Viñeta Rafa Ramos

LOS ÁNGELES -- Hace más de medio siglo, la leyenda relataba como José Manuel Núñez, presidente del Atlante, llegaba siempre con retraso a la asamblea de dueños de clubes.

Un General de División del Ejército Mexicano no podía tener problemas de horario, o de tráfico. Llegaba tarde simplemente porque se le pegaba su maldita y regalada gana. Su disciplina castrense era llegar tarde, al menos a las oficinas de la FMF.

Entraba José Manuel Núñez al recinto y los presentes, la mayoría con mucho más dinero pero con mucho menos poder, se ponían de pie, y prácticamente se cuadraban como cualquier soldado raso.

Alguna vez un despistado presidente de equipo no lo hizo. El General Núñez musitó: "Esos que hoy no se ponen de pie, pronto se pondrán de rodillas". Y ocurrió.

Acto seguido, el presidente del Atlante, desenfundaba la pistola calibre 45, se sentaba en una de las cabeceras, claro, reservada para él, y golpeaba estruendosamente la mesa con el arma: "Ya podemos comenzar la sesión". Los débiles de espíritu se volvían débiles del corazón, literalmente.

Y claro, si se habían tomado acuerdos antes de la llegada del militar, había que revisarlos de nuevo. Así fue como aquel General de División salvó dos veces al Atlante del descenso.

Va esta introducción para recalcar que el mando de la FMF siempre ha estado en poder de dictadores, y no necesariamente como presidentes designados. Ya se sabe: el poder auténtico se ejerce en las sombras.

La única vez en que el poder cambió de mando en tiempos recientes, fue cuando Rafael del Castillo, doctor en Derecho, fue el más chueco de los mandamases. Él y Rafael Lebrija padre, armaron la falsificación de actas que significó el #CachirulGate y dejó al Tri fuera del Mundial Italia '90, por suspensión de FIFA.

Se treparon al poder Emilio Maurer y Francisco Ibarra, el primero mandaba como vicepresidente y el segundo obedecía como presidente.

Era un caso similar al que los anales políticos mexicanos mencionan en los albores del Siglo XX. Afuera de la residencia presidencial había un letrero tipo grafiti, para esa época: "Aquí manda el presidente, pero el que manda vive enfrente (Plutarco Elías Calles)", quien mangoneó a tres presidentes durante su dictadura... en las sombras.

Lo irónico es que Maurer e Ibarra supuestamente habían llegado a combatir la corrupción en la FMF. Y terminaría siendo tan malo el remedio como la enfermedad.

Después de una depredadora auditoría externa, Maurer fue a dar a la cárcel, Ibarra se lavó las manos, y Guillermo Lara, responsable de todas las marometas financieras, los vendió a ambos a cambio de su libertad.

FOTO DOBLE; Guillermo Vázquez y Fidel Kuri.
Imago7/Club Tiburones

Es decir, los paladines de la justicia que limpiarían la FMF, terminaron barridos por supuestos pecados similares que sus antecesores.

Hoy, vemos el panorama similar, hablando de la mano firme que mece la cuna podrida del futbol mexicano. Una mano oculta, aunque todos sepan a quien pertenece. Y esa mano a qué intereses obedece.

En ese horizonte, Fidel Kuri Grajales comparece como el epítome de la impunidad y de la inmunidad. Nadie ha podido domesticarlo. ¿Podrá hacerlo Yon de Luisa? O, perdón, ¿querrá hacerlo Yon de Luisa? Porque, sin duda, debe hacerlo, está obligado a hacerlo.

Recordemos que Fidel Kuri Grajales quedó desprovisto de todo fuero, autoridad y representatividad en el futbol de México hasta el 20 de septiembre de 2018, por parte de la FMF.

Una aclaración: los expertos en política en Veracruz consignan que Kuri pasó de ser militante del PRI a ser militante del PAN cuando a él y al partido político les fue conveniente. Claro, ya regresó al priísmo.

Recordemos que Veracruz, desde la época de Miguel Alemán, ha sido un bastión político poderoso y determinante para que desde Los Pinos pueda jugar al tetris en situaciones electorales. ¿Ya sabe quién mece esa cuna?

Kuri se ha venido burlando de la FMF, y prácticamente se mofó de Decio de María en la Asamblea de Dueños, a la que debieron prohibirle la entrada, pero nadie tuvo la testosterona de hacerlo. Kuri le espetó a Decio: "Tú ya te vas y yo me quedo".

Nuevamente, estos días, Kuri asalta la escena, sin tener privilegio alguno. Recordemos el boletín que subrayaba su castigo por reincidencia: "No podrá realizar actividad alguna relacionada al futbol federado, por lo que el período de suspensión se amplía hasta el 20 de septiembre de 2018".

Tras pitorrearse de Memo Vázquez, al que llamó "mandilón" en el término más suave, y luego de cachondearse con Hugo Sánchez, Kuri confesó que ha seguido, sigue y seguirá ejerciendo todas las funciones de que fue vetado por la FMF.

Ojo: de acuerdo a las reiteradas violaciones a su castigo, Fidel Kuri Grajales ya podría ser expulsado de por vida de cualquier actividad vinculada al futbol, más allá de que incluso podría desafiliarse al Veracruz, por sus propias transgresiones, además de las deudas con jugadores y ex miembros del cuerpo técnico.

Además, las exigencias que se le han marcado para garantizar la seguridad dentro, fuera y en los alrededores del estadio, no las ha acatado el equipo Veracruz, por órdenes de Kuri. Otro motivo para proceder conforme a reglamento.

Y claro, los insultos y agresiones a lo que Decio llamaba La Familia (léase La Famiglia), han sido constantes. ¿Y el Código de Ética? Otra de las faramallas infames de la FMF.

Hoy, sólo una persona tiene la palabra y la autoridad. Se llama Yon de Luisa. ¿Se atreverá?

