Biarritz consiguió el ascenso al Top 14 francés en una definición no apta para cardiacos. El elenco local venció por penales a Bayonne, tras finalizar empatados 3 a 3 (6 a 6 en el suplementario), en un partido sumamente dramático que contó con la titularidad del argentino Mariano Galarza en el conjunto celeste y blanco.
Solo le faltaron tries a un encuentro que quedará para el recuerdo de todos los fanáticos. Una final por el ascenso/descenso que terminó en manos del equipo que lo buscó un poco más que su rival, pero que por sobre todas las cosas, tuvo sangre fría en momentos decisivos.
Con Steffon Armitage como gran figura de la tarde, Biarritz se puso en ventaja recién a los 30 minutos del primer tiempo, gracias a un penal accesible por parte de Gilles Bosch. Esta fue la única emoción de los primeros 40 minutos, en donde hubo mucha garra y poco juego por parte de ambos equipos.
En el complemento, ninguno de los dos bajo la intensidad, pero fue Bayonne el que pudo sacarle agua a las piedras y emparejar las cosas con un penal de Lafage a los 12 minutos. Esa también sería la única alteración en el tanteador, más allá de los esfuerzos infructuosos de los dos equipos y el miedo a arriesgar para no perder.
El alargue pasó casi inadvertido. Un penal para cada lado dejó la chapa 6 a 6 y el destino quiso que el ascenso se definiera por penales. Allí, tras igualar la tanda de cinco sin errores, Aymeric Luc falló su intento para Bayonne y le dejó servido el triunfo a Biarritz. La responsabilidad final cayó en los pies de Steffon Armitage, quien una vez más se puso la capa de héroe y con un penal suave desató la locura y el festejo de todo el público local.
Fue alegría incontenible para unos y desazón para Mariano Galarza y sus compañeros de Bayonne. Las dos cara de una tarde vibrante y con una definición que difícilmente pueda olvidarse por un largo tiempo.