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LOS ÁNGELES -- Tienen razón: al Mundial, en este caso Catar 2022, ya no se clasifica “caminando”. Ni siquiera en el páramo futbolístico que es la Concacaf.
Tienen razón Guillermo Ochoa y Yon de Luisa. Ya no se consigue el salvoconducto a un Mundial caminando, pero tampoco se debe conseguir de rodillas, recurriendo a la mendicidad futbolística.
“Caminando”. El término lo acuñó Ricardo La Volpe, en su gestión al frente de Mexico rumbo a Alemania 2006. ¿Que en el Mundial fue un desastre en fase de grupos? Indudablemente y es tema aparte. En el proceso clasificatorio, ciertamente, cumplió.
Los números de La Volpe fueron abrumadores: 85 por ciento de efectividad; 67 goles en 18 partidos; sólo un empate y dos derrotas, una de ellas ante Estados Unidos en Columbus, y la otra en Puerto España, ante Trinidad y Tobago, una derrota, por cierto negociada, amañada.
El mismo técnico argentino reconoció que recibió la sugerencia de perder ese juego, aunque damnificara a Guatemala. “Para no tener problemas, dijimos, contra el equipo del que maneja la Concacaf (Jack Warner), mejor no tengamos problemas”, explicaría textualmente La Volpe años después.
Esa derrota envió a México como segundo de la eliminatoria de Concacaf. ¿Era necesario perder ante T&T? Sí. La Concacaf, a través de Chuck Blazer y Jack Warner, evitó la inhabilitación de México por dos años, tras los dopajes de Salvador Carmona y Aarón Galindo en Copa Confederaciones, y la posterior reincidencia de ambos.
“Les dijimos (a Justino Compeán y Alberto de la Torre): ‘Ustedes no hablen, ustedes calladitos, nos encargamos nosotros’, y salvamos a México ante el comité de FIFA en Zurich”, relató Chuck Blazer, entonces vicepresidente de Concacaf, a este reportero. Y, claro, favor con favor se paga. T&T acudiría a Alemania 2006, dejando a un lado a Guatemala.
“Caminando”, prometió La Volpe. En septiembre de 2016, al ser presentado con el América, el arrogante y polémico técnico argentino endosó el mérito de ese logro a Caty Camacho, arquitecta, especialista en Feng-Shui, mentalista y feligrés de la Metafísica, aunque los jugadores, simplemente, la llamaban “bruja”.
“Gracias a ella, a su aportación que hubo al grupo, pasamos caminando (el Hexagonal), porque también hay que ponerla a ella, porque yo veo a otros psicólogos y no llegan ni a la mitad de las metas”, dijo La Volpe.
No todos los jugadores estaban de acuerdo. Paco Palencia narraba a este reportero cómo los llevaron de madrugada, por instrucciones de Caty, a cargarse de energía cósmica a Teotihuacán, además de otros rituales que hicieron, refunfuñando y a regañadientes. O Claudio Suárez explicando que debían llevar una cadenita de sanación en un tobillo.
Jesús Arellano fue implacablemente burlesco en su cuenta de Twitter hacia esas prácticas. “Un día en la concentración nos hizo escribir nuestros miedos y después enterrarlos en un ataúd, hicimos todo un velorio, caminamos con el ataúd por todo el campo y lo enterramos. Hasta Cavaron el pozo. Jaja. Iban 2 con una campana y echando humo jaja”.
“Un día con una chamana o algo así, nos llevaron a las pirámides de México dizque a recargar energías Jaja y estábamos como 'weyes' soplando hacia el sur, hacia el norte con los ojos cerrados”, reveló el Cabrito años después.
Pero, tras el proceso de La Volpe, México tuvo dos eliminatorias funestas. Para Sudáfrica 2010 debió llegar Javier Aguirre a resucitar al muerto, y para Brasil 2014, Miguel Herrera entró de bombero al repechaje ante New Zealand.
