Boca, con su derrota, y Vélez y San Lorenzo al neutralizarse con el empate entre ellos, se bajaron y no hicieron más que confirmar aquella presunción. Alerta: en los torneos cortos sobra la mitad y todo lo reñido que parecen de arranque se cae a pedazos en la segunda mitad, limitando la lucha a un par de aspirantes. Como dirían en el tenis, hasta acá cada uno con su saque.

Tanto Independiente cuanto River siguen ganando los partidos que tienen que ganar, pero con una salvedad: River sufre más su parte, tiene momentos realmente difíciles en los partidos y esta vez con Unión, como hace poco con Central, se salvó por un pelito de varios goles rivales, tanto que Comizzo es demasiado inmportante como cuidador del arco.

Uno de los temas que seguramente poblarán la semana de River es el tema del punta. Cavenaghi ya está enterito, metió cuatro goles desde que volvió a cuentagotas y bien podría plantearse la posibilidad de que sea titular, teniendo en cuenta que Fuertes no la emboca ni tirando de al lado, aunque salve la ropa con su aporte generoso al juego de conjunto.

Algo es evidente: Independiente anda demasiado derecho. Hasta el olvidado "Gomito" Gómez pudo entrar el sábado a dar la estocada decisiva ante Talleres como si fuera uno más del grupo habitual, y ni hablar del supergoleador Silvera.

¿Cuántas de esas que ahora empalma a la red con asombrosa facilidad y seguridad se le iban al demonio en el campeonato anterior? Independiente mantiene la ventaja.

Lleva dos puntos, le quedan cuatro partidos de local y tres afuera, al revés que River, y los "millonarios" todavía deben jugar con Boca, que ahora más que nunca aspira a salvar lo que le queda del año sacándole los puntos necesarios para impedirle campeonar.

El resto tiene realidades auspiciosas. El Chacarita versión Pastoriza está quinto, el Colón revitalizado desde la llegada de Bauza aparece sexto y está noveno Arsenal, la sorprendente criatura de Burruchaga.

La última travesura del "Arse" fue despintar del todo a los pibes de Central, que ahora insinúan tirar el fatídico achique menottiano. A riesgo de ser reiterativos, en realidad la caída del equipo de Menotti se insinuaba después de perder contacto con el lote de punta.