Lo increíble del tema es que al América no le alcanza si no es capaz de ser campeón. La realidad es que el América está bien y de buenas, juega con una idea clara, se defiende con orden y concentración, es contundente al frente, pero el camino para levantar el trofeo es largo y sinuoso y siempre, o casi siempre, aparece un “valiente” que lo baja de sus nubes… El América gana, gusta y golea, sin embargo, no ofrece garantía de nada…
SAN DIEGO, California.- Lo malo siempre 'vende' más que lo bueno y por increíble que parezca, la terrorífica noche de Cruz Azul parece contar con más reflectores que la gloriosa noche del América.
La realidad es que el América ha tenido semana espectacular: ganó en el Olímpico Universitario por 3-0, en Pachuca por el mismo marcador y cerró la semana con el 7-0 ante Cruz Azul. Mejor, imposible. Pero valdría la pena recordarles a los americanistas -no soy nadie para advertirles- que el torneo no se gana la Fecha 10 y que el camino será aun largo y sinuoso en la búsqueda del trofeo. El funcionamiento es excepcional: gana, gusta y golea, pero nada se ha transformado de sus pretensiones originales. Para este club, un segundo lugar, un subcampeonato, cuenta como un fracaso.
La labor de Fernando Ortiz ha sido excepcional. El América se encontró con un entrenador donde menos esperaba hallarlo. Un tipo que combina la personalidad con un perfil bajo, educado, que conoce a la institución y que ha logrado obtener el mejor provecho de su plantel. Este América ha encontrado las bases de una sólida defensa encabezada por su líder, el portero Guillermo Ochoa, con la incorporación del veterano internacional mexicano Néstor Araujo y con el nivel sobresaliente del joven canterano Emilio Lara, que ha hecho un trabajo impresionante para que el equipo no resienta del todo la ausencia de Jorge Sánchez, recientemente firmado por el Ajax de los Países Bajos. Luis Fuentes, un veterano de 35 años, ha cumplido con creces por la banda izquierda.
Pero, quizá, el gran descubrimiento que Ortiz ha logrado en su equipo es la colocación de las piezas de medio campo hacia el frente. Ahí, destacan en la contención y en el inicio de armado del juego el paraguayo Richard Sánchez y el español Álvaro Fidalgo. Luego, una línea de tres volantes que también tiene sacrificio: el chileno Diego Valdés, el uruguayo 'Cabecita' Rodríguez y el aporte, de gran forma, del joven Alejandro Zendejas. Todos ellos, respaldados por un inspirado Henry Martín, líder de goleo del equipo y de la Liga MX. Cuando el América necesita de un ajuste, hay futbolistas de sobra: el veterano Miguel Layún, el también experimentado Jonathan Dos Santos, el uruguayo Federico Viñas y cuando se reponga, también dispondrá del colombiano Roger Martínez, además del prometedor novato Salvador Reyes. Ortiz se dio el lujo de sacar a la banca ante Cruz Azul a cuatro jugadores con tres dígitos en la camiseta, es decir, elementos provenientes de la cantera.
El América ha logrado una comunión excepcional en el campo y fuera de ella, donde el americanismo, generalmente de mecha corta para la pasión, está motivado por el paso de este equipo, aunque están conscientes, la mayor parte de ellos, que sin el trofeo de liga nada de lo que están haciendo valdría la pena, ni siquiera combinando las tres “G” tan apegadas a la idiosincrasia del club, de golear, gustar y ganar.
@Faitelson_ESPN
Sí, el América va por ello. Es inmudable que es favorito para ganar la Concacaf y la Liga MX, pero los partidos hay que jugarlos y los trofeos hay que ganarlos y uno esperaría que las dificultades que ha sopesado con éxito el equipo de Santiago Solari se incrementen de forma substancial y poderosa a partir este jueves, cuando se metan al majestuoso Estadio de los Rayados, con la plantilla más rica en la historia del futbol mexicano y el único entrenador mexicano, Javier Aguirre, que ha logrado dirigir en el mayor nivel posible del juego. El América es favorito para todo, sí, pero los retos, así Rayados este sumergido en una profunda crisis, indudablemente, deben incrementarse...
SAN DIEGO, California. - El América es favorito y si usted quiere recontra favorito, como dirían sus más acérrimos aficionados, a ganar “el doblete” del futbol mexicano, Concacaf y Liga MX, pero, la realidad es que esperamos que sea presionado y probado como no lo han hecho hasta ahora.
