LOS ÁNGELES -- En el paraíso de la anarquía y el abuso todos se proclaman inocentes. La Madre Teresa de Calcuta es una criminal ante los modelos, los dechados de castidad y pureza de todos los vinculados a Tigres y Veracruz, todos, por supuesto, candidatos a la canonización inmediata.

Hoy, mientras la Santa Inquisición de la FMF delibera entre la indigencia legal y su incapacidad cómo castigar a todos los especímenes de vandalismo que se dieron cita en la barbarie del Pirata Fuente, nadie acepta un ápice de responsabilidad.

Déjeme citar la reflexión de la escritora rusa Ayn Rand: "Piedad por el culpable es traición al inocente".

Hoy, mientras los escribanos sumisos de la Comisión Disciplinaria esperan que Decio de María les transmita las órdenes que él reciba, los lobos se visten con piel de oveja. O, mejor, los tiburones se visten de sirenitas y los felinos ronronean.

Los directivos de Veracruz y Tigres, más el Tuca Ferretti y André Pierre Gignac, hoy justifican todas las acciones perpetradas como actos en defensa propia.

Cierto: los videos cuentan una historia parcial. Unos revelan que los cada vez más Libres y Lokos tiran la primera piedra, sin importar edad, sexo o condición física de las víctimas.

Otros videos reseñan cómo la caballería vindicativa emprende, según los Hunos del Atila Kuri, una cabalgata de extremo a extremo del estadio para rescatar a su gente. Claro: el rescate no se ejecuta con la pacificación sino con la magnificación de la violencia. El caos.

Entendible, no justificable, la desesperación iracunda de Tuca Ferretti y Gignac ante los riesgos que implicaban a familiares y amigos, ubicados en esa zona del estadio, pero los dos estaban expuestos a que los granaderos, de endeble autoridad sin duda, reaccionaran conforme a su investidura. Lamentablemente gozan de privilegios populistas que el ciudadano común no tiene. Usted, yo y Perico de los Palotes habríamos sufrido el típico "sabadazo", pero en terapia intensiva, en caso de haber obrado como ellos.

Aquí hay negligencia. Tigres debió haber solicitado o rentado un palco en el estadio para amigos y familiares de sus jugadores y cuerpo técnico, y no exponerlos al desamparo.

¿A qué se atreverá la Comisión Disciplinaria? A todo, seguramente, menos a proceder con justicia y apego a reglamento.

Veracruz debería recibir veto, y su afición impedida a de acudir a otros estadios. Los cada vez más Lokos y más Libres deben quedar marginados de acudir a cualquier otro estadio del país.

Y ante la reiterada, compulsiva, irracional forma de comportarse del Tuca, necesita ya un castigo ejemplar. No puede, nuevamente, incitar a la violencia, advirtiendo a la afición de Veracruz que "lo va a pagar" si eventualmente visita el Volcán. Está, obviamente, gestando, cocinando alevosamente, un clima de linchamiento.

No es, como muchos sugieren, para someter los comportamientos del Tuca, estos y los anteriores, a ese filtro de escrutinio minucioso que contempla el Artículo 33 de la Constitución Mexicana, respecto a extranjeros indeseables. Ferretti se equivoca, pero está lejos de ser un delincuente.

¿Y, además, no llegó ya el momento de que se investigue esas sociedades perversas, sucias, entre clubes o entrenadores o jugadores, que regalan boletos y viajes a los porristas para que entren a estadios y se trasladen para proteger a sus mecenas?

Ya una facción del América, que acompañaba al equipo en Tijuana, reconoció que su viaje y boletos eran subvencionados por el mismo club. O porristas del Atlas han relatado cómo Ricardo LaVolpe cuando dirigió en su primera etapa al equipo, les apoyaba con dinero para sus travesías.

La Disciplinaria, lejos de apegarse a reglamento y sentido común, obedecerá las indicaciones que se le den para proteger los intereses de la Liga y de sus afiliados, sin descuidar, claro, los favores que le debe a sus allegados (Tuca y el Tri), como tampoco los tenebrosos, torvos y canallescos procederes políticos que envuelven a Fidel Kuri y sus raíces priístas.

En todo ese cónclave prejuiciado, lejos de tomarse medidas drásticas, radicales, ejemplares, se caerá en decisiones tibias, apapachadoras, pusilánimes, para que, en lugar de encontrar soluciones, se deje el campo fértil para que mañana, en cualquier otro estadio, vuelva a suscitarse algo parecido.

Porque recuerde que en este paraíso de la anarquía y el abuso, la justicia existe contra los débiles, no para ellos. Y la anarquía es mayor cuanto mayor es el miedo del que la tormenta, ¿o no, Decio de María?

