Tres características los une y al mismo tiempo los diferencia nítidamente del resto: el talento natural, las ansias por alzar en el podio la copa más significativa de sus vidas y, consecuentemente, ganar por cuarta vez el abierto de Palermo.

Cambiaso sonrió por primera vez con Ellerstina en 1994, y más tarde, en 1997 y 1998, volvió al podio acompañado por Bartolomé Castagnola.

Eduardo Heguy y sus hermanos, Alberto e Ignacio, debieron esperar hasta 1996 para saber lo que era ganar en Palermo, pero la historia de este torneo los tiene entre los ganadores más recientes con las conquistas de 1999 y 2000, junto a Milo Fernández Araujo.

En la previa a una nueva definición, "Adolfito" y "el Ruso" casi coinciden en sus declaraciones:
"No tenemos miedo de Chapaleufú II, sólo respeto; además, después de perder dos finales en Palermo, aprendimos muy bien lo que debemos hacer para ganar, y con un poco de fortuna, la tercera puede ser la vencida", aseguró Cambiaso.
Casi como un eco, Eduardo Heguy, despachó lo suyo: "Antes eran un cuco, parecían invencibles; pero nosotros les encontramos el antídoto para vencerlos, obviamente hay que respetarlos y jugarles muy concentrados".

Una vez más, uno y otro vuelven a coincidir en tres puntos: no se temen, se respetan y poseen una fe enorme en que su equipo es el que va a ganar.

La gloria, la ilusión y los anhelos, todo junto en un cóctel mágico que el polo reúne anualmente en su cita más prestigiosa. Es el tiempo del partido más importante de la temporada. Y del mundo del polo.

CON LOS NÚMEROS A CUESTAS
Indios Chapaleufú II, único equipo invicto en el Argentino Abierto -ganó sus tres partidos- buscará su segundo título del año pues ya triunfó en Tortugas. Ya en Palermo, Chapa II ganó el Grupo B al derrotar a La Irenita por 19-12 y al derrotar precisamente a La Dolfina 20-14, cuando ambos ya estaban clasificados para las semifinales. En esa instancia Chapaleufú II derrotó a quien defendía el título, Indios Chapaleufú por 16-15, en un partido de alto voltaje.

La Dolfina, después de vencer a La Irenita por 15-13, perdió ante Indios Chapaleufú II y finalizó 2° en el Grupo B, logrando así lo que buscaba: jugar en semifinales con Ellerstina, al que derrotó por 15-14.

También están los otros números, que marcan que La Dolfina e Indios Chapalefú II se cruzaron en cinco ocasiones. Tres veces ganó Cambiaso, siempre en Hurlingham y en el partido final; las dos restantes fueron victorias de los Heguy, siempre en Palermo y una de ellas por 16-13 en la definición del Campeonato en el 2000.

UN DUELO DURO Y PAREJO
Ante todo, vale reiterar un concepto que nunca perderá validez: una final encierra aspectos tan particulares que muchas veces desvirtúan los antecedentes y los pronósticos.

Por eso, aun cuando La Dolfina pueda contar con ciertas ventajas en relación al estado de su caballada ya que arriba con una exigencia previa menor que la de su rival, la predisposición mental y la actitud que a la hora de la verdad exhiban los protagonistas puede equiparar esa eventual diferencia.

En todo caso, Indios Chapaleufú II parece más favorito en este duelo por haber jugado ya lo que se consideró una final anticipada con Indios Chapaleufú; experimentó una presión de las grandes y salió airoso.

La Dolfina, en cambio, primero apostó a un rival y después recién sufrió en el octavo chukker de su semifinal. Los montados, agradecidos.

Sin pronóstico en cuanto al nuevo rey que tendrá el polo argentino, cabe esperar una lucha cerrada, con especial atención a las marcas, y en particular sobre Cambiaso.