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Canelo Alvarez y Gennady Golovkin: No hay dos sin tres

Canelo y GGG se aprestan, una vez más, para una pelea que siempre es atrayente. Ya se vieron las caras dos veces. Y aunque el mexicano es favorito, ya se sabe que esto es boxeo.

Transmitirá ESPN KNOCK OUT con un equipo de lujo: Renato Bermúdez en los relatos, Salvador “Chava” Rodríguez y Mariale Espinoza en los comentarios y la Tarjeta de Hierro de Fernando Barbosa, juez internacional del WBC.

A través de ESPN y STAR+, esta tercera edición, será, se supone, la vencida. En la primera ocasión (16 de septiembre de 2017) empataron; en la segunda (15 de septiembre, 2018) se impuso el Canelo. En ambas hubo polémica, porque fueron tan parejas que fueron muchos los que vieron ganar al kazajo en ambas ediciones.

Todos –eso sí- estuvieron de acuerdo en que fueron tremendas batallas y que apreciaciones al margen, y aunque el mexicano luce como más fresco para la próxima, será un encuentro imperdible este tercer tomo de una moderna novela del boxeo.

El pugilismo argentino también ha generado trilogías que están en la historia grande. Así como en el ámbito mundial hubo choques inolvidables como Ali-Frazier, Gatti-Ward, Patterson-Johansson, Chiquita González-Carabajal, Leonard-Durán o Morales-Barrera- también en el Luna Park se celebraron tremendas batallas que dejaron su huella para siempre. Recomendamos una imperdible columna de nuestro compañero Salvador Chava Rodríguez sobre el tema.

Eduardo Lausse fue considerado por los aficionados al boxeo argentino como “el campeón sin corona”, ya que hizo una tremenda campaña en los Estados Unidos, pero nunca tuvo una oportunidad por el título de los medianos. Era el boxeador de todos. En una de sus presentaciones en la Argentina fue a pelear a Bahía Blanca en agosto de 1956, y perdió ante quien era prácticamente un ilustre desconocido, una tal Andrés Antonio Selpa, “El Cacique de Bragado”. “Me di cuenta de que el gran negocio era la revancha”, nos contó alguna vez Selpa. “Entonces llamé al promotor del Luna Park, Lázaro Koci, y le dije que “al chico lo habían robado” y que había que hacer una segunda pelea. Me dijeron que si y el Luna se llenó de bote a bote”.

Esa noche del 13 de octubre y con una costilla fisurada, Lausse no solamente tuvo que abandonar, sino que resignó sus títulos argentino y sudamericano de los medianos. Mientras la gente abucheaba y tiraba monedas al ring, Selpa, con una sonrisa digna del Joker, se puso a recogerlas. “El boxeo necesitaba un villano y yo se lo di”, nos confesó. Lo cierto es que hubo una tercera pelea, en septiembre de 1958, pero ya no fue lo mismo. Sin títulos en juego, Lausse esta vez ganó por puntos. Nunca aceptó aquellas derrotas. “Sin embargo, cuando estuve en la cárcel, el primero en traerme yerba para el mate y cigarrillos fue Lausse”, contó Selpa. Es que, como suele ocurrir en el boxeo, la amistad siempre es más fuerte…

Nicolino Locche fue el gran ídolo del boxeo argentino, pero sus comienzos no fueron fáciles, puesto que fue también muy resistido por el público por su estilo defensivo. Frente a él, Abel Laudonio era el clásico boxeador sencillo, simpático de alta escuela. El mundo del boxeo quería ver al mendocino Locche frente al porteño Abel, el de la línea depurada.

En la primera ocasión, el 8 de agosto de 1964, ganó Nicolino por puntos en medio de la polémica. Y en la segunda, el 4 de noviembre del mismo año, Laudonio sorprendió a todos, ganándole por puntos. Finalmente en la tercera, que fue la vencida, Locche volvió a ganar. Fue el 10 de abril de 1965.

Horacio Agustin Saldaño, conocido por “La Pantera Tucumana” era un peleador explosivo, que galvanizaba al público. Y por su parte, aunque menos popular, Abel Cachazú era un tremendo boxeador, con espíritu guerrero. Cachazú desafió de cualquier forma a Saldaño. “No es una Pantera, es apenas un gatito”, decía. Finalmente se midieron tres veces. Saldaño ganó la primera en 1969 y luego, en 1972 y 1973, terminaron en empate.

Fueron en todos los casos, batallas explosivas en la media distancia, dos welters ambiciosos y veloces. Así que más allá de favoritismo, ambos siempre bajaron ovacionados del ring del Luna Park.

Quienes aseguran que “segundas partes nunca fueron buenas” no hubieran acertado en el boxeo. Y por el contrario, bien puede esperarse que una tercera edición sean tan explosiva como cualquiera de las anteriores.

En eso están Canelo y GGG, y en esto están los aficionados, palpitando un gran choque. Y ESPN KNOCK OUT estará al borde del ring del T-Mobile de la Arena para ser testigos de la historia.