Sigue, Decio, el consejo de Césare Beccaria: "La finalidad del castigo es asegurarse de que el culpable no reincidirá en el delito".

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LOS ÁNGELES -- Los árbitros se lavan las manos. Los dirigentes les secan las manos. Los ex árbitros meten por ellos las manos al fuego.

Pero, los hechos, las sospechas, los horrores, les percuden y ensangrientan las delicadas garras semana a semana.

Insisto: en el futbol mexicano es evidente que hay malos árbitros que hacen mal las cosas, pero también hay árbitros malos que hacen cosas malas. Asesinos, competitivamente, a sueldo.

Y mientras jueces, ex jueces y dirigentes de ellos, exoneran a estos querubines, a estos virginales e inocentes y castos carniceros, las víctimas, sus víctimas, proliferan en el martirio del descenso...

Recuento. A Querétaro lo descendieron los horrores arbitrales. A Leones Negros lo descendieron horrores arbitrales. Aunque, a Dorados, por ejemplo, lo descendieron los horrores de sus dirigentes y los errores de los silbantes.

¿Hoy a Veracruz lo descenderán los horrores arbitrales? Morelia, Puebla, Chivas y Cruz Azul en la Liga, y América en la Copa, tienen un registro patibulario: penaltis no marcados; jugadas en fuera de lugar; goles manchados con faltas previas, y expulsados, con repercusiones inmediatas en el castigo obligado.

Ahora se agrega acoso arbitral, según lo afirma el expulsado Gabriel Peñalba, tras el 5-3 ante Cruz Azul, denunciando actos de provocación del silbante César Ramos Palazuelos.

Dentro de esos cuatro partidos de Liga, de arbitrajes sospechosos, de torpeza o de dolo, se han escurrido 12 puntos en manos ajenas. Y si el Veracruz aún vive, es porque futbolísticamente el Morelia no se decide. Aunque, claro, queda aún el Clausura 2017 por delante.

Ciertamente, estos Tiburones tienen un estigma: Fidel Kuri, quien jura y perjura que ya no es su dueño, aunque firme, comparezca, decida, pague, irrumpa, amenace y fanfarronee como el dueño.

Ya El Pomelo Marini fue despedido, del que sería su segundo equipo empinándolo al descenso, si termina ahí Veracruz, como ya lo hizo con Atlante. Juan Antonio Luna llega a labores de rescate futbolístico, deportivo, moral y anímico.

Pero, revolotea, morbosa e inevitablemente, la estampa de Kuri. Un personaje que ha hecho de la violencia, física y verbal, su mejor forma de dialogar con la gente de futbol, o La Famiglia, como le llama Decio de María.

Tras embestir a Edgardo Codesal a jalones, empujones, manotazos y hasta un jalón de cabellos, Kuri sentó las bases de su autoritarismo: la furia y el atropello. Nada nuevo en su proceder, y en un estado donde se permite aterir y aterrar con base en el abuso de autoridad.

¿Hay órdenes específicas por descender a Veracruz? Ciertamente, si desciende, nadie va a extrañar a Kuri. Por el contrario, sería una brisa de tranquilidad para los directivos mexicanos.

¿Cabe este método de hacer justicia? A nadie debe extrañarle en México. ¿Por qué fue descendido alguna vez Querétaro? ¿O por qué ocurrió la desaparición de Colibríes? ¿O quiénes administraban a Leones Negros en su primer descenso?

¿Incomodará a alguien que se le haga justicia a Codesal, cabeza absoluta de la Comisión de Arbitraje, a través de sus propios árbitros, es decir, achichincles?

Seguramente más que ver con beneplácito el acto vindicativo, los dueños de equipos se solazan con lo que sería la expulsión del que no es pato (dueño), aunque parezca, grazne, camine y ponga huevos como los patos... o las patas (dueños).

A final de cuentas, de consumarse, de perpetrarse el descenso de Veracruz por la casualidad, por los errores inocentes de estos castos y pudibundos árbitros, sería una forma de proceder y de hacerse justicia muy de los maleantes mexicanos: felonía se mata con otra felonía.

Cierto, sin embargo, que los jugadores, o muchos de ellos en el Veracruz, los menos culpables, terminan siendo las víctimas más dramáticas de esta confabulación, de existir como tal, para resarcir de los arañazos y de los zangoloteos capilares que Kuri perpetró contra Codesal.

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LOS ÁNGELES -- Con aliento que reflejaba que había tomado una sobredosis de medicina homeopática, de esos chochitos sumergidos en alcohol, Fidel Kuri salta como protagonista perverso nuevamente.

Suspendido de cualquier actividad oficial ligada al futbol y despreciado hasta por sus propios correligionarios partidistas, el dueño del Veracruz se infiltró de nuevo en las zonas restringidas de un estadio de futbol. Ocurrió en el Cuauhtémoc de Puebla. Polizonte VIP.

