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Un árbitro argentino en Nueva York

En el medio argentino, Mario Héctor González está considerado como uno de los mejores árbitros profesionales.

Nacido en la ciudad de Buenos Aires el 2 de abril de 1964, realizó algunas peleas amateurs allá por los años 80, cuando entrenaba en el histórico gimnasio del Luna Park. “Me técnico era Esteban Osuna, un entrerriano que hizo grandes peleas en el Luna. Fue campeón argentino y llegó a pelear en México con el gran Mantequilla Nápoles. Era un excelente boxeador”, recuerda González.

“Y un muy buen técnico. De aquellos años recuerdo haber compartido el gimnasio con enormes figuras –como Monzón, que trabajaba como técnico- y boxeadores: era una Universidad del boxeo”. González cumplió con el Servicio Militar obligatorio y fue un poco después cuando descubrió que el boxeo no se había terminado para él.

“Una noche, mirando boxeo por la televisión, escuché al periodista Julio Ernesto Vila anunciado que se estaba abriendo la inscripción para cursos de árbitros y jurados en la Federación Argentina y sentí que ese era un llamado, así que fui y me anoté, y así empezó mi historia”. Hizo los dos cursos, el de referí y el de jurado. Su maestro como árbitro fue Raúl Ilvento, mientras que Oscar Seleme y Edgardo Codutti dictaban las clases para jurados. “Si uno se anotaba para ser jurado, era una cosa, pero si uno se inscribía para ser árbitro, también tenía que ser jurado, lo cual me vino muy bien para aprender todavía más. Eso sí, creo que lo idea es que el referí trabaje en el ring sin llevar la tarjeta, ocupándose solamente de cuidar al boxeador –quizás la primera obligación de todas- y, por supuesto, hacer cumplir el reglamento”.

Hoy González está en Nueva York, convocado por Daryl Peoples, el presidente de la Federación Internacional de Boxeo. Con más de cuarenta peleas de campeonato mundial como árbitro (actuó en México, Japón, Dubai, Costa Rica, Chile y Uruguay, sin contar la Argentina) se prepara para el gran desafío. “Espero obtener la licencia de la Comisión Atlética de Nueva York. Gracias al señor Peoples, que ha confiado en mí, es que estoy acá con la gran esperanza de lograrlo”.

Hace muy poco, estuvo en Costa Rica, trabajando en dos peleas mundialistas. “Una fue por el campeonato mundial mínimo de la IBF y WBO, en donde Yocasta Valle, la local, le ganó a la vietnamita Thi Thu Nhi Nguyen. Pero como un colega no pudo llegar al país por razones de visa, trabajé también en la otra pelea de campeonato, en este caso de la WBO, en donde el mexicano José Manuel López García le ganó al nicaragüense Israel López por la corona Juvenil WBO super ligero, vacante: fue por KOT 2”.

González ha trabajado prácticamente con todos los boxeadores y boxeadoras argentinas del momento. “Tuve la suerte de que mi curso en la Federación Argentina se extendió un poco más, porque nacía el boxeo femenino en nuestro país. Entonces se agregó todo el nuevo reglamento para el tema, o sea que mis compañeros y yo, cuando nos recibimos, estábamos listos para actuar en todo tipo de combates”.

En una de sus última actuaciones de importancia, González fue el tercer hombre en el Luna Park, el 26 de marzo de este año, cuando el argentino Gustavo Lemos le ganó al ex campeón mundial Lee Selby, en una pelea eliminatoria de la IBF en peso ligero, por KOT en el 5to, cuando el árbitro argentino decidió parar la pelea que ya era desigual. “Luego viajé a la convención de la IBF en California y me llegó la invitación para quedarme, por parte de Peoples, a quien por supuesto, le estoy muy agradecido”, explica.

Entre las peleas en las que actuó, recuerda especialmente la de Moruti Mthalane, cuando venció a Akira Yaesgashi por KOT 9 y que transmitió ESPN KNOCK OUT. El sudafricano retuvo su corona mosca IBF en Yokohama en diciembre de 2019. “Fue un escenario que me impactó muchísimo y una pelea de gran intensidad, hasta que tuve que pararla”.

“También actué en Tokio, cuando TJ Doheny le ganó por puntos a Ryouke Iwasa, y logró el campeonato IBF supergallo, en agosto de 2018. Esa pelea, además, fue en el famoso Korakuen Hall, un escenario con mucha historia para el boxeo argentino y mundial. Haber viajado a Japón, como a Dubai, por ejemplo, fue muy importante para mí, sobre todo porque al ser argentino uno está más alejado del gran mundo del boxeo”. En Dubai, diciembre del año pasado, González actuó en el combate en el que Sunny Edwards le ganó por puntos a Jayson Mama, reteniendo su título mosca IBF. Un apasionado del tema, con una frondosa actuación en Argentina y también afuera del país, sabe que la empresa es difícil, aunque ya haya actuado en diferentes lugares del mundo.

“Hoy estoy muy contento de enfrentar este desafío, y mientras tanto, sigo esperando nuevas peleas. Cada combate es siempre una gran prueba para todos: boxeadores, jurados y árbitros. Y en nuestro caso, el de los referís sabemos que el margen de error siempre se achica mucho: hay que trabajar duro y conocer a fondo el reglamento, para evitar equivocaciones. Y, ante todo, cuidar al boxeador, que es lo más importante de todo”, afirma.

Y tiene razón. Lo viene demostrando hace rato y ahora está ahí, en la Gran Manzana, esperando nuevos desafíos. Se lo merece.