Por lo pronto, Fidel Kuri se encuentra en Italia, y el domingo, según gente vinculada al club, estará en El Vaticano, participará en la misa que oficie el Papa Francisco, recibirá la comunión y la bendición del Pontífice. Ora pro nobis.

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LOS ÁNGELES -- La imagen es deplorable. Porque es Chivas, el club con más seguidores entre los mexicanos. Parte de la realeza, rancia, pero realeza del balompié nacional. Y claro, la creatividad del mexicano no se contuvo, ni se detuvo ni se entretuvo.

Los Memes, que se han convertido en el instrumento de calumnia lúdica más vertiginoso en la historia de la humanidad, poblaron las redes sociales, mofándose de la escena en la conferencia de prensa de José Saturnino Cardozo, tras la derrota de Chivas ante Santos.

Viñeta Rafa Ramos

Chivas se equivocó. Deberá dar la cara el responsable. Seguramente debe ser el inmortalizado por Ricardo Peláez, como el Pelagatos 2.0, y conocido como José Luis Higuera.

¿Por qué él y no Amaury Vergara, el primogénito aventurero del dueño del equipo? No puede haber duda.

Amaury estudió, se graduó e hizo sus pininos en cine, pero no en películas de ficheras, cabareteras o de albures, sino bajo la exclusiva ala protectora de ganadores del Óscar, como Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu.

Seguramente, por llevar la sangre de comerciante elitista por la cercanía con OmniLife, y por el buen gusto que debe haber adquirido en escenografía y perfiles visuales, Amaury habría entendido el desquiciado horror en ese estrafalario, chocante y aberrante espectáculo.

José Saturnino Cardozo debe haberse sentido incómodo. Hasta en los polvorientos estanquillos pueblerinos de Jalisco, hay mejor sentido comercial y visual que el guarro, daltónico, miope y pedestre decorador que lleva en su alma el susodicho Pelagatos 2.0.

Imago7

Sentarse ante los medios, así, como charlatán de feria, ofreciendo medicinas curatodo, desde los juanetes hasta la alopecia, debió exponer a condiciones degradantes a un histórico del futbol mexicano, al menos como jugador, más allá de que como entrenador apenas ha sido inquilino activo de Liguillas.

Chivas no puede permitir que su entrenador, y en el futuro sus jugadores, comparezcan como mercachifles barateros, además, de su propia desgracia deportiva.

Ni Chabelo o el Tío Gamboín montaban un tianguis tan obsceno. ¿O será que en el futuro deberá Cardozo empezar a hacer catafixias con sus chocolatotes en bebida por favores arbitrales?

Al fracaso recurrente deben darle agruras con tantas muestras de granola en la mesa, aunque seguramente deben curarle de cualquier constipación por la bilis a los seguidores del Guadalajara, que tienen en este momento poco que oponer en argumentos a equipos que galopan en las verdes praderas de las Tabla de Posiciones, como Cruz Azul, América y Pumas.

Es cierto que no es la primera exaltación al bochorno y al ridículo que se les ocurre en las calenturientas y delirantes cabecitas de los dirigentes de Chivas. No, son unos pioneros, unos adelantados a su época.

Recordemos cómo hace años, el propio Jorge Vergara tuvo la muy peregrina idea de alquilar a sus futbolistas al mejor postor.

¿Lo recuerda? ¿Quería usted al Bofo Bautista como payasito de una fiesta infantil de cumpleaños o como chambelán de su ninguneada quinceañera?

¿O le interesaba Omar Bravo para entregar a su hija o hijo en el altar? ¿Quería llevarse al plantel completo como pajes de una boda pipirisnáis?

Con Jorge Vergara todo era cuestión de llegar a un acuerdo. Y si se ponía sus moños, conseguía descuento, o hasta dos jugadores por el precio de uno. ¡Cómo no!

Oponerse, en su momento, a estas medidas, a este tráfico de piernas, o de cuerpo entero de los jugadores, les costó el puesto a varios técnicos.

Me imagino que para Jorge Vergara, en ese delicado estado de salud en que se encuentra, internado en Estados Unidos, debe haber sido motivo de recaída enterarse por redes sociales o por llamadas directas, del bochorno que perpetró Mister Pelagatos 2.0, insisto, según lo bautizó en letras de oro, Ricardo Peláez.

Esa imagen de tendejón de barriada, con el perdón de esas tienditas de conveniencia, sólo refleja la desesperación, la incapacidad mercantilista y la falta de creatividad del nuevo y flamante director deportivo del Guadalajara. Piensa como tianguista novato.

O seamos generosos, porque tal vez pensó el señor Higuera que era el momento de agregar un tono cómico a la recurrente tragedia futbolística que embarga a Chivas.

Y tuvo efecto, hoy todo mundo habla del baratillo y el baturro que lo atiende, pero no de la dolorosa derrota ante Santos y el maleficio del estadio rojiblanco.

Lo cierto es que el Estadio Akron sí parece una tienda de beneficencia: todos los urgidos pasan ahí a recoger tres puntitos gratis...

Lo que agregó ya un tono dantescamente festivo y ridículo a la de por sí ya esperpento, fue cuando terminó la conferencia de prensa y los asesores se dedicaron rápidamente a recoger y guardar los productos.

Claro, no se los fueran a llevar los reporteros. Una comunicadora les soltó de inmediato: "Hay mejorcitos (productos) que esos en los OXXOs (cadena de supermercados en México)".

Sí, hasta en eso Chivas hizo el OXXO, es decir, el oso...

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LOS ÁNGELES -- Los despidos de técnico en Santos Laguna tienen un tufo a albañal. Algo huele mal.

Incluso, pocas veces obedecen a motivos futbolísticos, deportivos o competitivos. Y las versiones que serpentean libremente poco ayudan.