Intruso, toda vez que estaba violando una sentencia de la FMF, Kuri Grajales armó de nuevo un espectáculo de intimidación, acoso y amenazas sobre un reportero. Claro, lo rodeaban sus guaruras.

Lo asegura Alberto Cortez en su poema El Vino: "Porque entre el matón y el cobarde sólo media la resaca".

Incluso le dijo que lo esperaba en Veracruz. Hasta el momento, bajo el gobierno de Javier Duarte, compadre de Kuri, han sido asesinados a 19 periodistas por denuncias hechas públicas contra el ejecutivo estatal.

Incluso, Duarte amañó con una trampa legal, hace apenas unas semanas, un fallo contra Kuri Grajales, que inicialmente había favorecido a un grupo de extrabajadores por despido injustificado.

¿Invitar a ese reportero a Veracruz, en ese feudo sangriento para el periodismo, implicaba algo más que el reto formal al comunicador? Eso sólo lo sabe el propietario del Veracruz, un hombre de sólidas convicciones políticas, tanto que ha brincado de curules priistas a panistas y viceversa. Polizonte de sufragios.

Kuri ya fue protagonista de una agresión alevosa contra Edgardo Codesal. A su juicio, entre los vapores alcoholizados, seguramente por una dosis necesaria de remedios homeopáticos, lo confrontó a traición, con los agravantes de premeditación, alevosía y ventaja.

El problema de su reincidencia no es sólo el acopio de posibles trastornos que puedan posesionarse de su mente, sino que además, Kuri ha recibido la bendición del gremio futbolístico, más allá de que la Comisión Disciplinaria ha prometido repasar este hecho reciente ocurrido el martes al término del juego en el que Puebla venció al Veracruz.

1. COBARDÍA COMPARTIDA...

Cuando fue agredido en el Estadio Luis Pirata Fuente, Edgardo Codesal debió proceder penalmente contra Fidel Kuri, con las pruebas de video que lo habrían respaldado plenamente.

Pero Codesal no se atrevió. O mejor dicho, Decio de María le prohibió que llevara su indignación a un juzgado. La víctima rindió homenaje al victimario.

El resultado de este solapamiento de Decio, con la sumisión de Codesal, le dejó en claro a Kuri que gozaba de impunidad y de inmunidad. Truhán VIP, por investidura de la FMF.

2. ABANDONO ABSOLUTO...

Con un Código de Ética que nadie respeta y acaso sólo se usa para castigar levemente a los débiles, el futbol mexicano no se atrevió a proceder contra un quiste evidente en un balompié.

Claro, cómo se rebelarían las otras 17 células cancerosas contra un nuevo vecino de su bochornosa comunidad perniciosa. Todos para uno y uno para todos.

Y claro, la Comisión de Arbitraje, por supuesto, ni siquiera levantó la vista en esa procesión perenne de esclavitud en le que vegeta ante los caprichos de los jerarcas del futbol.

3. LOS 17 CÓMPLICES...

¿Qué hacía Fidel Kuri Grajales en las entrañas del Estadio Cuauhtémoc? ¿Quién le permitió ingresar al estadio con privilegios? y ¿qué directivo del Puebla solapó y prohijó que el dueño de los Tiburones se metiera con sus rémoras, de cinturas abultadas y fajadas al cinto?

Tan culpable es Kuri como quien dio la venia, esa complicidad silenciosa y cobarde para permitir que llegara hasta donde llegó. Por lo tanto, el Puebla también es culpable, porque se pone quisquilloso con reporteros, pero no con usurpadores.

¿Y en cuántos estadios del futbol mexicano ha sido visto Fidel Kuri? El que se le permita entrar a los palcos de los visitantes o al palco de honor de cada escenario es un acto de desacato contra la propia FMF.

Y, por supuesto, del palco al vestidor siempre ha tenido acceso libre, no sólo en otros estadios, sino, obviamente, también en el suyo, en el que supuestamente, también debe ejercerse ese castigo.

Queda claro que así se opera en el futbol mexicano: la Justicia es ciega, pero la injusticia es de los ciegos, en este caso, de los otros 17 ciegos y su respectivo tuerto, Decio de María.

¿Cuál debe ser la resolución de la Comisión Disciplinaria? Muy simple: más allá de vetar de por vida a Kuri Grajales, advertir que al presidente de cualquier equipo que permita el acceso a su estadio con condiciones de privilegio se le debe suspender por un año.

Eso sería lo ideal, pero en un futbol como el mexicano donde aún busco un propietario de equipo que arroje la primera piedra, porque esté limpio de culpa, es prácticamente imposible que se atrevan a tanto. Porque el que entre lobos anda, a aullar se enseña.