“Caminando”, y tienen razón Ochoa y De Luisa. Para un futbol mexicano, que exuda corrupción, e invadido de extranjeros de medio pelo, con pocos clubes dedicados a formar jugadores de raza, eso de pasar “caminando” se ha vuelto una amenaza que aterroriza a los mismos jugadores, y eso explica la reacción del portero del América.
“Caminando”, no; pero de rodillas, tampoco. Y la exhibición de México ante Jamaica sólo engendró dudas. El Tri tenía ausencias, algunas misteriosas, oscuras, sospechosas, como la del Chucky Lozano, y hasta la del demorado Tecatito Corona.
“Caminando”, no; pero de rodillas, tampoco. Y ante Jamaica quedó en evidencia que las tres giras por Europa sirvieron de poco o nada. Gerardo Martino es el primer entrenador de una selección nacional que tiene semejante privilegio: tres periplos de preparación, y en plena pandemia, para armar un equipo competitivo. Y Jamaica, sin 12 de sus jugadores de mejor nivel, lo desnudó.
“Caminando”, no; pero de rodillas, tampoco. Parte de la afición mexicana se aferra al consuelo momentáneo de ver al Tri como cabeza del Octagonal Final de la Concacaf, que, recordemos, dejó de ser Hexagonal, como parte de un subterfugio, de una trampa de la misma Concacaf, para resucitar a Canadá, debido, por supuesto, a que el presidente (que preside pero no manda) del organismo es un canadiense (Víctor Montagliani), y que este país será una de las tres sedes del Mundial 2026, junto con Estados Unidos y México.
“Caminando”, no; pero de rodillas, tampoco. Porque México no ha mostrado compostura futbolística en 2021. Incluso, pierde la Final de la Liga de las Naciones y la Final de la Copa Oro ante Estados Unidos, en el primer caso ante el equipo “A”, y en el segundo ante el equipo “B” de EEUU.
“Caminando”, no; pero de rodillas, tampoco. Y más allá de la cadena de vetos impuestos por Yon de Luisa y Tata Martino (Arteaga, José Juan Macias, Chicharito, Carlos Vela, Carlos Salcedo, ¿Chucky Lozano?, y otros más), para los partidos ante Costa Rica y Panamá, el técnico no viaja a esa gira y deja a cargo a Jorge Theiler, quien ha tenido desavenencias con varios seleccionados, la más evidente, al hacerse pública, con Carlos Salcedo, a quien le pega tremenda gritoniza y humillación. El auxiliar de Martino ha sido tachado como prepotente y déspota al interior del Tri.
Por eso, Guillermo Ochoa y Yon de Luisa deben entenderlo claramente: “Caminando”, no; pero de rodillas, tampoco.
Recordemos que la Federación Mexicana de Futbol recibirá un bono especial de la casi treintena de patrocinadores que tiene repartidos entre México y Estados Unidos, si, y sólo si, logra meterse como una de las ocho cabezas de grupo para el Mundial de Catar. Y como se garabatea el escenario, Estados Unidos podría comerle el mandado.
LOS ÁNGELES -- La pertinaz lluvia y el sombrío silencio y abandono del Estadio Azteca, fueron un marco casi siniestro para que México debutara en un desilusionante, preocupante, alarmante, inquietante y poco seductor triunfo por 2-1 ante Jamaica.
Ojo: la victoria puede ser peligrosa. Puede ser una cortina traicionera de humo, que sirva para que se oculte la paupérrima exhibición del Tri. El sofoco pudo ser grave, de no ser por el gol de Henry Martín al ’89.
Con doce ausencias en la nómina inicial considerada por Jamaica, los caribeños de Theodore Whitmore, pusieron en ridículo a una selección mexicana, ofuscada, miope, repetitiva, atolondrada, lenta y pobre de ideas, y que además dejan un preámbulo de histeria de cara a las visitas inmediatas a Costa Rica y Panamá.