Y ese “examen” debe comenzar, a más tardar, este jueves en el majestuoso Estadio de los Rayados del Monterrey. El América promete ser examinado en la final de la Concacaf por un equipo que, evidentemente, está en una crisis profunda, pero que conserva cierta esperanza a partir de una de las nóminas más caras en la historia del futbol mexicano y de un entrenador de amplia experiencia y trayectoria como Javier Aguirre. Ahora mismo, nadie duda de que el América entrara como el gran candidato a ganar el boleto disponible en el área para el Mundial de Clubes. Cuando suene el silbatazo inicial, los aficionados Rayados aguardan que su equipo muestre el verdadero alcance y poder su arsenal.
Y, sin embargo, para que ello suceda, el Monterrey debe jugar como, todavía, no lo ha hecho en todo el torneo. Es evidente que el América es un equipo al que debes presionar, poner a prueba, tratar de descomponer en su férreo aparato defensivo. Hacerle daño. Medirlo, si es posible, en desventaja. Rayados tiene a los futbolistas idóneos para hacerlo, pero no el futbol necesario, no, ese no ha existido. Los puntos fuertes siguen siendo sus nombres propios, Funes Mori, Vergara, Campbell, Maxi Meza, Carlos Rodríguez, Cesar Montes, Héctor Moreno, Gallardo, su solidez línea por línea, sus excesos, su banca y un entrenador que, difícilmente, cederá ante la presión. Además, su Estadio y su gente. Sus puntos débiles: que no existe como equipo de futbol. Es irregular, le falta, por momentos, intensidad y también determinación ante la portería contraria. Está inmerso en una crisis, tanto de resultados como de funcionamiento.
El América, estemos seguros de ello, va a salir a hacer lo que ha hecho en toda la temporada. Controlar sus emociones, manejar los tiempos y los espacios de la cancha y ser determinante cuando tenga la oportunidad de marcar. Si mantiene el nivel que ha tenido, será, indudablemente, el Campeón de la Concacaf. Tiene la mejor defensa de la liga, se defiende como equipo, no como un aparato defensivo, sus 10 futbolistas de campo trabajan en la contención y en la recuperación del balón. Tienen al mejor portero de la Liga en Guillermo Ochoa y, para mí, el futbolista más valioso de la campaña. ¿Algún punto débil? Debe tenerlo, aunque, hasta ahora, no los ha evidenciado demasiado. Si hurgamos bien, podríamos decir que, quizá, sea que no “aplasta” al rival, que lo deja siempre vivo o semi-consciente y que no sabemos cuál sería su respuesta en desventaja. Sólo ha perdido un juego en toda la temporada. Habrá que medirlo, también, en una jornada “a matar o morir”, donde intervienen muchos otros factores.
Sigue siendo poco creíble que un cuadro de las dimensiones de Rayados no parta como favorito para la final de la Concacaf en su propio estadio, pero es indudable que, hoy, el América esta mejor. Pero, los partidos, hay que jugarlos. Los trofeos, hay que ganarlos…
Comentarios
Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.
La Liga MX llega a su última jornada de la temporada regular con varios tópicos a resolver: los 4 invitados directos a la liguilla, los 8 que jugarán el repechaje, la definición del tema del cociente y la multa y hasta un clásico lleno de honor y orgullo entre Pumas y América, pero nada de ello parece ser aprovechado para generar más espectáculo. No existe la voluntad o la capacidad de conciliar intereses en aras de un beneficio común de la industria. Para bien o para mal, el futbol mexicano tiene en el equilibrio, o la irregularidad, un factor que puede producir emoción y morbo al por mayor. Si los tienes, aprovéchalos...
SAN DIEGO, California.- Tengo la idea de que, en muchas ocasiones, el futbol mexicano no sabe lo que realmente tiene en las manos y tampoco cómo lo puede “explotar” al máximo nivel.
Esta no es, evidentemente, ni la Premier, ni la Liga de España, ni la Bundesliga alemana, pero este es un torneo tan particular que, en la última fecha del certamen regular, 15 de 18 participantes, están en posibilidad de meterse a las finales. El nuevo formato del repechaje ha generado más emoción y morbo, por así llamarle, y habría que entenderlo y aprovecharlo de la mejor manera posible. Antes de ello, me gustaría dejar en claro que no me parece para nada correcto que 12 de los 18 clubes que participan tengan opciones de acceder a una fase de finales. Para mí, esa medida, que los dirigentes objetan es adoptada por la crisis de la pandemia, fomenta la mediocridad en un futbol que tiene pocos parámetros para medir su real nivel.
Pero, esto es lo que tenemos y al final se trata de aprovecharlo mejor.
