MÉXICO -- Ya sabemos que Canelo Álvarez y Julio César Chávez Jr. van a jugarse el honor este 6 de mayo y eso es más que suficiente para un mexicano. Pero, más allá de la línea del orgullo, esta pelea tendrá repercusiones muy importantes en el pugilismo, en la industria del boxeo.
La pelea de Canelo y Chávez puede devolverle fuerza a una figura que desde hace dos años hasta ahora ha venido padeciendo, la del pago por evento que es donde la industria más genera y que ha sido golpeada tras la decepción que se llevaron muchos por Floyd Mayweather y Manny Pacquiao en mayo de 2015.
En esa pelea, que era esperada por todo el mundo, Floyd y Manny vendieron 4.6 millones de casas en el pago por evento, prácticamente el doble del récord anterior que era de 2.4 millones con Óscar de la Hoya y el mismo Mayweather pero en 2007.
Desde esa contienda entre ‘Money’ y ‘Pacman’, ninguna cartelera de pago por evento ha llegado al millón de casas vendidas y en algunas ocasiones los números han sido decepcionantes conforme a lo que se hubiera esperado en otros tiempos con combinaciones incluso de menor calidad.
En esos dos años, la pelea que más ha vendido ha sido la de Canelo Álvarez y Miguel Cotto de noviembre de 2015, superando las 900 mil casas y de hecho sólo otra, la de Canelo contra Amir Khan, superó el medio millón de casas vendidas en este sistema.
Mayweather enfrentó a Berto en septiembre de 2015 y vendió 400 mil casas, luego Gennady Golovkin chocó con David Lemieux en octubre de ese mismo año y apenas registró 150 mil casas. Ya en 2016, Pacquiao y Tim Bradley vendieron 350 mil casas y en julio Terence Crawford y Viktor Postol sólo 55 mil casas.
Ante Liam Smith, Canelo vendió 300 mil casas, misma cifra de Pacquiao y Jessie Vargas en noviembre, mientras que en ese mismo mes, Andre Ward y Sergey Kovalev vendieron sólo 160 mil casas. Ya en este año, Golovkin ante Daniel Jacobs vendió sólo 170 mil casas y están a la espera de los números de Óscar Valdez y Miguel Marriaga.
La clave para ayudar a la industria es que Canelo y Chávez formen una combinación lo suficientemente explosiva para que el boxeo vaya recuperando esos fans que se perdieron hace dos años y que pueden posicionar de nuevo la figura del pago por evento hacia combinaciones futuras.