Ayer, la ecuación del fracaso fue completa para México. Porque si bien Jamaica montó una caja de caudales desde el arranque, México careció de una propuesta, de un plan, de un proyecto futbolístico, para desarrollar en la cancha.
No hubo misterios. Ni tenía porqué haberlos. Esta versión entre “B” y “C” de Jamaica arrejuntó a sus arrejuntados en una sólida trinchera, con la misión de estorbar, y la esperanza trémula, exigua de finiquitar una hazaña con un contragolpe.
Después de la afeitada perpetrada por el futbol de Inglaterra en la nómina caribeña, los jamaiquinos se olvidaron de heroicidades y se concentraron en la supervivencia.
Dos muros de cuatro hombres que se convertían en uno de ocho, fue el tan burdo como eficiente recurso en el primer tiempo para Jamaica, pero además, obligando a sus atacantes nominales, a hacer labores extenuantes de persecución, estorbo y marca.
Pero tuvieron un cómplice enfrente: México. El soso, lastimero, insultante 0-0 del primer tiempo, también se debió a que el Tri fue un prolongado y lánguido lamento durante los casi 50 minutos que duró la tortuosa primera mitad.
México conectada y reconectaba, pero sólo en las zonas grises, en los espacios muertos de la cancha, y todo cortesía de una complaciente y acechante selección caribeña, que comcedía la posesión y el traslado de balón sin ceder terreno en las zonas de riesgo.
A pesar de esa perseverante obsesión jamaiquina, México es capaz de generar una inmejorable posibilidad de gol. Sin embargo, Funes Mori, en un servicio medido, cómodo para el remate franco, elige ridiculizar su estampa, encoge el cuerpo y el remate refleja que es un Mellizo de sus temores en los momentos cruciales.
Desesperados, desordenados, los mexicanos eran demás repetitivos, sin que desde la banca al menos llegaran indicaciones obvias, para forzar espacios a la segunda línea de ataque y los disparos de media y larga distancia.
Confusión, pues, absoluta, al cierre del primer tiempo. Ni claridad en la pizarra de Gerardo Martino, ni claridad en los jugadores para idear una alternativa ante la doble trinchera jamaiquina.
El segundo tiempo trae ajustes para México. Martino reacomoda en posiciones a Alexis Vega, Sebastián Córdova y al Piojo Alvarado, para generar relevos sin que los estorbe Funes Mori.
Y entre los ajustes y una alta dosis de fortuna, México encuentra el 1-0. Rechace que pepena violentamente Alexis Vega abajo a la derecha de Blake, luego de unpar de magues que l limpian la zona.
Poco duraría la felicidad mexicana. Poco, además, porque en dos jugadas en el área, a Funes Mori, el Mellizo del ridículo, le entran estertores y escalofríos, y en dos ocasiones dispone de posición y posesión precisa para el gol. Pero arruga y entrega, precipitado y forzado, pases que no son aprovechados por Alvarado y Córdova.
Y Jamaica entiende que el gol de México ha puesto más nervioso al Tri. Y elige, entonces, al darse cuenta que se estaba asustando nomás con la zalea del tigre, y apuesta por el atrevimiento.
Contragolpe jamaiquino de dos hombres, el servicio profundo es un flan para cualquier defensa, excepto, claro, para el patidifuso y “paticonfuso” Jorge Sánchez, quien al intentar despejar, lo hace tan mal, que es un buen servicio para que Shamar Nicholson, pésimamente marcado por César Montes. El jamaiquino, sin miramientos, fusila a Guillermo Ochoa. 1-1.
Buscando respuestas, Martino ingresa al ‘74 a Orbelín Pineda y a Uriel Antuna, por Sebastián Córdova y Roberto Alvarado, pero la revelación de que el técnico actuaba por convulsiones de la desesperación, ocurre cuando ingresa Henry Martín por Alexis Vega, hasta ese momento mucho más incisivo y claro de ideas y dinámica que Funes Mori. Quedaba claro, que con tal de proteger a su paisano, deja fuera al jugador de Chivas.
