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Lomachenko y Rigondeaux saben que tienen una cita con la historia

NUEVA YORK -- Vasyl Lomachenko llegó callado y poco expresivo a la última conferencia de prensa rumbo a su pelea contra Guillermo Rigondeaux, como suele ser abajo del cuadrilátero.

Muy contrastante a la agresividad y personalidad que demuestra el campeón Super Pluma de la Organización Mundial de Boxeo cada vez que sube al cuadrilátero.

Lomachenko asegura que el boxeo sigue siendo un deporte para él, como solía serlo cuando conquistó dos campeonatos olímpicos para su natal Ukrania.

La similitud será aún mayor este sábado, cuando enfrente al cubano, que también tiene en su bolsillo dos preseas doradas de los Juegos. Será la primera vez en la historia que se enfrenten dos campeones olímpicos por un título mundial profesional.

"Voy a pelear con él (Rigondeaux) porque la gente, los medios, la afición al boxeo ha pedido esta pelea", dijo Lomachenko. "Para mi aún no es personal, sólo es un deporte que he practicado desde que nací. Será un gran combate porque enfrentaré a un gran boxeador, que también hizo historia cuando peleaba amateur para su país".

El ucraniano parece sincero y, sobre todo, muy confiado de sus habilidades boxística. Reconoce que ni siquiera está convencido de que sea el mejor rival que ha enfrentado en su carrera.

"Necesito pelear con él para saber qué tan bueno es o si es el mejor de todos mis oponentes", comentó. "He enfrentado a buenos peleadores. Nunca sabes a quién te enfrentas hasta que lo ves arriba del ring".

Lomachenko (9-1, 7 KOs) ya tiene en su cinturón dos cetro mundiales con apenas 10 peleas profesionales, de las que sólo perdió una; la segunda contra el ex campeón mexicano Orlando "Siri" Salido en el 2014.

"¿Cómo vas a poner a alguien a la altura de Muhammad Ali con tan pocas peleas?", cuestionó Rigondeaux (17-0, 1 pelea anulada). "Nunca ha enfrentado a nadie de mi nivel. Cuando peleó contra un ex campeón real, perdió y se vio mal. El sábado por la noche verá de qué estamos hablando".

Rigondeaux intenta estar tranquilo, igual que Lomachenko. Sin embargo, por momento levanta la voz cuando es cuestionado sobre sus pocas peleas desde que en el 2008 emigró a Estados Unidos para comenzar en el profesionalismo.

Niega de manera rotunada que no haya rivales de nivel en el peso que súper gallo en el que ya ganó campeonato mundial.

El cubano, de 37 años, dice que aceptó pelear en las 130 libras, porque quiere ser parte de la histórica función, que encabeza contra otro bicampeón olímpico.

"Esta es una pelea real", afirmó Rigondeaux. "Dos campeones olímpicos en una noche de boxeo, en una noche de estrellas. Espero que los aficionados aprecien lo que va a suceder arriba del ring. Vamos a dar un gran espectáculo".