Tiene en sus manos un set de Lego Corvette 69 para armar mientras concede la entrevista. Brandon Moreno mantiene tradiciones como esa para distraerse, sobre todo en campamentos y en los momentos más cercanos a la pelea. Es su forma de sacar el estrés, que no ha cambiado ni en estos 18 meses que lleva compitiendo a nivel de campeonato en la UFC.
Este sábado 30 de julio, el mexicano escribe un capítulo más frente a Kai Kara-France por el campeonato interino de las 125 libras en UFC 277 en Dallas, Texas (10 p.m. ET, ESPN+ PPV).
Desde diciembre de 2020, cuando enfrentó a Deiveson Figueiredo con solo tres semanas de anticipación en UFC 256 - un empate mayoritario en las tarjetas de los jueces que fue considerada de las mejores peleas en la historia del peso - la exigencia ha sido constante, en especial desde UFC 263, cuando se hizo del cinturón del peso mosca.
“Todo cambió, mi nombre estuvo alrededor de todo el país por un buen rato. No solo en México, en Estados Unidos y otros países donde son muy seguidores. Las entrevistas, la notoriedad, fue todo cansado, incluso cuando perdí el cinturón, yo pensé que todo bajaría y no fue así”, relata Moreno para ESPN Deportes.
El ‘Bebé Asesino’ considera que ha seguido igualmente ocupado, aún sin ser el campeón. Se mantiene como un peleador con alta popularidad, recibe muchas peticiones de entrevistas, y ha sido invitado a eventos en Londres o Houston, además de cumplir con sus labores como comentarista.
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Tras la derrota en su combate de trilogía en UFC 270, Moreno decidió cambiar de sede. En lugar de alternar entre Las Vegas y Tijuana, en el gimnasio Entram, la rutina se movió a Kansas City, en Glory MMA, con James Krause.
Luego de prepararse en Nuevo México, Sonora, Arizona, California y Colorado durante su carrera, el movimiento parecería algo normal para Moreno, pero con 28 años y una familia más numerosa, el reto crece.
“Por mucho tiempo me la pasé viajando, pero antes era más fácil, porque mi esposa solo tenía a mi hija mayor, Maddie, ahora son tres y es mucho más difícil. Ya no estamos en Tijuana, ahí me podían ayudar mis papás y mis respetos para mi esposa, que ahora tiene que arreglárselas cuando estoy lejos”, asegura el primer campeón de UFC nacido en México.
En ese sentido, la mayor de sus hijas tiene una relación diferente con él. Ya está en la escuela primaria en Las Vegas y comenzó con las clases de jiu-jitsu.
“Se parece a mí, le gusta hacer bromas y chistes, pero a veces es tímida, no le gusta socializar. Hablando del jiu-jitsu siento hasta que la obligo un poco, no le gusta, pero para mí es muy importante que sepa defenderse, el mundo en el que estamos es una locura. Le pedí que llegue a cinta azul, que se sepa defender y después de ahí vemos”, explicó Brandon.
El presidente del UFC, Dana White, ha destacado el potencial de Moreno como estrella, y no solo para los seguidores mexicanos, ya que la respuesta de los fans en Arizona, California y Texas en sus últimas tres peleas dejaron claro su arrastraste. Sin esperarlo, ha tenido que encontrar tiempo en giras de medios y compromisos comerciales para seguir entrenando.
De hecho, Moreno tuvo que ausentarse de las actividades de la UFC Fan Expo, ya que no quería perder el enfoque rumbo a UFC 277 y la revancha ante Kara-France.
“Claro que lo disfruto, me gusta convivir con la gente, pero es un desgaste. UFC me preguntó y les dije que mejor lo dejábamos para después del combate. Ya había estado en el International Fight Week y es una locura”, confesó.
Aunque Moreno se perdió esa oportunidad, en los meses recientes ha tenido muchos encuentros con sus seguidores que, a pesar de que hoy no sea el campeón, continúan en aumento.
“La fila de Houston nunca la voy a olvidar, es la más larga que me ha tocado. UFC me pidió que me quedara otra media hora porque había mucha gente. En Londres, por ejemplo, no te imaginas que en un lugar tan lejano la gente reconozca tu trabajo. Lo imaginas en las ciudades cercanas a México, pero no tan lejos”, reconoció.
Una de esas fans, fue la madre del prospecto de peso gallo Adrián Yáñez, nacida en México y que se declara su admiradora número uno.
“Adrián es un tipazo. Me acuerdo que estaba dando un seminario y me acerqué y al lado de la esposa de mi manager estaba una señora que yo saludé con respeto. Ya luego me explicaron que era la mamá de Adrián, empezamos a platicar y la señora es una tipaza, súper humilde, súper buena onda, te das cuenta que la gente es como es, porque tiene buena educación”, compartió Moreno.
A diferencia de sus combates con Figueiredo, con quien se desató la mala sangre en una rivalidad de tres encuentros, Brandon llega a UFC 277 con un ambiente de respeto ante Kara-France, al que venció en UFC 245 en diciembre de 2019 y reconoce su desarrollo rumbo al combate.
En el American Airlines Center de Dallas será la 13ra aparición en general de Moreno en el octágono, y le espera un enorme set de Lego, la réplica del Estadio Santiago Bernabéu, para celebrar en caso de lograr victoria, un regalo de su esposa que se vería muy bien con una nueva faja en su colección.