiaron los propios Adriana y Brian”, explica Afanador padre, durante uno de los entrenamientos de la delegación masculina.
De tan solo asomarte a la entrada de dicho lugar, ya se siente una atmósfera diferente. El sonido que produce el contacto de las raquetas sobre las pelotas en las 12 mesas allí estacionadas eclipsará el crujido de los vehículos en la avenida más cercana.
Una vez en el complejo techado con zinc galvalume, lo primero que capta la atención es la bandera puertorriqueña de fondo, entre medio de dos grandes fotos de Adriana y Brian, destacando las virtudes carácter y sacrificio.
Hay también más posters de jugadores y otros atletas, como el ex vallista Javier Culson y el gimnasta Tommy Ramos, cada uno tapando las ventanas de la localidad para controlar la candente luz del sol.
El equipo masculino completa su entrenamiento y llega al complejo Adriana, junto a sus dos hermanas Melanie y Fabiola y también Danielys Ríos, tercera raqueta del conjunto femenino. Gabriela ha priorizado estudios universitarios.
Los pocos allí presentes callan y contemplan. Incluso aquellos que ya estaban en silencio jugando una partida de ajedrez. Las cuatro chicas, bajo las órdenes del padre de Adriana, comienzan las rutinas técnico-tácticas. Una en específico hace ver las cosas más sencillas de lo que verdaderamente son.
En una equina sentada sobre el suelo sonríe Marangely González, madre de las cuatro hermanas Díaz y esposa de Bladimir. A estas horas de la tarde acostumbra a trabajar desde su oficina como abogada, pero hoy hizo espacio en su calendario para presenciar el entrenamiento.
“¿Vieron ese punto?”, cuestiona. “Eso es una de sus especialidades de Adriana. El ‘feeling’ de la pelota. Muchas veces las rivales no tienen ni idea de cómo defender esos servicios”, destacó Marangely casi con la misma emoción que cuando su hija Adriana le contó hace dos años que la legendaria Serena Williams quiso cambiar un pin con ella en Río 2016.
Cerca de Marangely, yacen en la pared otra decena de placas, reportajes locales y premios al club Águilas y sus jugadores, por si había alguna duda de que nos encontramos en la meca del tenis de mesa.
Las hermanas Díaz, en conjunto con Ríos, finalizan el entrenamiento con una corrida en los aledaños del coliseo por unos 20 minutos. “Estos son los detalles que me gustaría que la gente viera”, dice con cierto tono de frustración Díaz padre, consciente de que todavía es la hora que el tenis de mesa no tiene el respeto que merece comparado con los deportes de élite en la isla. “Estos jugadores se matan entrenando física y técnicamente. Invierten horas. Esto no es solo recreativo como algunas personas piensan”, indicó.
Declaraciones que confirma el presidente de la Federación Puertorriqueña de Tenis de Mesa, Iván Santos.
“La gente a veces no entiende la magnitud de lo ha logrado el tenis de mesa de esta isla internacionalmente”, destacó Santos, máximo responsable junto a su esposa Leticia de que en Puerto Rico se le haya dejado de referir a este deporte como ‘pin pong’. “Lo que se hace aquí es casi un milagro. Con mucho esfuerzo y trabajo, jugadores Adriana y Brian han inspirado a nuevas generaciones que ayudarán, eventualmente, a que se siga masificando este deporte”.
Ganando desde la barriga de su madre
Adriana tuvo su primer contacto con el tenis de mesa gracias a su madre Marangely, quien días antes del nacimiento de su tercer retoño, se escapó de una cita médica para competir en un torneo de una de las ligas interuniversitarias de la isla.
“Todo lo que hacemos en el deporte gira en torno a la familia. Nosotros empezamos esto como una familia. Estoy donde estoy gracias a mis padres y hermanas. Son lo mas esencial en mi vida”, sostuvo Adriana.
González terminó ganando ese evento, estando embarazada de Adriana, y luego emprendió su carrera profesional como jurista.
“Jamás imaginé durante ese torneo que Adriana terminaría convirtiéndose en lo que es hoy”, reconoció González. “Todos los días nos sorprendemos de lo que ha logrado. Es impresionante que a sus 18 años tenga tantas vivencias para contar”, añadió.
Fue cuando Adriana tenía unos cinco años que su padre y entrenador, Bladimir, se dio cuenta que la tercera de sus hijas tenía un talento fuera de lo común.
“Yo usualmente entrenaba duro a Melanie, por lo que no tenía tiempo para atender a Adriana. Un día vi cómo Adriana hacías cosas fuera de lo normal, practicando con una de las madres del club en Utuado, y ahí dije que tenía que por obligación atenderla a tiempo completo”, detalló el padre de Adriana, quien actualmente lleva las riendas de la delegación femenina de tenis de mesa de Puerto Rico.
Tras arrasar en eventos cadete y juvenil, Adriana debutó con 14 años en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz, en 2014. Obtuvo par de medallas de oro por equipo y dobles mixtos; plata en dobles femenino y bronce a nivel individual.
Luego en los Juegos Panamericanos de Toronto, en 2015, fue parte del equip que ganó bronce por equipos y en los Centroamericanos de Barranquilla, en 2018, fulminó la competencia capturando otras cuatro preseas doradas.