Viñeta Rafa Ramos

Recordemos los casos de Daniel Guzmán, Rubén Omar Romano, Pedro Caixinha y la súbita decisión en torno al Chepo de la Torre.

Robert Dante Siboldi renunció. O, si las circunstancias que se revelan en torno a su salida son reales, fue orillado a renunciar.

Pleitos de Alcoba, o, para ser más exactos, pleito con Gerardo Alcoba, Esa es la versión que ya diversos medios manejan.

Siboldi se molestó con su paisano, lo remitió a la banca, le quitó el gafete de capitán, en medidas que encajan perfectamente en el libreto de funciones, derechos y deberes de un entrenador.

Alcoba lo confrontó. De las malas palabras pasaron a los peores escenarios: agresiones físicas. Muebles y vestidor rotos.

Las versiones aseguran que Siboldi pidió castigo para Alcoba, incluyendo la separación del plantel. Un principio de autoridad y de disciplina.

Santos, bajo el mando de Alejandro Irarragorri, se niega a imponer castigos extremos, y Siboldi decide entonces renunciar.

Es entendible. ¿A qué se quedaría Siboldi en un sitio en el que su autoridad en el vestuario quedaba convertida en un hazmerreir, ante la traición de sus dirigentes?

¿Es más importante Alcoba que el entrenador que desafiando adversidades el torneo pasado le dio el título a Santos?

Es probable que hoy los incondicionales de Santos y de Irarragorri, empiecen a filtrar versiones sobre el trato de Siboldi a los jugadores, en el afán de lavarle manos y cara a la directiva.

Lo cierto es que es muy complicado, con un plantel armado con desechos de otros equipos, como lo fue Santos el torneo anterior, salir campeón si el técnico no es la figura absoluta de unidad, solidaridad, liderazgo y respeto.

Hablar mal hoy de Siboldi sería una canallada. Sus antecedentes como jugador no tienen la constante de una carrera conflictiva, por el contrario.

Por otro lado, es evidente que en la Jornada 3 no se puede decapitar por motivos futbolísticos a un técnico campeón, cuando aún hay 14 fechas por delante, y además le arrebatan al goleador Djaniny.

Imago7
¿Casos similares? Hubo uno muy reciente: El Turco Mohamed quiso echar del América a Paul Aguilar por burlarse de él, a sus espaldas, dentro del vestuario, pero Paolo Goltz se lo contó a su entrenador.

Ricardo Peláez no aceptó echar de El Nido al jugador, pero concedió que fuera separado del plantel en plena Liguilla, y creció su enemistad con el técnico argentino, que al final, con el título de campeón, empacó para dirigir a Monterrey.

Con Santos, ciertamente, Irarragorri es el jefe del proyecto. Debe estar convencido que este fin de semana con Salvador Reyes, Chavita, el equipo no va a extrañar a Siboldi, porque, seguramente, Gerardo Alcoba va a ser el jugador que no ha sido: líder, infalible, comprometido, disciplinado, y capaz de echarse el equipo al hombro.

La primera decisión difícil para Chavita Reyes es la entrega del gafete de capitán. Siboldi se lo quitó a Alcoba. ¿Se lo devolverá él por presiones de Irarragorri?

Eso le significaría entrar al vestuario con una banderilla de deshonor en la cerviz. Porque el grupo de jugadores leales a Siboldi, verán como vencedor, pero como enemigo, a Alcoba.

Llama la atención la decisión de Irarragorri, si todas las versiones, coincidentes, son ciertas, especialmente porque Santos Laguna está regalando uno de los mejores momentos en formación de futbolistas jóvenes, y anteponer la indisciplina de un jugador, no es el mejor ejemplo disponible.

Escribió el poeta persa Muslih-Ud-Din Saadi, que "el exceso de severidad produce odio, como el exceso de indulgencia debilita la autoridad".

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LOS ÁNGELES -- ¿Hizo bien Rafa Márquez en marcar paralelos entre el ADN del Atlas y del Barcelona?

La referencia es tan desafortunada como aventurada. Marca, sin embargo, un punto de partida entre lo que Márquez quiere para su incubadora futbolística. Veamos...

Viñeta Rafa Ramos

1.- Colocando uno encima del otro, los 126 trofeos del Barcelona, con un promedio de un metro de altura cada uno de ellos, rebasaría, esa torre, holgadamente, los 93 metros de la Estatua de la Libertad.

Colocando, uno encima del otro, los trofeos del Atlas... bueno, no hace falta.

2.- Entrar en detalles sobre estructuras organizativas, infraestructuras, modelos de desarrollo financiero y deportivo, es evidente la diferencia.

Para puntualizarlo, en el Barcelona no hay ningún Gustavo Guzmán, y eso ya es una bendición, aunque sí hay algunos directivos con citatorios legales, pero, ni así.

Atlas tiene un desarrollo como club deportivo, que puede ser modelo incluso no sólo en México, sino en América, pero es parte del glamour de este equipo, más que de sus blasones futbolísticos.

3.- Aquí sí, guardando diferencias, podría entenderse el discurso, entre la elocuencia y la locuacidad, de Rafa Márquez, y mirarlo con respeto: los capitanes recientes de la selección mexicana, que, cierto, a nivel adulto no ha ganado nada, han sido atlistas: Rafa Márquez y Andrés Guardado.

Incluso la mejor columna vertebral en la historia del futbol mexicano es de extracción rojinegra: Oswaldo Sánchez, Márquez, Pável Pardo y Jared Borgetti, agregando en su momento a Guardado.

Claro, en el peso universal del Barcelona, en La Masía, con sus épocas de vacas gordas y vacas flacas, ha generado íconos auténticos, con futbolistas de altísimo nivel, y si por ociosidad quiere algunos nombres: Xavi, Iniesta, Puyol, Guardiola, Messi, Busquets, Piqué, Fábregas, etcétera.