Para empezar, la jornada 17 carece de una esencia de “juego limpio” porque no se juega a la misma hora, en el entendido que la mayor parte de los duelos están entrelazados en sus resultados y que ello puede generar suspicacia. Por otra parte, un juego como el Pumas-América, un duelo Clásico que engalana la última fecha, podría llegar “muerto” al domingo por la noche, sin ninguna esencia competitiva más que el honor. Y no sólo se trata de la quienes entran a la liguilla y quienes acceden al repechaje, también está la lucha por no terminar último en el cociente, lo que significa pagar una multa millonaria. Atlas y Atlético San Luis tienen el destino en sus manos. Jugarán entre jueves y viernes cuando deberían hacerlo a la misma hora. Definirán a un “multado” en lugar de quien tendría que perder la categoría. Otro “desperdicio” de la Liga MX.
Nadie ha pensado en un gran espectáculo de televisión para la jornada final y que defina a los 4 invitados a la liguilla de forma directa, a los 8 del repechaje, al último del cociente y un clásico capitalino que suele significar pasión y orgullo.
Tal parece que el futbol mexicano no parece interesado en ello y prefiere seguir inmerso y concentrado en una batalla enfocada en el poder y los intereses de cada grupo.
¿Cuándo podríamos llegar a un contrato colectivo de televisión?, le pregunté esta semana a Mikel Arriola, quien acaba de rebasar sus primeros 100 días como presidente de la Liga MX.
Es algo que está en nuestra agenda y que debemos lograr a corto o mediano plazo.
El futbol mexicano prepara el cierre de un torneo complicado, aún en medio de la pandemia, con estadios que apenas están abriendo sus puertas, sobrellevando una crisis económica que de acuerdo con Arriola supera ya los 2 mil 400 millones de pesos en pérdidas, pero se da el lujo de desperdiciar emoción y morbo.
@Faitelson_ESPN
Comentarios
Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.
Hace tiempo que el sueño en Coapa es ese. Lograr un futbol que se aproxime a lo que vemos en la televisión los martes y miércoles por la tarde. Alcanzar la forma y el nivel de juego que se practica en Europa. Y primero se fue Tena, un símbolo contundente del americanismo. Y después, se fue Raúl Herrera, uno de los entrenadores más ganadores en la historia del club. Y llegaron Miguel Herrera y Santiago Solari para buscar esa condición de juego que alguna vez se esbozó a través de Benhakker en el propio América y que también buscó afanosamente Jorge Vergara cuando trajo a Johan Cruyff a sus Chivas. El América quiere jugar con la consistencia del Real Madrid, con la estética del Barcelona, con el vértigo del City y con la mentalidad y profundidad del Bayern Munich... ¿Lo logrará?
SAN DIEGO, California.- Hace tiempo que desde los campos de Coapa se suspiraba por un sentido europeo del juego. El América soñaba con jugar en bajo la consistencia del Real Madrid, la estética del Barcelona, el vértigo del City y la mentalidad del Bayern Munich. La versión europea, aquella que se asomó y que también se traicionó desde el interior del club con el fugaz modelo Beenhakker de los noventa, volvía a la escena.
Y en las fuerzas básicas, de un símbolo viviente del americanismo como Alfredo Tena se pasó a Raúl Herrera, un español que había hecho maravillas en su gestión canterana con el Villarreal. Y en el primer equipo, el cambio tardó, pero llegó, al fin, cuando se encontró el momento exacto para acabar con la segunda era de Miguel Herrera, uno de los entrenadores más exitosos en la historia del club, para dar paso a un argentino que, futbolísticamente hablando, se hizo y se curtió en España, bajo la esencia del Real Madrid. Santiago Solari era la consecuencia y la consecución de un plan para que el América pensara, actuara y sobre todo jugara como los hacen los clubes europeos.
No es la primera vez que esto ocurre en el futbol mexicano. Ya Chivas, con Jorge Vergara (QEPD), había hurgado en las esencias del futbol más desarrollado del mundo. Y apareció Johan Cruyff y también un director de fuerzas básicas que venía de la famosa “Masía” del Barcelona, Albert Benaiges, o el propio Hans Westerhof que alcanzó un final con el Guadalajara. El América quiere jugar como lo hacen los martes y miércoles por la tarde en la televisión. Con el balón a ras del suelo, con el césped mojado, rápido, con el balón circulando desde el portero, pasando por la línea defensiva, el mediocampo y hasta llegar a la zona de definición. Con idea, con orden, con exactitud, con velocidad, con profundidad, un futbol que el aficionado mexicano conoció a partir de la globalización y de la explosión de la televisión satelital. Un futbol que parece el mismo juego que se practica en México, pero que, definitivamente, no lo es...