“Algunas veces las cosas parece que no se van a dar. Pero hay que seguir trabajando fuerte porque al final, la vida se los otorgará”, manifestó Adriana.
Como si fuera poco, además, en su primer torneo como jugadora profesional, conquistó el cetro de la Ultimate Table Tennis League, de India, con el equipo Dabang Smashers. Ha ganado, igualmente, el US Open de adultos, el Campeonato Panamericano y el Safir Open de Suecia, entre otro sinnúmero de eventos.
El oro panamericano, un reto personal
La preparación de Adriana para Lima fue posiblemente la mejor de su carrera porque, aparte de integrar variedad de equipo tecnológico, tuvo la oportunidad de enfrentar en par de ocasiones a la jugadora número del mundo, la china Ning Ding. Tanto individualmente, como por dobles mixtos junto a su primo Brian. El escenario fue el Mundial de tenis de mesa, celebrado en Budapest, Hungría.
“Cuando me enfrenté a ella me dio un poco de miedo al principio. Tenía un poco de nervios, pero cuando empecé a jugar me sentí más relajada. Aprendí muchísimo en ese partido”, aseguró.
Ding culminó venciendo a Adriana en dicho encuentro en cuatro parciales (11-1, 11-8, 11-2 y 11-5).
“Son nuestros ídolos fuera del campo de la mesa, pero no demostramos miedo. Nosotros queríamos hacerles la presión”, señaló Brian, número 92 en el mundo según el escalafón de la ITTF de julio.
“Conociendo a Adriana, está enfocada 100 por ciento en ese oro panamericano que le clasificaría a Tokio. Aquí no le tenemos miedo a nadie”, añadió.
Previo a su regreso a Puerto Rico en el verano, Adriana mantuvo una intensa pero productiva gira por Asia —a la que considera ya su segunda casa— afinando detalles rumbo a Lima.
“Mi preparación para Lima fue una de las más difíciles que he tenido. Fui a Corea, estuve de gira por China, Hong Kong, Japón… todos esos eventos fueron fuertes. Es cierto que me pudo haber ido mejor, pero en un futuro estoy segura de que lo haré. Estoy puliendo esos detalles”, dijo Díaz.
La canadiense Mo Zhang (27), las estadounidenses Yue Wu (40) y Lily Zhang (69), y la brasileña Bruna Takahashi (74), se perfilan como las principales rivales de Adriana en suelo peruano.
“Sí que me he comunicado con algunas de las posibles rivales, pero cada cual está en lo suyo. Sé que están trabajando o entrenando. Será un reto fuerte. Llevan meses entrenando en países como Austria y Dinamarca, con deseos de venir a Lima y como bien dice aniquilar a todo el mundo. Pero también estoy entrenando fuerte”, sentenció.
Mientras llega la importante cita, Adriana, al ritmo de Hijos del Cañaveral (Residente) y Vamos a Celebrar (PJ Sin Suela) —sus canciones predilectas a la hora de disputar un duelo— sigue disfrutando y aprovechando el tiempo con su familia entre las verdes montañas que la vieron crecer. Ya sea viendo películas o opinando sobre los dibujos de la más artista de sus hermanas, Fabiola, o prestándose para grabar bromas en un canal de Youtube con sus otras mitades, Gabriela (la académica) y Melanie (la disciplinada).
Adriana, incluso, ya compró su primera casa, cerca de una finca de su familia y tiene planes de habilitarla. Aunque por sus planes todavía no pasa mudarse del hogar de sus padres.
“Soy muy protectora con todas”, destacó Melanie. “Pero con ella un poquito más y creo que eso no le gusta mucho que digamos”, comentó entre risas la mayor de las Díaz.
“Aparte de eso, nos entendemos súper bien y creo que eso es algo bien importante para tener un entorno feliz y saludable. Ella me ayuda y yo la ayudo en lo que pueda. No voy a negar que somos súper competitivas entre nosotras, pero cuando va a jugar un torneo, siempre estoy viendo sus juegos y apoyándola porque ella igual hace lo mismo”, prosiguió Melanie, número 89 en el mundo. “Creo que me pongo más nerviosa cuando ella juega que cuando yo juego”, apuntó.
Unos 18 países, representados por 84 atletas, disputarán las modalidades femenina y masculina del tenis de mesa en los Panamericanos. La Villa Deportiva Nacional, localizada en el distrito de San Luis, será la sede del magno evento que dará inicio a partir del 4 de agosto.
Brasil cargó con la presea dorada por equipos masculinos en Toronto 2015, mientras Estados Unidos hizo lo propio en la rama femenina. Las puertorriqueñas se quedaron con el bronce.
Para Adriana, más allá de representar dignamente a Puerto Rico en la justa regional, la medalla de oro individual se ha convertido en un reto personal para ella. ¿La razón? Dicha presea le daría su boleto directo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, lo que sería su segunda olimpiada consecutiva.
“Es lo mas importante”, matizó Díaz. “Quiero quedar campeona, obviamente, pero que también me clasifique a Tokio seria increíble. Quizás es poco más de presión y bastante difícil, pero para eso es que estoy trabajando”.
Adriana está lista para el reto. Perú la espera y el oro es la meta. Sabe que tiene a todo Puerto Rico detrás de ella para que, una vez más, los inspire con su éxito.