No cambió la historia. México regresó a lo repetitivo, a simplificarle el trabajo defensivo a Jamaica, hasta que el minuto 89, Henry Martín pesca un potente remate para el 2-1 que parecía tan lejano como inmerecido.
Un victoria del Tri, que puede ser tan peligrosa, como se pretenda ignorar la triste exhibición en el lúgubre escenario de un Estadio Azteca vacío.
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En Catar, Memo Ochoa cataría el elíxir de la quinta Copa
LOS ÁNGELES -- México inicia su vía crucis rumbo a Catar y Guillermo Ochoa busca tenazmente su quinta Copa del Mundo. Un paraninfo al que acuden pocos: Antonio Carbajal, Rafa Márquez, Lothar Matthäus y Gianluigi Buffon.
Catar 2022 puede albergar a otros más “pentacoperos”: Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y Andrés Guardado, a quien las lesiones lo amenazan día con día. Buffon, aún en activo, trata desesperadamente de ser el primero en jugar seis mundiales.
Cierto: es diferente acudir a cinco mundiales que jugar en cinco mundiales. Guillermo Ochoa jugaría en Catar 2022 apenas su tercer mundial. En Alemania 2006 y Sudáfrica 2010 reposó ansias y ansiedad en la banca, detrás de Oswaldo Sánchez e, inesperadamente, del Conejo Pérez.
Ochoa llegaría de 37 años a la cita de Catar. Es, hoy por hoy, un intocable en los listados de Gerardo Martino. José de Jesús Corona ha quedado relegado, mientras que Alfredo Talavera sigue como su leal escolta. Detrás de ellos, sólo arqueros inconsistentes.
El arquero de las Águilas del América sigue al pie de la letra los secretos de la longevidad deportiva, sin olvidar pecados que pusieron en riesgo su continuidad con el Tri, como el famoso brunch neoyorquino con reverberaciones en San Antonio.
Él mismo ha dicho que en Catar espera cumplir dos ilusiones paralelas: acudir a su quinto mundial y que México, finalmente, llegue al paraíso prohibido del Quinto Partido.
“Mi ilusión es poder jugar un tercer mundial, poder estar en mi quinto mundial. Mi sueño es poder dar ese paso que no hemos podido darlo (jugar el quinto partido); tengo ganas de volver a intentarlo. Creo mucho en el equipo que tenemos, en la selección que tenemos”, declaró Ochoa a CNN.
Hay una estampa que estalla como una escenografía visual, acústica e inmortal, al citar a Guillermo Ochoa. Mundial Brasil 2014. Cuando se convirtió en la fortaleza de México en la ciudad de Fortaleza, en el Estadio Castealo (“Guardián” en Portugués).
Seis disparos a gol, a quemarropa algunos, por parte de la selección anfitriona. Pero, hubo un momento especial, sublime, tan épico que de inmediato generó la comparación con aquel salto, con aquel acto de levitación de Pelé ante Inglaterra en el Mundial México 70. El testarazo brutal de O´Rei y el lance imponente de Gordon Banks. La mejor atajada en la historia de las Copas del Mundo.
Fue un remix. Una versión actualizada. Dani Alves por derecha, al epicentro. Neymar salta, rebasa la marca de Rafael Marquez, y pepena, con seco cabezazo, un balón que llevaba el sello de entrega inmediata a la red de México.
“Instinto”, explicó Guillermo Ochoa al término del partido y tras ser declarado el mejor jugador de la jornada.
“Creo que sí viene siendo el partido de mi vida, hasta el momento. Había tenido partidos así, pero no se compara hacerlo en un Mundial, contra el local Brasil, contra el máximo ganador de Mundiales, el candidato a campeón, no es fácil, y sí, estoy contento de hacerlo en un marco así”, declaró Ochoa tras la nominación.
Debió ser algo más. Porque en esas milésimas de segundo, entre el frentazo de Neymar y la mano derecha de Ochoa, se hizo ese ruido ominoso del silencio patibulario, como en el vacío subyugante de las tragedias, como en el abismo sordo de las desgracias.