Es decir, entre La Masía y El Paradero, debe haber algunas decenas de títulos de diferencia, y algunos millones de dólares en las cotizaciones de sus frutos.

4.- Y claro la afición. El Barcelona llena hoy cualquier estadio del mundo. El Estadio Jalisco sabe que en una jornada generosa, 35 mil asientos serán de sus fanáticos.

Alguna vez, Enrique Aceves, gerente del Atlas, le mostró a este reportero cifras inapelables: la afición o Aflicción Rojinegra responde mejor al equipo en la taquilla cuando ha sufrido riesgo de descenso que en sus momentos gloriosos, que por aquel entonces, eran muy pocos.

Y hoy, afiliarse al Barcelona (o al Real Madrid) parece ser un acto de reclutamiento de villamelones. Cualquiera se compra una playera de Messi y empieza a cecear torpemente, como para sentirse catalán.

Por el contrario, ser atlista, es distinto. He insistido, el aficionado rojinegro se consagra a un apostolado estoico, en el que juramenta un voto de hacer del flagelo semanal su catalizador del placer.

Casi es un pacto franciscano, futbolísticamente hablando. Es vivir como asceta de la frugalidad competitiva, y casi en un voto de silencio como el de los cartujos, porque habrá pocas victorias absolutas que gritar.

No cualquier puede ni merece ser atlista. Hay que tener el certificado de anacoreta, aceptando vivir en el limbo de la resignación. Una delicia espartana.

Pero, la llegada de Rafa Márquez debe tomarse en serio. No será un títere en manos de TV Azteca, aunque seguramente su modus operandi será alejado del niño que tuvo en gestación y abandonó: la Asociación de Futbolistas. No puede ser juez y parte.

Sin embargo, Márquez sabe las dolencias del Atlas y podría tener soluciones. Su prestigiosa carrera con el Barcelona es una llave maestra que puede abrir muchas puertas en Europa.

Es muy curioso cómo su nombre sigue apareciendo en el listado de nostalgias del Barcelona, y hasta el madridismo lo respeta considerándolo la aborrecida versión azulgrana de Sergio Ramos, en esos calentones y cachondeos de redes sociales.

Sin duda, Rafa Márquez sabe cómo. Necesita tiempo, dinero, orden, libertad, pero, más allá de la complacencia de sus ñoños directivos, la fe, la confianza y la paciencia de la misma Fiel Rojinegra.

@atlasfc

Tiene, sin duda, la gran bendición de esa aberración de la Primera División, al suspender el descenso. El foso ha sido clausurado. Esa eterna emboscada del Atlas ha sido puesta fuera de circulación.

Rafa Márquez debe ser el primer futbolista mexicano que, genuinamente, ha recorrido todos los pisos de su Alma Máter, es decir del maltrecho rascacielos rojinegro, o ¿alguien duda de que llegó a tener influencia en alineaciones y planteamientos en el vestuario del Atlas?

En el odioso término de las comparaciones, con una muy superior, casi incomparable carrera como futbolista, hoy el Atlas ha adquirido con Rafa Márquez alguien más capacitado que un exitoso Ricardo Peláez y un muy capaz Néstor de la Torre.

Pero, ojo, es el Atlas. Por muchos años cubrí entrenamientos, partidos y numerosas entrevistas en El Paradero y sus subsiguientes sedes. Sé de qué está hecho.

Por eso, le digo: en el Atlas, invariablemente, encuentran el camino correcto para incorrectamente hacer mal las cosas, justamente, cuando empiezan a salir bien las cosas, como ahora, con Rafa Márquez.

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Federico Bassa Atlas
@atlasfc

LOS ÁNGELES -- Atlas tiene nuevo director deportivo. Se llama Fabricio Bassa, es uruguayo y miente. Lo presentó el presidente, Gustavo Guzmán, es mexicano... y sigue mintiendo.

Alberto de la Torre queda fuera. Rojinegro genuino, de cuna, de apellido, de masoquismo comprobado, pero Manobeto es una buena persona que no hace cosas malas, pero hace mal las cosas.

Bassa se inmola a cada palabra, a cada reflexión. Es uno de esos tantos hijos bastardos, futbolísticamente hablando, que ha regado Marcelo Bielsa por el mundo, como accidental incubadora de rémoras.

¿Alguno de los tantos llamados discípulos de Bielsa ha hecho algo en México? Como patronímico del fracaso; como gentilicio del oportunismo, todos ellos anteponen a la escualidez de su currículo, una tarjeta ajena de presentación: "Soy bielsista". ¿Y...?

La más enquistada versión de Bielsa, según él mismo, fue Javier Torrente. En el León, sus jugadores le arrebataron el equipo y él ni la camisa se cambió hasta que lo cambiaron.

Bassa presume también que estuvo al lado de Luiz Felipe Scolari, sin precisar si es más discípulo del campeón del mundo en Corea del Sur/Japón 2002 o en el 7-1 ante Alemania en Brasil.

Bassa miente cuando habla de conocer y entender la pasión, y de sentirse ya amamantado e irradiado por ese fascinante cáncer de sadomasoquismo que implica ser, pertenecer, a la aflicción semanal de ser del Atlas.

¿Cómo puede ya entender que en 90 minutos el aficionado rojinegro va de la euforia y la ilusión, tal vez al compungimiento irredimible?

"Le voy al Atlas hasta cuando gana", es la frase del añorado Ney Blanco de Oliveira, hijo del Santos, tutor de Pelé y con reseñas memorables en América, Atlas y Toluca, aunque él siempre fue al Estadio Jalisco con su jorongo rojinegro presumiendo "yo soy de Cocula".

Así, ¿en un parpadeo del cinismo y del oportunismo, en un carraspeo del descaro, Bassa entiende lo que es el Atlas? Además de la mentira, la infamia de querer engañar a La Fiel, y ante el impertérrito Gustavo Guzmán, cómplice profano en esa fechoría de desfachatez.

