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Julio César Chávez Jr. busca evitar más problemas con la báscula

MÉXICO - Algunas veces bajar de peso para marcar cierto límite pasó de ser un sacrificio para Julio César Chávez Jr. a algo traumático. Pero eso, a sólo unos días su regreso al ensogado para la noche de este sábado en la Arena Monterrey en contra del alemán Dominik Britsch, ha quedado atrás.

En entrevista con ESPN Digital, el peleador sinaloense confesó que alguna vez tuvo que bajar 22 libras, casi 10 kilogramos, en una semana arriesgando su prácticamente su vida a través de una técnica peligrosa llamada hidrólisis que incluía la toma de agua destilada, pero de la mano de su equipo, y principalmente de la disciplina, celebra que hoy, a tres días del pesaje, esté sólo a cuatro libras de las 169-170 que debe marcar.

“A veces en la última semana (tenía que bajar) hasta 22 libras que son como 10 kilos, se hacía un sistema que se llama de hidrólisis, que tomas durante dos días pura agua destilada y eso es peligroso cuando tiras tanto, ya 22 libras es demasiado, es algo que el cuerpo puede no resistir. Pero eso quedó en el pasado y ya vale más llevar todo mediados para no dejar toda la condición en (marcar) el peso”, confió Chávez en la charla exclusiva.

“(Ya) estamos como cuatro libras arriba, para el jueves esperamos marcar las 170. El sacrificio se hizo en Culiacán también, en la dieta la hice antes de venirme pensando en que siempre la última semana andaba batallando para el peso, de todos modos ando sudando y todo, pero no es lo mismo cuando tienes 20 libras arriba faltando cuatro o cinco días, es algo que te vuelve loco, inhumano, incluso hasta te deja traumado”, aceptó.

Esta noche Julio César trabajó por espacio de una hora en el Gimnasio Uppercut Boxing Club de Juan Antonio Hernández, hasta donde decenas de niños y practicantes se acercaban para tomarse una foto y hasta se le notó un semblante diferente, menos enfadado que en otras semanas de pelea.

Hizo trabajo de soltura, trabajó en el ring, luego manoplas, costal, pera y saltó la cuerda. Al final le quitaron el sudor con una toalla y cubrieron con una chamarra para evitar cualquier contratiempo. de acuerdo con Memo Heredia, su preparador físico, Julio podría marcar el viernes hasta 168 libras si lo decide, pues esperan que el jueves duerma en 169 libras.

“Ya tenía rato que no me concentraba para una pelea, como ahora, desde que perdí el campeonato de las 160 libras. Sobre todo ha sido la diferencia de guanteo, en el sparring, tengo como seis meses que empecé con el sparring. Para mi reaparición cuando estuve sin pelear en dos años, hice sparring ocho veces, y ahora por lo menos he hecho al menos 50 veces, me siento bien, más en distancia y con mejor condición”, reveló el sinaloense.

Es ahí donde la disciplina se volvió algo clave, no sólo en los horarios que en otros tiempos eran un dolor de cabeza pues llegaba a entrenar hasta de madrugada. “La disciplina está en trabajar fuerte y echarle ganas a lo que está uno haciendo, porque de qué sirve cumplir con los horarios si te vas a hacer tonto con el gimnasio, lógicamente se respetaron más los horarios, al último sí llegaba un poco más tarde por la cuestión del peso pero durante varios meses estaba trabajando a la hora que debía ser y todos, el equipo se halló, nos entendimos el sistema, todo se hizo bien, el cuerpo me respondió bien”, aseguró.

Con una oportunidad de oro para relanzar su carrera, Julio confesó que desde la pelea con Sergio Martínez en 2012 su enfoque no estaba en el boxeo, dijo que “A veces peleaba por pelear” y obviamente eso le cobró factura. “Me di cuenta que necesitaba otra oportunidad para hacer la segunda parte de mi carrera. Me dieron ya ganas de pelear, hacer guantes y hacer lo que se hacía antes, esa va a ser la diferencia”, prometió.