Media barriga de la pelota había rebasado la línea. La tribuna poblada de muecas. Los brasileños pasan, incrédulos, del gesto festivo al desencanto; los mexicanos, incrédulos, del desmayo a la exultación. Tras la acrobacia desesperada de Ochoa, un largo bufido, gutural, usurpa el espacio del orfeón del gol.
Rafa Márquez toma el rechace y abre a su derecha. Neymar es una estatua hecha con la pesada sal de la incredulidad. Ochoa se pone de pie, palmea para sacudir sus guantes. “Venga, el que sigue”, parece decir, mientras estentórea y admirada, la muchedumbre de más de 60 mil fanáticos, contempla al arquero de azul celeste y rizada melena
La mímica de Babel ante los milagros inexplicables, serpentea entre la tribuna. La frase se repite: “No todos los héroes usan capa”.
Aquella actuación del portero mexicano escaldó a los brasileños. Tanto que, después de que el Scratch de Ouro elimina al Tri en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, se desató un tsunami de memes en Brasil, sintetizados todos en uno: “Si Memo llora, yo estoy feliz”. Una espina muy clavada en el corazón amazónico.
Pero esa brújula impecable bajo el arco no funcionó mientras Guillermo Ochoa transitó por Europa. En Francia, el Ajaccio lo convirtió en un carpa de tiro al blanco. Terminó siendo el mejor arquero de la Liga, sólo detrás de Hugo Lloris, y el número en atajadas, no sólo en esa competencia, sino en todo Europa.
Descendido el Ajaccio, su paso por el futbol español fue poco benigno. Ni en Malaga ni en Granada encontró un horizonte competitivo. Antes de repatriarse en el América, cosechó varias nominaciones como el jugador del mes y del torneo en el Standard de Lieja, además de ganar la Copa de Bélgica.
Sin embargo, con la selección mexicana ha debido cargar con humillaciones. La más dolorosa, el 7-0 ante Chile en la Copa América Centenario, además de recibir cuatro ante Alemania en la Copa Confederaciones Rusia 2017, y otros cuatro ante Argentina en un amistoso. A nivel club, con el Granada cargó un 7-1 ante el Real Madrid.
Pero, en esa historia atropellada, incomprendida, martirizada, solitaria, como es el oficio de los guardametas, los desastres mencionados ocurren como reflejo del equipo, y sobreviven, por encima de esos desastres, las atajadas ante Brasil y Holanda en Copas del Mundo, además de otras heroicidades en Copa Oro.
Con ese equipaje, Guillermo Ochoa buscar acudir a su quinto mundial y jugar en una tercera Copa del Mundo. La travesía no será fácil. México arranca el escabroso camino este jueves ante Jamaica dentro del Octagonal Final de la Concacaf, con un veto impuesto al Estadio Azteca, y sin jugadores clave como Hirving Lozano y Raúl Jiménez.
Sin embargo, el arquero americanista está dispuesto a perseguir esa utopía futbolera: llegar a su quinto mundial y que México cruce el umbral vedado, semiclandestino, ese, el del Quinto Partido.
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El Tri de Gerardo Martino tiene más vetados que soluciones
LOS ÁNGELES -- Vaya itinerario: Jamaica, Costa Rica y Panamá. Si fuera gira turística sería fascinante. Tres destinos paradisíacos. Pero son encerronas, las dos últimas de alto riesgo para la selección mexicana de futbol.
Lúgubre el primer enfrentamiento: un Estadio Azteca vacío, castigado. Si fuera turismo, todo comenzaría en la Playa Siete Millas en Negril, al oeste de Jamaica. Sin embargo, la cita es un atolladero en las guerras intestinas de la Concacaf. Y mudo, pues, el Coloso de Santa Úrsula.