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Los números de la J1

FECHA
21/07
2016
por ESPN Stats & Information

 

Liga MXESPN DatosLos extranjeros ganaron el primer round en su batalla frente a los jugadores mexicanos en la Jornada 1 del Apertura 2016.

Ignacio AmbrizESPN DatosIgnacio Ambriz tratará de superar las semifinales por primera vez desde que asumió el puesto de director técnico del América.
Dayro MorenoESPN DatosEl ataque de los Xolos de Tijuana pasa por los pies del colombiano Dayro Moreno.
Refuerzos de ChivasESPN DatosChivas sólo utilizó a dos de sus cinco refuerzos en la derrota de la Jornada 1 frente a los Pumas.
Carlos PeñaESPN DatosCarlos Peña ha fallado tres de los cinco penales que ha cobrado desde que llegó a las Chivas para el Apertura 2016.

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Larga espera

FECHA
14/07
2016
por ESPN Stats & Information

 

Sequías en la Liga MXESPN DatosVeracruz (66 años) y Atlas (65 años) tratarán de poner fin a las sequías activas más largas de títulos de liga en el Clausura 2016.

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ESPN Digital

LOS ÁNGELES -- Un año de suspensión, pero no de castigo, para Fidel Kuri. Y hasta acá escucho su carcajada.

Edgardo Codesal ha dicho a sus íntimos, que más que el jalón de cabellos y el coscorrón o zape que le asestó el ejemplar diputado federal, la tortura mayor fue el tufo del dueño del Veracruz mientras lo insultaba, y que el verdadero suplicio fue limpiarse la cara y los lentes de los vestigios de saliva y comida que le escupió mientras le hablaba. Le creo de semejante martirio.

Hoy, con la resolución de La Comisión DECIOplenaria, Kuri ha salido vencedor. Y Codesal, humillado. Y el arbitraje intimidado, expuesto, abandonado.

¿Qué pierde Fidel Kuri? Absolutamente nada. Y lo fascinante es la contradicción torpe en la que cae la Inquisición mexicana y su falaz Torquemada.

Recordemos que Fidel Kuri debió elegir entre ser Diputado Federal o fungir como directivo del equipo, como dueño del Club Veracruz.

Claro, listo es. Prefirió ese privilegio de vivir del pueblo y por el pueblo, pero no para el pueblo. Le viene de sangre. La política en México permite a cualquiera, desde analfabeta hasta convicto, convertirse en un gigoló del patrimonio de la nación.

En el momento en que Kuri elige, dejó de fungir en todas las funciones que supuestamente le correspondían como dueño.

Lo irrisorio hoy es que la ínclita Comisión DECIOplenaria le prohíbe desempeñar todas las funciones a las que Kuri ya había renunciado a ejercer.

Por si alguien no entiende: le quitaron a Kuri unos calcetines con un hoyo que ya no se ponía. Y ese fue su pena. Queda claro que es una suspensión y no un castigo.

Por lo pronto, Kuri puede acudir al Luis 'Pirata' Fuente y acomodarse en otro palco, lejos del cubículo oficial, pero con los mismos privilegios de dueño.

¿Irá a otros estadios? Cómodamente. Júrelo Usted que podrá hacerlo en un palco que seguramente el anfitrión le acondicionará para que se sienta como en su casa.

Si Fidel Kuri, en un acto de transformación camaleónica, fue capaz de hacerse panista y de nuevo priísta, ¿qué incomodidad puede provocarle cambiarse de palco?

Lo grave es el monumento a la impunidad y a la inmunidad. E insisto. Hasta acá escucho sus carcajadas.

El daño es aún más grave. La impunidad en uno es la declaración pública de impunidad para todos. Mañana cualquier otro directivo puede buscar a Codesal o cualquiera de sus visores y desahogarse con él como piñata, al fin y al cabo lo suspenderán, pero sin un verdadero castigo.

Y si el jefe de los árbitros ha quedado indefenso ¿qué tan indefensos quedan los árbitros? La luz verde para la barbarie ha sido encendida. Ya no hay veda.

Más grave aún, en menos de una semana, la Comisión DECIOplenaria ha dejado abierto libertinaje para dos de los peores ultrajes e injurias posibles: el racismo y la violencia.

Recordemos que hace una semana el clan de Decio decidió que no procedían los reclamos de Carlos Darwin y de Michael Arroyo contra Darío Verón, por sus imprecaciones racistas, incluso usando la palabra simio.

Y ahora, después del asalto de Kuri a Codesal, pues la temporada de caza ha comenzado.

