Jaime Munguía y Gary O ‘Sullivan compartieron ya el mismo ring el 15 de septiembre de 2018. Fue en Las Vegas, en la antesala de la revancha de Saúl Canelo Alvarez y Gennady Golovkin.
El mexicano despachó en 3 asaltos a Brandon Cook y retuvo su título OMB de los super welters. O ‘Sullivan duró menos, ya que perdió en el primer round por nocaut con David Lemieux.
Ahora, el sábado 11 de diciembre en el Alamodome de San Antonio, Texas, estarán frente a frente.
Munguía se presentará oficialmente en la división de los medianos. A los 23, con 34 peleas, todas ganadas y 27 de ellas antes del límite, dice que ahora se siente más fuerte y sólido que en la división super welter. Y, seguramente, tiene razón. Sin contar, además, que es una división mucho más rentable, toda vez que por ejemplo, está El Canelo Alvarez en el trono mayor.
El irlandés, por su parte, a los 35 años, deberá jugarse el todo por el todo. No es el favorito, se entiende. Suma 30 peleas ganadas con 21 antes del límite, y 3 derrotas, 2 de ellas por la vía categórica.
La pelea será transmitida por ESPN KNOCK OUT, con los relatos de Renato Bermúdez, los comentarios de Salvador Rodríguez y Julius Julianis y la “tarjeta de hierro” de Fernando Barbosa, jurado internacional del Consejo Mundial de Boxeo, en la apertura de la temporada 2020 que promete ser de altísimo voltaje para este ciclo televisivo.
Munguía ha declarado que va a noquear en menos de cuatro rounds, y no suenan en él esas palabras como simple promoción, sino que lo dice porque lo siente. Es un muchacho sencillo, pero muy seguro de sí mismo. Y cuando ya hace un par de años le preguntamos si en algún momento soñaría con pelear con El Canelo, su respuesta fue un “sí, claro, pero no por ahora justamente”: sabía que, de producirse, ese choque llegaría solo. ¿Será así?
Defendió cinco veces el campeonato super welter y ahora entre los medianos, ganará seguramente en potencia, pero enfrentando a hombres de mayor tonelaje. El hecho de contar con los consejos de un boxeador ya legendario como Erik Morales, le asegura, además, la confianza de mejorar su estilo. Y de afianzar su carrera, que ya de por sí ha sido exitosa, aunque tal vez haya sido todo muy rápido para él, porque no siempre lució en sus últimas presentaciones.
Estuvo entrenando un mes en Tijuana y siete semanas en el Centro Otomí, que está a 3.200 metros de altura, más quince días en su gimnasio central, el Alto Fit. O sea que, en el tema condición física, no hay nada que haya quedado librado al azar para este boxeador oriundo de Tijuana y que sigue siendo uno de los favoritos del público. “Y estar con una figura como Erik Morales es, ante todo, un gran privilegio”, confiesa con una sonrisa.
Habrá que esperar, verlo, y sin olvidar, claro, que aunque es el amplio favorito, el irlandés trae lo suyo. Después de todo, esto es boxeo. Y todo puede suceder en un ring.