Y lo vimos por algunos momentos del Clásico del domingo. El América paseó el balón con personalidad, basado en un mediocampo donde se fincó su abrumadora supremacía sobre Chivas. Ahí, el peruano Aquino, el paraguayo Sánchez, el español Fidalgo y el canterano Córdova han intentado plasmar la idea de Solari. Lo han hecho por algunos largos parajes aprovechando la estrecha colaboración de Chivas, incapaz de ofrecer oposición. Irónicamente, el América, buscando ese “sello europeo”, terminó ganando con un par de jugadas a balón parado donde emergió la figura de Henry Martín.
El América quiere ser “europeo”. Quiere desprenderse del americanismo antiguo, el de Reinoso, el de Tena, el de Cristóbal, el de Antonio Carlos Santos, quiere también dejar en el pasado a Herrera y sus desplantes y emociones, y pretende que su futbol sea serio, rápido, efectivo, punzante, dinámico, ordenado y atrevido al mismo tiempo. No suena mal. La pregunta es: ¿Lo logrará?
@Faitelson_ESPN
Comentarios
Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.
Es un Clásico y sí, aunque parezcan lugares comunes o “clichés”, no determinan demasiado en un duelo de estas características. América y Chivas vienen de hacer torneos diferentes. Hay 12 puntos de distancia en la tabla general, deberían ser 15 por lo del Atlas y la alineación indebida, pero ello no asegura nada. Cuando suene el silbatazo en Zapopan el domingo por la noche, será un juego especial donde aquellos futbolistas que logren controlar mejor las emociones saldrán con ventaja. ¿Debe ganar el América? Es lo más probable... ¿Puede ganar Chivas? Claro que sí. Las estadísticas guárdelas para otro momento. El domingo no sirven de nada...
SAN DIEGO, California.- El mejor lugar para apuntar “las estadísticas” alrededor de un Clásico es un rollo de papel de baño. Usted sabe lo que puede hacer con él después de usarse...
El América y las Chivas aparecen en “horizontes” diferentes de cara al Clásico. Hay 10 puntos de diferencia en la tabla. Uno es el segundo puesto en la general, podría ser el primero si no le hubiesen quitado tres puntos en la mesa ante el Atlas, y el otro deambula en la parte media de la tabla, con una campaña evidentemente de carácter mediocre. Pero los números se enfrían al calor del tradicional y, sobre todo, pasional juego. Cualquier distancia, por más evidente que sea en la clasificación, termina desvaneciéndose en cuanto se escucha el silbatazo inicial del partido.
Puede sonar a un “cliché”, a un lugar común, pero esta clase de juegos se gana con algo más que futbol. La motivación, el carácter y la personalidad del futbolista suele imponerse a las carencias y suele cubrir los defectos. Chivas no llega como favorito y no tiene demasiados argumentos para vanagloriarse de su campaña. Aun así, tendrá su oportunidad el domingo y de ninguna manera veremos un partido e 10 puntos de diferencia como lo establece hoy en día la tabla general.
Es verdad que Chivas no ha encontrado regularidad en sus actuaciones, pero también podría ser un hecho que el América tenga una cosecha de puntos mayor a la que en realidad merezca su futbol. El América es favorito, lo será, y, sin embargo, un triunfo de Chivas tampoco tendría que ser tomado como una sorpresa monumental.
El América ha basado su éxito en la temporada en una defensiva que solo ha permitido 5 goles. Ofensivamente, el cuadro capitalino solo tiene un gol más que el de Guadalajara. Solari ha puesto bien. Sus piezas desde atrás y ha encontrado contundencia en momentos claves de los partidos. En su última presentación, la del sábado, no siendo mejor que el León en la mayor parte de los 90 minutos supo resolver el juego con un remate de cabeza de Henry Martín en tiempo de compensación. El América ha sido más equilibrado y Chivas ha vivido desde el desequilibrio juego a juego.
El choque ha intentado “calentarse” a la mitrad de semana cuando el defensor central de Chivas, Antonio Briseño dijo que el América no espanta a nadie y que ellos, al jugar sólo con mexicanos, tiene más identidad. La cuenta oficial del América en twitter no tardó en responder con un video y una peculiar frase: “El mejor de tus sueños o la peor de tus pesadillas”, antes de rematar con: “El más grande...”. Y está bien, un poco de sabor no le hace ningún daño al juego.
El América es favorito, pero no es un “claro favorito”, porqué se trata de un juego donde intervienen muchísimos factores, siendo, la mentalidad, el más importante de todos. La mente del futbolista, del entrenador puede transformarse, ara bien o para mal, en esta clase de duelos. ¿Las estadísticas? Ya sabe usted qué hacer con ellas…
@Faitelson_ESPN
Comentarios
Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.