Claro, Guzmán, lego y bisoño, también de la historia del propio club que dice dirigir, es testigo del embuste.

"Hay que limpiar el cochinero que dejaron los Gustavos (Matosas y Costas)", dijo hace unas semanas, olvidándose de que en su propio nombre iba implícito el pecado, la acusación, y que el escupitajo que lanzó al cielo se le estampó en la cabeza. Cochinero tripartita, pues.

¿Pero sabrán Guzmán y Bassa de Zetter, de Mercado, del Pistache, de los Delgado, de Chavarín, del Berna, o de extranjeros como Valdatti, Cubero, Albretch, Chumpitaz?

¿Sabrán al menos que la mejor columna vertebral en la historia de la selección mexicana salió del Atlas: Oswaldo Sánchez, Rafa Márquez, Pável Pardo y Jared Borgetti, y que a ellos se agregó Andrés Guardado?

Ni Fabricio Bassa ni Gustavo Guzmán lo saben, mucho menos lo entienden, y menos aún lo sufren. Ejercieron la mentira con premeditación, alevosía y ventaja.

Ser atlista no es una elección, es una devoción estoica por el sufrimiento permanente, en una arquidiócesis del dolor que suma ya 67 años de desengaños, más que de desesperanzas. La autoflagelación de la fe.

En el Atlas el hedonismo se convierte en el placer del suplicio de esperar que cada año no ocurra el milagro de ser campeones, porque entonces, cuál sería el sentido de ser rojinegro... Es el martirio de fecundar la desesperanza.

¿Eso lo entiende ya Bassa? Si Guzmán ni siquiera ha podido, porque ha hecho de la equivocación un culto a su incapacidad. "Fallo, ergo sum (me equivoco, luego, existo)", parafrasearía el presidente del Atlas a Descartes.

"Vengo a cumplir sus sueños", dijo Bassa, como arribista e intrusa versión futbolera del Hada Madrina de esta Cenicienta rojinegra que perdió la zapatilla aquella medianoche del 22 de abril de 1951.

Inundado de obscenas, fracasadas, apestosas y sospechas compras de jugadores, el Atlas ha convertido en estériles sus raíces. Acostumbrado a generar jugadores de gran nivel, hoy el Atlas tiene la matriz más seca que el necrófilo atractivo de Guanajuato: sus momias.

¿Por qué no llegó Ricardo LaVolpe como director deportivo y a hacerse cargo de fuerzas básicas del Atlas, como tanto lo anhela? Gustavo Guzmán lo explicó hace años en petit comité: "Lo prohíbe TV Azteca, no yo. No puedo traer a un entrenador con un antecedente como el de la podóloga (en Chivas), en una empresa que combate fuertemente el acoso sexual".

¿Y Chucho Ramírez? Ha hecho de su peregrinar un apostolado en el futbol de Japón, donde pagan mejor, obedecen sin intrigar, y parten de un principio de orden y disciplina. Sí, igualitititito que el Atlas.

Pero llega, pues, Fabricio Bassa y llega mintiendo al decir que ya tiene al Atlas dentro de la piel y el alma, y claro, tiene aún más adentro, en su cuenta bancaria, la mayor cantidad de dólares que ha visto juntos en su vida.

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Esperanza...

FECHA
13/11
2017
por David Faitelson

Positiva en todos los sentidos la mini-gira mexicana por territorio europeo. México hizo un buen partido el viernes en Bruselas y sacó una victoria de Polonia. Bien, no hay que exagerar, pero tampoco demeritar lo que por momentos propuso México como equipo y lo que mostró también en una faceta individual en jugadores como Guillermo Ochoa e Hirving Lozano, baluartes indudables del empate ante la poderosa selección belga. Hay tintes positivos de que México puede crecer de aquí al y Mundial ofrecernos como siempre una apariencia competitiva ante la exigencia de un campeonato mundial de futbol. Para mí, lo que hay, tras la buena gira europea, es esperanza…

LOS ANGELES, CA.- Hacía el final del día, lo único que parecen tener siempre seguro los aficionados mexicanos al futbol es esperanza. Hoy, la tienen, nuevamente.

México celebra el gol de Raúl Jiménez en Polonia.
Imago7México celebra el gol de Raúl Jiménez en Polonia.

Tan difícil es exagerar como buscar -que siempre habrá de sobra- un sendero negativo. La selección mexicana ha abierto cierta esperanza de que podrá mostrar una faceta competitiva en el Mundial de Rusia 2018. Lo ha hecho revelando personalidad, cierto estilo y nivel de juego y un futbolista diferente que puede ayudar en momentos determinantes. Hemos recibido un “guiño” de esperanza desde el sitio más apropiado para hacerlo: las canchas europeas del futbol.

El empate a tres en Bélgica, del viernes, el triunfo del lunes en Polonia y sobre todo, la manera, la forma en la que México se comportó en la cancha pueden ser síntomas positivos en la era de Juan Carlos Osorio. Tal parece que cuando la selección abandona su “zona de confort” y busca nuevos retos en horizontes de mayor complicación, aflora la mejor parte del futbolista mexicano. Y en Bruselas, hubo una reacción importante en un momento del partido donde parecía que la poderosa selección belga le pasaba por encima a México. Es verdad, primero apareció Guillermo Ochoa y después la emergente figura de Hirving Lozano. Aun así, a pesar de ese par de esfuerzos y baluartes individuales, México también tuvo tiempo de mostrar cierto carácter y juego que fueron parte de la reacción.