¿Tiene culpa Codesal? En parte. Debió ir al ministerio público y presentar una denuncia. ¿Por qué no lo hizo? Esto es aún más grave: porque se lo prohibieron. Le ordenaron que no procediera penalmente. Sumiso... y doblemente humillado.

Y es curioso. La secta de Decio, la facción del poder y el abuso, decidió proceder contra Kuri hasta con más ligereza, liviandad o ¿pánico?, que con los aficionados de Monterrey que causaron destrozos en el Estadio Cuauhtémoc de Puebla.

¿Qué es más grave? ¿Destrozar butacas o injuriar, amenazar, violentar y sobajar a una persona, más allá de las leyendas negras que acompañan a Codesal?

Sófocles, poeta griego, testigo del tema, dijo que "un Estado donde queden impunes la insolencia y la libertad de hacerlo todo, termina por hundirse en el abismo".

Sí, cierto, a nivel directivo, hace tiempo que el futbol mexicano pulula en el abismo.

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Fernando Guerrero
Mexsport

LOS ÁNGELES -- Habrá más de 100 mil fieras vociferantes, voraces, enloquecidas, reclamando su pellejo desde la tribuna.

Y habrá 22 virtuosos trúhanes y tahúres en la cancha dispuestos a engañarlo, a chantajearlo, a pervertirlo y a inducirlo al error.

Será, como lo llaman compasivos y compadecidos, a él y a los de su género, un Nazareno. Aunque su oficio tiene un vulgar, casi peyorativo, y antes respetado nombre: árbitro de futbol.

Y deberá confiar, sin poder hacerlo plenamente, en sus auxiliares: Dimas y Gestas lo acompañarán en el Monte Calvario de su crucifixión en el Estadio Azteca al enfrentarse América y Pumas.

En realidad, Fernando Guerrero, de 34 años, capitalino, sabe claramente que este jueves por la noche, será el hombre más solo y más solitario del mundo.

Nadie meterá las manos por él. Aunque todo mundo intentará meterle mano a su trabajo. Tiene 90 minutos para salir vivo. O, al menos, para salir del estadio.

En medio del caos mediático que vive su oficio, gracias a errores monumentalmente sospechosos suyos y de sus colegas, este jueves por la noche, no las miradas, sino las miras telescópicas del mundillo futbolístico mexicano estarán sobre él.

Guerrero sabe que su plumaje estará sano, salvo y pulcro, hasta el silbatazo inicial. Después, inmediatamente después, irremediablemente después, cada decisión que tome será masticada ácidamente en la tribuna y vomitada en su humanidad y, seguramente, en su santa progenitora.

Pero, el problema, es que las gárgolas vivientes del graderío no son su principal enemigo. Al final, los insultos, los chiflidos y las mentadas de madre son cheques sin fondo en personajes de piel dura, blindada, curtida, cínica, como la de los árbitros.

El conflicto real le aguarda en la cancha. Sabe que la tribuna puede ser desleal, y hasta enceguecida, por esa pasión que obnubila como es el fanatismo.

Pero en la cancha le esperan las emboscadas. Las más desleales, sucias, traicioneras y abyectas emboscadas.

Los futbolistas, no todos, pero varios, saben usar la extorsión, especialmente en un marco magnífico como un Estadio Azteca, con Pumas y América como protagonistas, y en una fase de Semifinal.

Y esos mismos jugadores saben que cualquier dramatización, exageración, teatralización y farsa que monten en la cancha simulando una falta, una lesión, un golpe, una fractura, una muerte súbita, encontrará un estruendoso eco en las gargantas oscuras del anfiteatro del bimundialista escenario.

No olvidemos la faramalla, el acto deplorable de fanfarronería, de patraña, cuando el Pikolín Palacios ante el Veracruz ejecutó una danza del puma epiléptico, moribundo y soflamero, cuando como bufón bailarín se retorció cual gusano bañado en sal, para ganar minutos ante el Veracruz.

En minutos, el Pikolín fue asesinado sin haber sido tocado y por arte de magia milagrosa fue al más allá y volvió sano, salvo, fresco, rozagante y sonriente, sin más olor que a linimento y desvergüenza.

Seguramente este jueves, cada uno de los jugadores de América y Pumas saben que pueden sacar el Pikolín que todos llevan dentro.

Y lo más grave: los árbitros están desarmados. Su única arma, son unas diminutas, finitas y coloridamente estrambóticas tarjetas en rojo y amarillo.

Pero, a través de sus jefes, los silbantes tienen prohibido usar las tarjetas escarlatas. Decio de María, González Iñárritu y Edgardo Codesal han prohibido a sus mártires expulsar jugadores, según versión confirmada por el analista arbitral de ESPN, Felipe Ramos Rizo.

Sin embargo, es probable que esas tarjetas rojas, ante el bochorno vivido en Cuartos de Final, sean liberadas nuevamente. Pero, hasta este momento, estaban prohibidas, vetadas. Insisto: son árbitros castrados.