Poco a poco y con una postura serena, Santiago Solari no sólo ha colocado al América en el sitio donde debe estar, ha mostrado, también, a la mitad del campeonato, avances significativos en el funcionamiento del equipo. El ex entrenador del Real Madrid ha puesto a competir a un plantel de jugadores del que se tenía poco reconocimiento y confianza. Él lo ha revalorizado. Es verdad: el América debe mejorar, sí, lo esta haciendo, puede y debe jugar de forma más profunda y espectacular e indudablemente será contendiente al título como siempre lo ha sido. El América convence. Le falta convencer al hombre más importante de esta obra, a su propio “encantador de serpientes”...
Por David Faitelson
SAN DIEGO, California.- No es fácil dirigir al América. Ni aunque te llamen “Profesor” o “Mister”, ni aunque tu pasado incluya y resalte el haber trabajado en el más alto nivel posible del juego y de su historia y mucho menos cuando vienes de lejos, cuando no perteneces al mismo “grupo sanguíneo” de su estirpe y leyenda y no alcanzas a entender todavía la verdadera dimensión de la pasión que genera este club. Santiago Solari, en tan solo algunas semanas, se ha convertido en el “encantador de serpientes” de Coapa.
Y este América nos ha ido convenciendo poco a poco de sus alcances, pero lo más importante es que termine convenciendo a su propio entrenador de que estará listo para cuando llegue el momento de hacer lo que ha hecho este club en toda su historia: levantar el trofeo de campeón.
Hace algunas semanas, cuando se le planteó al ex entrenador del Real Madrid si el América estaba para ser el dueño del trofeo del Guardianes 2021, no buscó una, sino varias salidas para finalmente entregar una respuesta poco convincente. Pero, a golpe de constancia, de practicidad y de resultados, el América de Solari termina por convencernos de su campaña.
El América está gestando una buena temporada que podría subir de tono en la recta final, cuando afronte los partidos más complejos de su calendario. Y habrá que darle el crédito de ello al propio Solari, que apenas llegó en diciembre, sin conocer al plantel ni al futbol mexicano y que ha hecho un trabajo progresivo, donde sin alcanzar todavía la espectacularidad que exige siempre el futbol de este club, lo ha puesto en el sitio que le corresponde. El América ha mejorado progresivamente desde la fecha-1, cuando la mayor parte de los expertos no creían que, con este plantel, le alcanzaría para un papel protagónico.
En lo primero que trabajó Solari es el tema defensivo. El América recibía muchos goles y mostraba carencias en un lugar donde había pocos reflectores. Acomodó al argentino Aguilera y al uruguayo Cáceres y se decidió por Fuentes y Sánchez como laterales. Uno de sus grandes descubrimientos ha sido el canterano Naveda, al que, primero, mezcló con otro producto de las fuerzas básicas, Antonio de Jesús López. Ellos fueron la contención del mediocampo hasta que el peruano Pedro Aquino, recientemente adquirido del campeón León, se hizo de la posición. Así paró Solari su aparato defensivo, siete jugadores, tomando en cuenta, por supuesto, al portero y capitán Guillermo Ochoa. Primero, lo primero: afianzar la defensa. Ello le ha dado certeza al club de lo que hace en el campo de juego. Después, hacia adelante, donde, para muchos, estaban, o están, los cuestionamientos más importantes del plantel, ha encontrado cierta solvencia, sin alcanzar todavía el potencial que requiere este equipo. Solari ha combinado futbolistas de medio campo hacia el frente. Desde Córdova, pasando por Lainez, Giovanni, Leo Suárez y hasta la llegada del joven español Fidalgo. En la última línea, la de definición, han aparecido Henry, Viñas y el colombiano Roger Martínez.
El América debe mejorar, sí, pero, a decir verdad, nadie esperaba un inicio de la era de Solari en un estado de gracia en cuanto a puntos y un equipo que mejora minuto a minuto en el campo de juego. La realidad es que el América ha ido convenciendo a sus fervientes aficionados.
Lo más difícil está por llegar, advierte sus más recalcitrantes detractores. Y sí, el calendario se pone más serio, llegarán los clásicos, y la liguilla estará próxima, pero son terrenos donde, generalmente, el América saca ventaja de su camiseta y de su experiencia. Por lo pronto, Solari está convenciéndonos. Falta que se convenza a si mismo... “El encantador de serpientes” habita en Coapa…
@Faitelson_ESPN
Comentarios
Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.
Comentarios
Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.