No le sumemos de más, pero tampoco le restemos méritos a lo que México propuso y logró frente a uno de los mejores equipos del futbol actual. Lo mismo con el triunfo de anoche en Gdanzk. Es verdad que Polonia venía muy disminuido -sin Lewandowski, para empezar- y con seis ausencias titulares, como también es verdad que México tuvo que hacer muchos cambios por temas de lesión, pero la realidad es que hubo un buen control del partido, dominio y posesión del balón y se mejoró en temas defensivos, sitio del campo donde se habían generado muchas dudas en el pasado reciente. Hoy como ayer, México está para lo mismo en el futbol: tratar de crecer, de acercarse a las grandes potencias y de competir.

Hirving Lozano celebra con la Selección Mexicana.
Getty ImagesHirving Lozano celebra con la Selección Mexicana.

La gran noticia de estos dos partidos de preparación en territorio europeo se llama Hirving Lozano. El joven futbolista del PSV Eindhoven ha mostrado el gran momento, la excelsa y apabullante forma en la que ha “aterrizado” en el futbol europeo. Tiene un enorme futuro por delante y puede ser, finalmente, el futbolista que tanto ha esperado México para generar un cambio importante en la cancha. Pero habrá que tener calma. Hace 7 años, más o menos, lo mismo se decía de otros jugadores como Giovani dos Santos y Carlos Vela. Al final, sus obras quedaron inconclusas. Hoy, ni Gio ni Vela son los jugadores que prometían ser. Hay algo que parece distinto en la mentalidad del llamado “Chucky”, pero vamos despacio con él. Tendrá que seguir aprendiendo, creciendo, madurando y desarrollando las grandes facultades que sin duda tiene. El futbol mexicano ha recibido un respaldo moral de su parte. Tenemos un futbolista en el cual ilusionarse y soñar. No hay, sin embargo, que cargarle demasiado peso sobre los hombros. Es un chico joven.

Hay un “guiño” de esperanza desde Europa. Una selección que es capaz de competir y demostrar personalidad. Le faltan muchos detalles por delante, aspectos que tienen que ver con el ritmo, la intensidad, el futbol asociado y la capacidad de mantener un nivel de juego con mayor regularidad. Aspectos en lo que hay poco tiempo para trabajar, pero donde, en apariencia, existe talento. Un entrenador serio y trabajador -como siempre lo ha sido el señor Osorio- y un grupo que parece motivarse ante la proximidad de un Mundial.

Hoy como ayer, México está para lo mismo en el futbol: tratar de ganar terreno, acercarse y competir frente a las grandes potencias de este deporte.

@Faitelson_ESPN

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México encontró la forma de competir en Bruselas. Primero, con el 'héroe' de siempre, Guillermo Ochoa, que fue capaz de sacar balones que parecían goles de la selección de Bélgica. Y luego, Hirving Lozano, el rápido, profundo, alegre, desparpajado jugador del PSV Eindhoven que terminó dándole un matiz distinto a la actuación mexicana. 

Hirving Lozano celebra con la Selección Mexicana.
Getty ImagesHirving Lozano celebra con la Selección Mexicana.

Buen empate a tres a ante uno de las mejores selecciones del futbol actual, una calentura de esperanza en la fría noche de Bruselas.

México encontró la manera de competir, de darle la vuelta a un partido que perdía y de equilibrar la cancha ante futbolistas de gran clase internacional como Hazard, Lukaku y De Bruyne. La mayor parte del merito la tiene el endemoniado futbolista producido en Pachuca.

Por David Faitelson

CIUDAD DE MEXICO.- Al final, la "fórmula” para descifrar y definir la noche fría de Bruselas parecía muy sencilla: si Hirving Lozano terminaba siendo mejor y más determinante que Guillermo Ochoa, las cosas iban bien para México.

Y así fue, porque la joven sensación del futbol mexicano terminó siendo el más dominante futbolista de todos en la cancha del Estadio Rey Balduino, incluyendo a los consagrados jugadores de la selección de Bélgica -Edden Hazard, Romelu Lukaku o Kevin de Bruyne-. Usted me disculpará el atrevimiento -y hasta la cierta impertinencia-, pero, para “belgas”, esta noche en Bruselas, 'El Chucky' Lozano.

Getty Images

México se ha encontrado de pronto con un futbolista rápido, atrevido, capaz de hacer pedazos de los laterales contrarios, que puede jugar en ambos perfiles de la cancha, que tiene gol y que derrama y contagia alegría al momento de jugar al futbol. Justo lo que el futbol mexicano necesitaba: una esperanza a la cual aferrarse cuando el tiempo para el Mundial se acorta de manera dramática y cuando no encontraba su mejor funcionamiento colectivo.

Es verdad que Ochoa tuvo un partido sobresaliente y en la primera mitad sacó cuanto balón generó el equipo belga. A pesar de tres goles recibidos, las intervenciones de Ochoa valieron “oro puro” para el conjunto mexicano, pero fue 'El Chucky', quien, con su desequilibrio, cambió la tónica de la noche en Bruselas.

Estoy seguro de que la cotización de Lozano ha escalado a partir del juego de hoy en la capital europea. No sólo vale unos cuantos millones más, también, sin duda, aparecerá pronto en el “radar” de los grandes clubes europeos. Tiene la juventud, el futbol y el hambre para hacerlo. Y México lo debe cuidar, como lo que es, una “joya”, que puede marcar diferencia en un partido como el que tuvo hoy ante una selección tope del mundo futbolístico.

Getty Images

Hay muchas cosas que mejorar en la selección mexicana. Siguen existiendo grandes desatenciones defensivas, futbolistas que parecen fuera de su sitio, de la zona donde pueden rendir más. Ese será trabajo de Juan Carlos Osorio, pero la realidad es que esta noche ha sido capaz de meterse al juego, de darle la vuelta a un partido y de equilibrar las cosas.

