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Jessie Vargas y Manny Pacquiao al rescate de la división welter

Manny Pacquiao le ha dado mucho al boxeo. Peleas electrizantes, duelos inolvidables y memorables expectativas entre los fanáticos previo a cada una de sus grandes batallas. También el boxeo lo mantiene presente gracias al fiasco de su pelea del siglo contra Mayweather y el bajón de su desempeño en el tramo final de su carrera. No hace mucho dijo que se iba, pero aún no se fue. Su empeño en mantenerse debería llamar a la crítica, pero no es así. ¡Vaya paradoja! Hasta convengamos en que el regreso de quien nunca se fue le hace bien al boxeo. Especialmente al peso welter. La pelea del filipino contra Jessie Vargas el próximo 5 de noviembre, le permite a las 147 libras sobrevivir a uno de sus peores años.

Parece una exageración, pero hasta, incluso, es posible que nos quedemos cortos. La categoría que en algún momento se anotó en primer lugar para ser la reina indiscutida del boxeo profesional, naufraga en este 2016 en un mar de aburrimiento. Sus campeones no pelean, pactan peleas a modo o inventan peleas comerciales imposibles de ganar mientras que sus aspirantes a campeones no encuentran a quien enfrentar.

El caso de Danny García es uno de sus ejemplos más notorios. Ostenta el título del CMB que ganó en su pelea contra Robert Guerrero en enero de este año. Cuando esperábamos que lo defendiera contra un rival de peso como pudo Errol Spence Jr. o lo unificara con un campeón del nivel de Keith Thurman (AMB), se decidió enfrentarlo a Samuel Vargas el 10 de noviembre, en su casa, a 10 asaltos y en una pelea sin título en juego.

Obviamente de Spence no hay novedades sobre quien será su rival. Si medimos lo que se presume en el largo plazo, es posible que en el 2017 sea considerado como rival de García. No olvidemos que Vargas (que va contra García) fue vencido por Spence en el 2015. No obstante hoy, ya descartados Danny Garcia y Kell Brook, nada se sabe sobre su futuro inmediato. Pero, hay algo que debería preocuparnos, después de la locura de las pelea desiguales entre Canelo-Khan y Golovkin-Brooks, tanto Spence como Danny, en algún momento se subieron al mismo tren demencial y expresaron su interés en subir a pelear contra Saúl "Canelo" Álvarez.

Lo de Brook (campeón de la FIB), por lo pronto es una gran incógnita. Luego de su arriesgada incursión en las 160 libras contra GGG, es muy grande la duda sobre la conveniencia de regresar a las 147 libras. Tal vez su futuro inmediato sea en las 154, división en la que estaría hoy su peso natural.

Otros nombres para darle brillo al peso welter, no pasan de promesas para el 2017. Terence Crawford se supone que ya está listo para dar el salto, mientras que el argentino Lucas Matthysse - que tiene mucho gancho comercial - seguramente regresará el próximo año directamente a las 147 libras. Tampoco podemos esperar mucha cosa en lo inmediato de un ex campeón con plena vigencia como lo es Timothy Bradley, a lo que deberíamos sumar el futuro en la categoría de Amir Khan, alguien que siempre mantiene el interés entre los fanáticos.

¿Qué nos queda? Es la pregunta que responde el título de esta columna: Manny Pacquiao y Jessie Vargas son el último resquicio de luz o la razón primordial para imaginar que el 2016 no se ira en blanco. Ante un panorama tan pobre en las 147 libras, su batalla cobra mayor importancia y valoriza todo lo que la misma implica. Vargas hambriento de gloria y Pacquiao por transformar su final en un nuevo comienzo.

Y ese no es el único atractivo de esta pelea. La involución de la dinámica con la que empezamos el año en los welters (donde cayeron todas las expectativas) y la preocupante inacción de la promotora de Al Haymon, abren un camino diferente para las 147 libras en el 2017.

Cambia el rumbo y también cambiarán las estrategias comerciales a la luz del resultado de Vargas-Pacquiao. Si el californiano gana, valoriza su título, se transforma quizás en el rival que retiró al filipino y se convierte automáticamente en el hombre a vencer. Si sucede lo contrario (gana Pacquiao), el PacMan reconstruye su carrera con un nuevo inicio. Otra vez campeón, otra vez monarca welter y otra vez transformado en objetivo de todos los campeones de la división. Por historia, por razones comerciales y por el legado propio, todos querrán pelear contra el filipino.

Esa es la nueva perspectiva para el peso welter. Y es verdad que todo lo que prometió la categoría, ha quedado en nada, pero también es cierto que a medida que se acerca el fin del 2016, se va aclarando el panorama rumbo al 2017, un año donde la primera certeza es que el ganador de Vargas-Pacquiao, será la primera figura de la división.