Es irónico, porque, con ese regusto amargo del sadomasoquismo, los compañeros de Fernando Guerrero quisieran esa oportunidad de estar en el festivamente tétrico aparador de un América contra Pumas, aún con todo el escenario estercolado.

En cifras, Fernando Guerrero suma en el Apertura 2015, un total de 72 amonestados y tres expulsados. Dirigió tres partidos del América, los tres de local, con derrotas ante Atlas y Chivas, y victoria sobre Veracruz. ¿Pumas? Uno dirigido: 2-1 sobre Querétaro.

Al final, lo único que resta a Guerrero y sus auxiliares, es voltear al Palco de Honor del Estadio Azteca, una sucursal hedonista del Salón Oval de Televisa, y recordar la frase de los condenados a muerte en los circos romanos: "Ave, Caesar, morituri te salutant (Ave, César, los que van a morir te saludan)".

Sí: Ave, Decio, los que van a morir te saludan.

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LOS ÁNGELES -- Fidel Kuri Grajales llega a apagar incendios con buches de gasolina y al prostíbulo que era el arbitraje mexicano lo deja en cenizas.

Tiene motivos: errores arbitrales consumaron la eliminación del Veracruz. Cierto, fueron más los desaciertos de sus jugadores que los del juez Roberto García Orozco.

Hay un manoseo perverso de un árbitro de hábitos pervertidos como García Orozco. Un gol en fuera de lugar y un penalti no marcado. Pero más allá de su estela percudida de sospechosas equivocaciones de este silbante, peor que su criterio fue la puntería de los delanteros del Veracruz.

Y si Kuri Grajales tiene motivos, ¿tiene la razón?

Kuri asegura a ESPN que la madrugada del domingo le comentaron que el cuerpo arbitral había pronosticado, o anunciado, o sospechado, o advertido, o vaticinado, o analizado, que Pumas iría a Semifinales y Veracruz se quedaría varado en la arena.

El problema de Kuri es su índice moral. En abril de 2013, tras renunciar al PRI, compra por cinco millones de pesos la candidatura a la presidencia municipal por el PAN. Y paga en efectivo. Los priistas de la época lo declararon traidor. Cierto, los burros hablando de orejas.

Audaz empresario que ha triplicado la fortuna familiar, famoso en su región por escándalos juveniles en discotecas de la zona, Kuri Grajales es hoy, además de dueño de los Tiburones Rojos, propietario de varias casas de juego en el país, en sociedad con Víctor Flores, Don Perpetuo, según fuentes políticas.

Lo irónico es que hoy, Kuri Grajales es diputado priista por Orizaba y secretario estatal de organización del PRI. Es decir salta de un partido a otro, a pesar de las diferencias conceptuales, aparentes, entre los idearios y las ideologías de ambos partidos.

Como buen político mexicano, manifiesta que importa el hueso, sin importar el animal al que pertenece.

Quede esto citado para que cada quien visualice y categorice la personalidad moral del acusador, y que pueda conciliar su imagen con la de los acusados.

Insisto: Kuri Grajales tiene motivos para indignarse y soliviantar las embestidas contra los árbitros y sus titiriteros. Le ampara la libertad de expresión.

Claro, como también a cualquier otro le ampara el derecho de filtrar sus palabras y aseveraciones a través del cristal de los actos y de los antecedentes del mismo Kuri.

La afirmación de Kuri Grajales a ESPN no debe arrojarse en saco roto. La acusación es poderosamente grave. Y de ser cierta, debe ser la piedra angular para generar cambios en el futbol mexicano.

El dueño de los Tiburones quedó desligado administrativamente del equipo, por reglamento de la FMF, pero evidentemente hace sentir el peso de propietario, incluso con imágenes en francas discusiones con Carlos Reinoso.

Hostigador e instigador un tiempo del PAN, y luego del PRI y luego del PAN, Kuri Grajales sabe que meterse con los árbitros, tras lidiar con zorros ladinos de los partidos políticos, es un juego de niños.

¿Lo citará Decio de María? ¿Se le puede dar validez a alguien que dijo que le dijeron que alguien había dicho que le habían dicho que Pumas iba a eliminar a Veracruz?

¿Estará dispuesto Kuri Grajales a un careo con García Orozco? ¿Aceptará García Orozco un careo?

Hay un hecho indiscutible: Kuri se ampara en los videos que muestran las sospechosas torpezas del torpemente sospechoso García Orozco. El árbitro, en cambio, como sus víctimas, queda indefenso ante esa evidencia.