Al principio, el “héroe” parecía otra vez Guillermo Ochoa -lo cual no suponían ser tan buenas noticias- pero al final, el “héroe” fue otro, un futbolista que tiene desequilibrio, profundidad, regate, disparo, alegría, magia y que llena de ilusiones a toda una afición futbolística. Fue la noche del 'Chucky', la noche “endemoniada” en Bruselas que nos llena a todos de esperanza…

@Faitelson_ESPN

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Sin miedo

FECHA
09/11
2017
por David Faitelson

Eso se desprende o eso entiendo de las palabras del capitán de la Selección Mexicana a horas de enfrentar un partido muy interesante, y también importante, ante la selección de Bélgica en el Estadio del Rey Balduino de Bruselas. El marcador puede ser lo menos importante. Lo que realmente volverá a trascender en la forma, la manera en la cual México afronta el partido y muestra avances que le permitan soñar con trascender en el ya próximo campeonato Mundial de futbol. Hay que tratar de jugar lo mejor posible y sobre todo, hacerlos sin “miedo” a los “fantasmas” del pasado.

CIUDAD DE MEXICO -- No importa el marcador. Importa “el cómo” le ganas, “el cómo” le empatas y hasta “el cómo” pierdes ante una selección destinada a ser protagonista en el próximo campeonato mundial.

Hoy, como siempre, lo que tiene prohibido México es desperdiciar esta maravillosa ocasión de jugar en Bruselas ante un equipo plagado de estrellas de algunos de los mejores clubes y ligas del mundo del futbol...

Jugar sin “miedo”. Supongo que a eso se refería el capitán de México, Andrés Guardado, cuando hablaba ayer de “quitarse los fantasmas del pasado” y soñar a lo grande. Si se trata de eso, estoy con Guardado y con quien piense de esa manera.

Andrés Guardado frente a Trinidad y Tobago.
Imago7Andrés Guardado frente a Trinidad y Tobago.
Y los futbolistas pueden y hasta deben conducir esto al extremo de decir “locuras”, como lo premedito el propio jugador del Real Betis, y sentir que tienen el potencial para ser “campeones del mundo”. Espero que el entrenador, Juan Carlos Osorio, apacigüe o tranquilice esas palabras y que los rivales y el tiempo pongan al futbol de México en su justo lugar.

¿Y cuál es el “justo lugar”? Esta tarde hay una buena forma de averiguarlo cuando la Selección de México se presente en el Estadio del rey Balduino para enfrentar a una de las selecciones de mayor avance en los últimos tiempos en el futbol internacional, un equipo de Bélgica con quizá la mejor generación de futbolistas de su historia, la mayor parte de ellos regados en los principales clubes y ligas del futbol europeo. Estrellas del nivel de Eden Hazard (Chelsea), Romelu Lukaku (Manchester United), Radja Nainngolan (Roma), Mousa Demeblee (Tottenham), Kevin de Bruyne (Manchester City), Thomas Vermaelen (Barcelona), Thibaut Courtois (Chelsea) y Simon Mignolet (Liverpool) entre otros. Un cuadro dirigido por el español Roberto Martínez, que hizo un gran trabajo en el Everton, que es quinto en el clasificación de la FIFA, que se se clasifico sin problemas en la siempre complicada eliminatoria europea y que será cabeza de serie para Rusia 2018. Una Bélgica que muchos expertos llaman a ser la gran sorpresa del próximo Mundial y la colocan, incluso, entre los semifinalistas del evento.

México tiene otra magnífica oportunidad de medirse de probarse, cuando faltan sólo algunos meses para el Mundial y cuando a su futbol le ha faltado una credibilidad competitiva. Bélgica lo puede colocar en el sitio correcto. Ni más ni menos, en el que le corresponde a la Selección Mexicana. Hasta ahora, cuando el equipo de Osorio ha tratado de competir en el “siguiente” nivel del juego, ha fracasado estrepitosamente. Los jugadores y el entrenador han adoptado esa responsabilidad.

De nada sirven los resultados de la Concacaf, el imponente paso que logró esta selección en la fase de la eliminatoria si no se sustentan con la posibilidad de competirle a las grandes potencias. Bélgica es una de ellas.

Hay que pensar como Campeón del Mundo. Guardado tiene razón, pero hay que respaldarlo con actuaciones convincentes en la cancha que demuestren progreso.

Los futbolistas hablan de “fantasmas”. Es tiempo de vencerlos. Siempre ha sido tiempo de vencerlos. Empecemos con ello, esta tarde, en Bruselas.

Jugar “sin miedo”. Lo demás, supongo, llegará con la calidad de los futbolistas y la capacidad del entrenador.

@Faitelson_ESPN

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Velada mágica en Pachuca. La séptima generación del Salón de la Fama ofreció momentos inolvidables, como cuando una gloria de las Chivas y del futbol mexicano, Guillermo 'El Tigre' Sepúlveda tomó el micrófono para llenarnos de emoción, y envolver al futbol en una realidad tan simple y sencilla que nos devolvió a los verdaderos fundamentos del juego. Nuevos inmortales: Ramón Ramírez, García Aspe, Ignacio Calderón, Carlos Miloc, Jorge Valdano, Francisco Gento, Enzo Francescoli y Hristo Stoichkov...

