Luego de las declaraciones de Carlos Moyá sobre el riesgo de que Rafael Nadal no disputara los Juegos Olímpicos por un contratiempo, el manacorí trajo algo de tranquilidad reapareciendo al entrenamiento de este viernes, el cual compartió con Carlos Alcaraz, su compañero de dobles, enfrentando a la otra pareja española formada por Pablo Carreño Busta y Marcel Granollers, aunque lo hizo con un llamativo vendaje en su muslo derecho.
El balear, campeón de 22 trofeos de Grand Slam, asistió a la práctica de dobles en la lluviosa mañana bajo el techo del estadio Philippe Chatrier y se desenvolvió, aparentemente, con normalidad. Supervisado por su coach Moyá y por el capitán del conjunto español David Ferrer, se ubicó del lado derecho de la cancha, dejando en claro cómo se repartirían el rectángulo con el murciano, dupla estelar del evento, que iniciará su camino a la medalla este sábado ante los argentinos Máximo González y Andrés Molteni.
El ganador de presea dorada en Pekín 2008 (singles) y Río de Janeiro 2016 (dobles), que afronta las últimas olimpiadas de su espectacular carrera, preocupó a todos luego de cancelar las prácticas del jueves y abrió un gran interrogante de cara a su futuro inmediato.
Sin embargo y aunque su presencia en individuales aún no es segura, Nadal parecería estar apto para competir en un evento que será muy especial y que lo podría enfrentar con Novak Djokovic en la segunda ronda, siempre y cuando ambos cumplan con los deberes ante el húngaro Marton Fúcsovics y el australiano Matthew Ebden respectivamente.