Cierto: Jamaica tendrá un equipo parchado. Sus mejores hombres juegan en Inglaterra, entre la Premier y la Championship. Ahí se quedarán varados, al igual que el Lobo Mayor de México, Raul Jimenez. Restricciones por Covid-19.
México tiene fauces de mastín, para la zona en que juega. Pero llega chimuelo a esta cita. Sin Chucky Lozano, sin Jiménez y sin Tecatito Corona, quien alega urgencia por definir su futuro en el futbol de Europa.
En el fondo, México tiene boquetes. Johan Vásquez no viaja por lesión. Gerardo Arteaga y Carlos Salcedo se sumaron a la lista de vetados del Tri, en la que ya vegetan Javier Hernández, Carlos Vela, Hiram Mier, Miguel Layún, Erick Gutiérrez y otros más.
Vaya colección perversa de Gerardo Martino: tiene más vetados que soluciones con el Tri. El tipo bonachón de las ruedas de prensa arrastra desplantes autoritarios desde que dirigió a Argentina, con desavenencias funestas con Lionel Messi y su corte.
Además, Héctor Moreno se niega a ver que su fecha de caducidad en la cancha ya llegó, mientras que Héctor Herrera, entre la inconsistencia y su fragilidad, queda fuera junto con Diego Lainez, cuyo tobillo quedó descalcificado y descalificado en Juegos Olímpicos.
El panorama no mejora debido a los antecedentes inmediatos. Los dos sopapos recibidos por parte de Estados Unidos, con el equipo A en la Final de la Liga de las Naciones, y el equipo B en la Final de la Copa Oro, confirmó que al Rey Tuerto de la zona de ciegos le han perdido el respeto, y que si alguna vez fue el gigante a vencer, hoy es un esperpento al que viste, aunque modestamente, ganarle.
Las ausencias de Jamaica privarán la versión incómoda, por momentos agradable, que se vio en la Copa Oro. Es un bocadillo servido a domicilio en la inmensidad fastuosa del Estadio Azteca, que de estremecerse habitualmente por la ebullición estentórea en juegos eliminatorios, ahora estará sumido en el absoluto silencio.
Su afición se descogotó y de desgañitó tanto con #ElGrito, que fue sometida al silencio absoluto. ¿Aprendió la lección? Ya verá Usted que no, cuando México reciba a Canadá el 7 de octubre en el mismo Azteca.
Y recuerde que cualquier exabrupto ese día, lo estará zopiloteando, lo estará monitoreando el canadiense Víctor Montagliani, presidente que preside pero no manda en Concacaf, y que es el principal vigía contra el alarido que él mismo, por razones personales, identificó puntualmente como “homofóbico” ante la FIFA. “Para mí no es folklore mexicano”, ha dicho.
No crea Usted que hay un gran pesar en la Federación Mexicana de Futbol por las taquillas congeladas, por ese veto. Los que estarán ausentes en la tribuna estarán apoltronados engordando los ratings de la madre celestina que regentea al Tri. Para el patrón de Yon de Luisa, es más provechoso un televidente que un tipo en la tribuna.
Por cierto, no le extrañe que en caso de mantenerse o empeorar los estragos por Covid-19 en México en octubre, y llegar a alerta roja, la selección de Canadá considera plantear como un riesgo viajar y jugar en el Estadio Azteca. El bajo índice de vacunación y la propagación de la Variante Delta darían una buena excusa a Montagliani para interponer una apelación.
Pero, en lo futbolístico, México está obligado a ganar, gustar y golear ante el debilitado representativo jamaiquino. El grupo de jugadores convocados tiene a futbolistas en ritmo competitivo, y que han trabajado ya con Gerardo Martino, conocen los requerimientos, y además, tendrán la posibilidad de borrar la eventual nostalgia por los ausentes, ya se deba a lesiones, protocolos sanitarios, o vetos totalitarios de dictadorcillos en turno.
Sin duda, los dos siguientes encuentros serán más complicados, más allá de que ya Costa Rica y Panamá han expuesto un par de ausencias importantes.