PACHUCA, Hidalgo -- El momento de la noche fue tan simple como extraordinario y correspondió a una de las grandes figuras que la historia de Chivas y del futbol mexicano reconozca. En unos cuantos minutos, en el precioso auditorio Gota de Plata, Guillermo Sepúlveda descubrió el verdadero valor de ser futbolista. La entrega, la lealtad, la integridad y el amor por una camiseta. Sepúlveda entonó frente al auditorio la canción de "guerra" -muy entre comillas lo de guerra- de la época del campeonísimo. Toda una obra, una belleza, salpicada del romanticismo y de los fundamentos que tanto ha perdido este deporte. Lo hacía mientras dejaba boquiabiertos a jugadores y ex jugadores como Jorge Valdano, Emilio Butragueño, Hugo Sánchez, Rafael Márquez, Miguel Mejía Barón, Ramón Ramírez y Alberto García Aspe y a todos y cada uno de los asistentes a la ceremonia de inducción de la séptima generación del Salón de la Fama. 'El Tigre' nos recordó que, al final del día, el futbol cambia poco o no cambia, que su mensaje es más simple de lo que parece y de que los valores más importantes del juego están ahí y siempre estarán ahí para ser explorados y explotados. Mágico momento, como lo fue la noche en Pachuca... La hija de Carlos Miloc, leyendo una carta de amor para su padre, el famoso 'Tanque', el futbolsta y el entrenador... García Aspe agradeciendo a sus padres el haberle permitido ser futbolista... Ramón Ramírez depositando el éxito de su carrera en el valor de su familia... Los legendarios chivas Sepúlveda e Ignacio Calderón hablando ante la mirada atónita de Matías Almeyda... Hugo Sánchez presentando al gran e irrepetible Jorge Valdano, un futbolista que fue más allá de la cancha en pensamiento e inteligencia... La elegancia de Emilio Butragueño para encumbrar al seis veces campeón de Europa, Francisco 'Paco' Gento: de un hijo prodigo del madridismo a otro... Y hasta las ausencias -presentes en alma y espíritu- de dos fenómenos del futbol como Enzo Francescoli y Hristo Stoichkov...

Los acordes de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Hidalgo, José José, la voz de su hijo, José Joel, entonando El Triste para recordar a quienes se nos han adelantado y que provocaron lágrimas en muchos de los presentes... y el final con Aída Cuevas y el "México lindo y querido..." que emociona siempre. Noche maravillosa, mágica, fantástica en Pachuca. Felicidades a los nuevos inmortales, a Toño Moreno, el director del recinto y a Jesús Martínez y a Andrés Fassi por hacer esto realidad. Y al futbol, por ser un deporte de valores, de fundamentos, de una verdad y una romanticismo que, como nos enseñó 'El Tigre', está por encima de los dineros, los intereses y las trampas...

@Faitelson_ESPN

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Si no te “pega” Rayados, te “remata” Tigres. Quien quiera ganar algo en el futbol mexicano este semestre tendrá que ir a Monterrey y jugar contra el impresionante equipo de Mohamed o el no menos atractivo conjunto del “Tuca”. Muchas cosas puede suceder en el futbol más “comunista” del mundo, el mexicano. Se llega a la liguilla y cualquiera puede ser campeón, incluyendo al América, que buscará estropear la Copa a los Rayados y luego perfilarse como el equipos peligroso que siempre ha sido en la liguilla. ¿Lo podrá hacer? ¿Lo hará alguien más? ¿Quién se atreve a ir a Monterrey y desafiar a los dos “gigantes” del futbol mexicano?

Imago7

CIUDAD DE MEXICO.- El que quiere ganar algo en este semestre del futbol mexicano, tendrá que ir a Monterrey. Y si no te “pega” el líder y gran candidato Rayados, te “remata” el siempre favorito Tigres. El mensaje es para quien lo entienda o para quien “le quede el saco”.

Supongo que en el América, y también en otras partes, no sé, quizá en León, en Morelia, en Toluca, en Atlas, en Pachuca y hasta en Cruz Azul, están conscientes de ello. La Liga y también la Copa se perfilan para quedarse en el norte.

La temporada de los Rayados de Mohamed es imponente. El equipo luce por momentos sobrado y espectacular, con un ataque despiadado que encabezan las dos “joyas” colombianas: Dorlan Pabón y Avilés Hurtado y un centro delantero como Funes Morí. “No somos Messi, Neymar y Suárez, pero hacemos nuestra lucha”, me dijo bromeando la semana pasada Avilés Hurtado, quien sin duda compite para ser el mejor futbolista de la campaña. Antonio Mohamed, a quien muchos acusábamos de defensivo, de poseer un estilo precavido y hasta de “temeroso”, ha montado un cuadro por lo que vale la pena encender la televisión y disfrutarlo. Ganarle a los Rayados será una de las grandes condiciones y atractivos del final del semestre futbolístico en México.

Y si falla ese “as”, está el del señor Ferretti. Los Tigres siguen sin convencer. Anoche empataron en Guadalajara ante el Atlas un partido donde tenían ventaja numérica en la cancha desde el minuto 20. Su poderío en el campo de juego es incuestionable. Gignac, Vargas, Valencia, Aquino, Damm, Sosa. Tigres tiene de sobra y también cuenta con un entrenador que marca diferencia en la liguilla. Tigres no juega Copa, así que llegará descansado y concentrado en buscar el título.

¿Qué tan lejos o qué tan cerca están los demás?

Respóndanme ustedes, mis queridos amigos americanistas. Apenas el sábado, el América perdió en Monterrey por la Liga y el día 15 volverán a jugar ahí, en el precioso estadio del municipio de Guadalupe por las semifinales de la Copa. ¿Puede el América vencer a los Rayados? En una buena noche, sí. En una mala noche, podría llevarse tres o más.

No hay que faltarle el respeto a los demás. León y Morelia han hecho un gran esfuerzo por estar a la altura de las circunstancias y no olviden que el torneo mexicano es el más “comunista” de todos: reparte por parejo y permite que equipos plagados de irregularidad en el campeonato terminen bien, se “calienten” en la liguilla y ganen el trofeo.

El América, en lo particular, es un equipo de liguilla, con un tipo de sangre especial, un “ADN” capacitado para jugar esa clase de eventos, con un entrenador que sabe motivarlos. Así que yo no apostaría totalmente contra ellos en una fase final del torneo.

Sea como sea, “la ley del norte” está en ejecución sobre el futbol mexicano. Quien quiera algo, sabe dónde conseguirlo. Cuidado. Si no te pega Rayados, te remata Tigres.

@Faitelson_ESPN

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