Al final, es irreversible el daño: Pumas es semifinalista. Y al final, queda claro, Kuri Grajales con un pesado caparazón de culpas políticas y sociales, se ve simpático, tierno y pizpireto, lanzando pedradas-bumerangs a personajes (Decio, Iñárritu, Codesal, árbitros) de condiciones morales y de credibilidad similares a las suyas.

Y sería bueno que dejara de dar tantas entrevistas lacrimógenas porque en la secretaría estatal del PRI hace tiempo que no se para a resolver algunos pendientes partidistas, políticos, electorales, sociales y morales que resolver.

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LOS ÁNGELES -- Su cabriola sigue dando giros en el universo insaciable, voraz, de las redes sociales. Una estampa de esas que regocijan a cualquier futbólatra. Una postal que convierte en primavera cualquier campo áspero de futbol.

Egidio Arévalo Ríos ratifica que en el fondo, sí, muy en el fondo, tras esa facha y ese oficio de picapedrero, de demoledor, se esconde un exquisito. Se viste de hollinero en la cancha, pero saca de repente una azucena de su lodazal.

Y el uruguayo lo hizo ante Chiapas. Parecía, el trazo, un apéndice de ese Libro de Oro de su Pataruzú. Pero, pobre Egidio, cuando hubo y tuvo para deslumbrar con un destello de arte, a André Pierre Gignac se le ocurre montar su propio museo.

Egidio metió el balón a la zona de fusilamiento de Chiapas. Sus defensas salían de la plazoleta. Gignac regresaba entre esa escolta, cuando el satélite del uruguayo viajaba y bajaba al desafío gitano, sí, gitano, de su imaginación.

¿Estaba en fuera de lugar? Milimétrica, tozuda, remilgosa y melindrosamente, sí estaba adelantado. Suficiente para el reglamento, insuficiente para el árbitro.

Gignac se olvidó de todo y de todos. La pelota flotaba, paciente, trucada, como escena de Gravity, en ese espacio mágico, donde él debía intuir más que elegir, reaccionar más que decidir. Y lo hizo.

Egidio se asombraba a sí mismo del telegrama balompédico que había enviado. Un citatorio de gol. Los zagueros de Jaguares se azoraban. Y Gignac reaccionó como bestia, como goleador, como gitano. Como Tigre.

El catálogo descriptivo de esos remates es ambiguo. Y el francés lo confundió más. ¿Tijera? ¿Chilena? ¿Guiñaquiña? El Circo Atayde y Cirque du Soleil aún revisan el video.

Pero el atacante de Tigres emuló a las decenas de saltimbanquis que debió ver regateando centavos a cambio de esas piruetas callejeras en los tianguis franceses, donde él mismo, en algún momento, vendió ropa, hizo encargos e hizo, como si fuera La Corte de los Milagros de Víctor Hugo, maniobras mágicas para sobrevivir.

Tras la maroma, tras la sorprendente machincuepa, Gignac pesca el balón en ese brevísimo latido silencioso del estadio. La contemplación muda y afónica del remate fue el azoro de la tribuna.

El balón terminó donde deben terminar todas las orfebrerías majestuosas: en el museo. Y en el futbol, la única pinacoteca de la cancha es la red.

Irónico que la ejecución misma rebasara al gol, aunque sin el gol, la cabriola sería apenas una anécdota. La pelota, el marcador, Egidio, el resultado, el rival, terminaron siendo accesorios del lance circense de Gignac.

Y el francés debió beberse la escena. El orfeón gigantesco, estruendoso, desbordado, conmovido. Porque Gignac lo sabe: la población entera de su comunidad, de su pueblo natal, Martigues, cabe perfectamente en el Estadio Universitario de Monterrey.

Pero el arrullo masivo del francés va más allá del gol. Va más allá de un momento. Llegó a Tigres cuando pudo insistir en la Premier o en la Ligue 1. Y desde el primer día se sintió en casa, aunque Monterrey le recuerde poco, muy poco a su hábitat natural en Francia. Una madrugada de año nuevo en Monterrey tiene más escándalo y bullicio, que la noche más festiva de Martigues.

Gignac ha pagado bien por su proceso de adopción. Goles. Humildad. Identificación. Cercanía de la raza y a la raza.

Este futbolista de sangre gitana, de hábitos gitanos y gitano de oficio cuando el hambre urgió, tuvo su momento de consagración en la jactanciosa y exigente sociedad regiomontana cuando hace dos semanas le marcó a Alemania jugando para Francia y con su festejo hizo la seña con los dedos entrecruzados de la facción de Libres y Lokos. Salve César.

Ese día, con un gesto inesperado, espontáneo, al otro lado del mundo, Gignac le guiñó el ojo a Tigres, a Monterrey... y hasta a los del Monterrey.

