De traje verde oscuro, con apenas un colgante brillante pero sutil que combinaba con la gorra negra y gris de San Antonio Spurs que sabía iba a ponerse al ser elegido número 1 del Draft de la NBA. Así, en contraposición a los atuendos extravagantes de algunos de sus colegas, se presentó Victor Wembanyama a la noche de la selección.
A ese buen primer paso, el espigado francés de 2,24 metros le sumó otra aparición pública sin excentricidades. De saco gris, camisa blanca y pantalón negro, siempre a tono con su nuevo equipo, saludó a los fanáticos que tuvieron el privilegio de verlo en su primer día en el estadio de San Antonio. Conferencia de prensa primero, sesión de fotos después, unos tiros al aro para las cámaras, ya vestido con el clásico uniforme blanco de los Spurs, y algunas imágenes más.
Cumplidos los trámites protocolares, Wembanyama tiene en el horizonte su primera temporada en la mejor liga de básquetbol del mundo. Señalado como el jugador del futuro, tildado como el mejor prospecto desde la espectacular y esperada aparición de LeBron James, Wemby hace equilibrio entre la mesura y la confianza que se tiene, algo que lo hace rozar con una actitud que puede ser vista como soberbia.
Previo a la ceremonia del Draft, le preguntaron a Wembanyama si cree que el hype ha ido demasiado lejos. El francés respondió con total naturalidad que no, en gran medida porque sus propias expectativas son igual de altas. “No dejo que esto se meta en mi cabeza porque tengo expectativas tan altas para mí que soy inmune a todas estas cosas. Así que realmente no me importa”, dijo Victor.
Antes de que haya participado de un entrenamiento en la NBA, las comparaciones aparecen por todos lados. Que tiene el tiro de Kevin Durant. Que puede dominar la liga más que Giannis Antetokounmpo. Que será más grande que David Robinson y Tim Duncan, las anteriores primeras elecciones de los Spurs. Que LeBron, que Michael Jordan, que puede ser el mejor de la historia. Tiene talento y físico, pero lo llevaron a la estratósfera y aún no inició la cuenta regresiva para el despegue.
Lejos de las comparaciones y con un intento de bajar las expectativas a tierra, bienvenido Gregg Popovich a la escena. "Se trata de no saltarse pasos. Debe ir de A a B, de B a C, de C a D y así. Tendrá que acostumbrarse a las diferencias en el reglamento con el básquetbol FIBA. Debido a todo el hype, tendrá que cargar un peso, así que para empezar estaremos más interesados en crear un entorno en el que se sienta cómodo, donde pueda ser Victor. No es LeBron, Tim, Kobe ni nadie más, es Victor y eso es lo que queremos que sea", dijo el veterano y sabio entrenador de San Antonio.
Para generarle una red de contención, los Spurs recibieron a Wemby con cuatro leyendas de la franquicia: Tim Duncan, David Robinson, Manu Ginóbili y Sean Elliot. Con sus recomendaciones, si sabe incorporarlas, el camino será más sencillo para el joven de 19 años.
I guess I'm the point guard in this squad...
— Manu Ginobili (@manuginobili) June 25, 2023
Great to meet you, @vicw_32! And always a pleasure to spend time with Sean, 50 and TD. https://t.co/hzwzyamiAN
Ginóbili, de hecho, llegó a la NBA por el camino inverso al de Wembanyama. Si bien había sido campeón y MVP de la Euroliga, además de figura de la Selección Argentina subcampeona del mundo en Indianápolis 2002, su arribo fue en silencio. Manu, elegido en el puesto 57 del Draft de 1999, esperó su oportunidad y construyó su idolatría y se ganó el respeto de compañeros y rivales por lo que hizo en la NBA.
Luka Doncic es otro al que miraban de reojo a pesar de haber triunfado desde muy joven en Real Madrid, tanto en la Liga ACB como en la Euroliga. El esloveno fue MVP de la competencia continental en 2017-2018 con 16 puntos, 4,8 rebotes y 4,3 asistencias de promedio por partido y aún así lo seleccionaron en el tercer lugar del Draft de la NBA en 2018 detrás de Deandre Ayton y Marvin Bagley III.
Wembanyama, que viene de ser subcampeón de la liga francesa con Metropolitans 92, apenas estuvo una temporada en la Euroliga, cuando jugaba para ASVEL. Promedió 6,5 puntos, 3,8 rebotes y 1,9 tapones en los 13 partidos que jugó en la campaña 2021-2022.
Wemby se lució en las selecciones formativas de Francia, con la que consiguió la medalla de plata en el Mundial U19 de 2021, y ya debutó de manera sobresaliente en el equipo absoluto.
Las condiciones del nuevo jugador de los Spurs son excepcionales, pero ya hubo casos en los que la realidad le puso un enorme freno a las ilusiones. Si bien LeBron James cumplió, y hasta superó, cada uno de los desafíos que tuvo por delante, otros fracasaron en el intento. Zion Williamson, un número 1 por el que se generó una enorme expectativa, pasa más tiempo en recuperación de lesiones que dentro de la cancha. A Michael Jordan le nombran decenas de sucesores, como Grant Hill o Harold Miner (apodado Baby Jordan) y ninguno pudo ni acercarse a su nivel.
El arte de la exageración está, y estuvo en ocasiones anteriores, a la orden del día. Es cierto que la responsabilidad no es de Wembanyama sino de quienes eligen la desmesura. Él se refugia, justamente, en el arte. Si no hubiera sido jugador de básquetbol, algo impensado con su altura y talento, el francés se habría dedicado al dibujo, su segunda pasión. "Siento que soy un artista fuera y dentro de la cancha", dijo Wemby. Veremos si la historia que ya todos comenzaron a escribir va acompañada de las ilustraciones de Victor. Él sueña con anillos: "Voy a intentar ganar todos los que pueda".
El crecimiento de Wemby, en todo sentido, es vertiginoso y su impacto en la NBA puede ser notable, pero la ansiedad y la exageración no son los mejores caminos para empezar este recorrido.