El principal problema es que tras las zangoloteadas que ha recibido México recientemente en torneos oficiales ha llevado a que sus adversarios de la zona conkakafkiana le pierdan el respeto, especialmente sabiendo que no encontrarán favoritismos arbitrales en esta fase eliminatoria, como suele ocurrir en los torneos formales de la zona, disputados en Estados Unidos.
El rival que alguna vez despertó temores, hoy despierta alicientes para vencerlo. De entrada, Jamaica sabe que se mete a la trinchera del Tri, pero que ya no le intimida como un silencioso e inofensivo testigo con la epidermis de cemento maquillada con el camuflaje cromático de la impotencia.
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Las Eliminatorias del continente más pequeño de la FIFA comenzaron hace pocas horas con los enfrentamientos entre los cuatro Seleccionados peor ubicados en el Ránking mundial. Samoa Americana, Islas Cook, Tonga y Samoa se medirán en busca de un cupo para la segunda fase. Uno avanzará y tres se despidirán de Rusia.
Esta fase se jugará a una sola rueda en Nukualofa, la capital de Tonga. En las dos primeras jornadas, Islas Cook dio la sorpresa y lidera la tabla. El combinado cookiano ocupa el 206° lugar en Ránking FIFA y tiene a sólo dos Selecciones por debajo: Bahamas y Anguila, ambas ya eliminadas. Goleó al local y venció 1-0 a Samoa, por lo que un empate frente a Samoa Americana le alcanzará para clasificar a la segunda fase.
La Copa de las Naciones de Oceanía será también la segunda ronda de las Eliminatorias mundialistas. El ganador del cuadrangular en Tonga se sumará a Fiyi, Islas Salomón, Nueva Caledonia, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Tahití y Vanuatu. Los ocho participantes se dividirán en dos grupos y los tres primeros de cada zona lograrán el pase a la tercera etapa, donde volverán a separarse en dos zonas. Los ganadores de cada uno de estos grupos jugarán una final para definir el rival del quinto de Sudamérica en el repechaje continental.
En Asia ya hicieron su presentación todos los aspirantes. Se está disputando la segunda fase, con ocho grupos de cinco Seleccionados. Los campeones de zona y los cuatro mejores segundos clasifican a la tercera ronda, donde se dividirán en otros dos grupos. Los dos mejores irán al Mundial y los terceros chocarán por un lugar en el repechaje contra un equipo de Concacaf.
Los favoritos Australia y Corea del Sur debutaron con triunfos, mientras que Japón solo empató con Singapur como local e Irán no pudo con Turkmenistán. El equipo nipón buscará recuperarse contra Camboya, uno de los más débiles del continente. Irán, en tanto, recibirá a Guam, la gran sorpresa de las primeras dos fechas, que viene de derrotar a Turkmenistán y a India.
China intentará clasificar a su segunda Copa del Mundo y comenzó de gran manera, con una goleada 6-0 sobre Bután. Por su parte, Arabia Saudita y Emiratos Árabes buscarán regresar a un Mundial y para eso deberán derrotarse, porque comparten el grupo A. En esta jornada, el cuadro saudí chocará con Timor Oriental, mientras que el conjunto emiratí lo hará frente a Malasia. Palestina completa esa zona.
En Concacaf comenzará la tercera fase, donde debutarán Haití y Jamaica, la gran sorpresa de la última Copa Oro y uno de los máximo candidatos a dar pelea por la clasificación. Doce equipos se medirán por seis cupos para la cuarta fase, en la que se sumarán los gigantes regionales México, Honduras, Costa Rica, Panamá, Estados Unidos y Trinidad y Tobago.
El subcampeón continental Jamaica chocará con Nicaragua, que viene de eliminar a Surinam. En tanto, Haití, que llegó hasta los cuartos de final de la Copa Oro, jugará con Granada. Otros duelos interesantes de esta semana son Canadá-Belice y Curaçao, el equipo de Patrick Kluivert, ante El Salvador.
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