Los medios regiomontanos consignan que hoy son registrados más Andrés, Pierres o Gignacs en el Registro Civil neoleonés que los alguna vez tradicionales Eulalios y Laureanos. Hoy se es más regio que el cabrito, si el cabrito en pañales se llama Gignac.

Su último sueldo registrado en Francia era de 4 millones de euros. Algunos medios mexicanos aseguran que se mantiene ese salario con Tigres. Unos 70 millones de pesos. Recibe cuatro veces más que el total de la Colecta Anual de la Cruz Roja en Nuevo León en 2014.

Pero, Gignac no es culpable de la austeridad o desdén de los habitantes de Nuevo León, ni de la cotización de sus artes como futbolista.

Hoy Gignac es sin duda una referencia del tipo de futbolistas extranjeros que se necesitan en un balompié invadido de jugadores a veces desconocidos hasta en sus países.

Y muchos de esos negocios del bandidaje de promotores, muchos, casi todos, nunca llegan a encantar, a seducir, como lo hizo Gignac con un guiño desde el otro lado del mundo.

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Veracruz vs PumasImago 7

LOS ÁNGELES -- El Tiburón perdonó a Pumas. El árbitro perdonó a Pumas. Aunque Pumas condenó a Pumas. Y la maldición acecha al líder general.

1-0 enarbola Veracruz. Y se ampara en antecedentes inmediatos: Santos y León se coronaron campeones tras clasificar octavos y con la bendición del chiripazo, de una carambola accidental. Dos de los últimos cuatro campeones en México llegaron de leprosos a la Liguilla.

Veracruz fue mejor este jueves por la noche, pero en el marcador sólo consiguió un voto. En ese dominio, al final del juego, los Pumas perpetran un claro penalti sobre Villalva, la pesadilla de los felinos.

Sin embargo, el árbitro, Fernando, es un Guerrero en la lucha para evitar caer en las garras de la decencia y la honestidad como juez. Y saca de las quijadas del Tiburón el corazón ya marchito de los universitarios. Descaro absoluto.

Ya antes, una clara falta sobre Leobardo López la pita al revés por considerar que atropella a Britos. Guerrero tiene alma pusilánime como árbitro de Liguilla.

Pero el 1-0 huérfano también es culpa de Veracruz. Precipitado, ansioso, desesperado por consumar un marcador abultado, terminó errando disparos, desperdiciando pases en el área y hasta forzando la anulación de dos goles por fuera de lugar.

El Tiburón pudo conseguir hasta surcar aguas tranquilas el domingo en CU, pero los nervios le impidieron engordar el marcador.

Pumas careció de atrevimiento primero. Se plantó a jugar como víctima y cuando reaccionó, con la entrada de Ludueña, los ajustes del Veracruz terminaron por dejar en acercamientos timoratos sus intentos al ataque.

La historia sigue inconclusa, con el punto final aún lejano. Pero las condiciones dejan bajo alerta a los Pumas.

Veracruz tiene jugadores habilidosos y veloces, de esos que se regodean festivos jugando al contragolpe. Y Carlos Reinoso sabe que será un escenario inevitable el domingo para tratar de eliminar al líder general.

Pumas, en cambio, sale con una lanza en el pecho y otra en la espalda. Tendrá que salir urgido de marcar, pero también cauteloso para impedir que la emboscada obvia de los jarochos no coseche un gol de visitante.

Más allá de la intensidad jacarandosa en el futbol de Veracruz y de la resistencia asustadiza de Pumas, especialmente en el primer tiempo, el encuentro tuvo facetas interesantes en los esfuerzos de ambos entrenadores por sacar mejores ventajas en los cambios.

Memo Vázquez pareció ganar la partida en el arranque del segundo tiempo, pero el dominio territorial era ya parte de la trampa riesgosa del contragolpe que le tendió el Tiburón Rojo.

Para el juego de vuelta, los antecedentes ofrecen un horizonte que no necesariamente se confirma en Liguilla. Pumas fue el mejor equipo de local. Consiguió 21 de 24 puntos posibles, pero además, sólo aceptó cuatro goles, marcando 19.

Mientras tanto, Veracruz fue un huésped, si no dócil, de bajo riesgo, con sólo 11 puntos de 24 posibles, pero vapuleado con 13 goles en contra por sólo nueve a favor.

Cierto que en las condiciones de vida o muerte del juego de vuelta, el escenario es muy diferente al de la fase regular.

Y como citó Carlos Reinoso después del partido de este jueves por la noche: queda abierta la incertidumbre sobre el arbitraje, porque si en su propia cancha los mancilló, ¿qué deben esperar en CU?

Y claro, la UNAM sabe que no puede ser una versión tristemente domesticada y dócil de lo que en el torneo mostraron para terminar merecidamente como líderes, pero...

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