Los padres de la jugadora, quienes viven en República Dominicana, nunca han tenido la oportunidad de verla accionar en Estados Unidos, pero a pesar de eso se encuentran al pendiente de todo lo que ocurre en la vida de su hija.
Cerca de 2,522 kilómetros (1,567 millas) separan a la capital de República Dominicana, Santo Domingo de Guzmán, de Baton Rouge en Luisiana y esa es la misma distancia que separa a la jugadora de LSU, Aalyah del Rosario, de sus padres, quienes a la fecha no han tenido la oportunidad de verla jugar en persona.
Ocani Belis y Luisa del Rosario viven en el populoso sector de Villa Francisca en la capital dominicana. Dos nombres conocidos en el mundo del baloncesto en su país, ellos son los padres de la centro de LSU y la principal inspiración para que la jugadora de primer año de universidad decidiera entregarse al mundo del baloncesto, tal como lo hicieron ellos en su momento.
“Yo la tuve a ella (Aalyah) en Estados Unidos. Yo tenía una beca en Texas, pero no sabía que estaba embarazada (…) Según ella fue creciendo, como yo seguí jugando, ella siempre andaba detrás de mí, en todos los juegos, en todos los lados donde yo estaba en la cancha, siempre andaba detrás de mí. Así son los tres (haciendo referencia a Aalyah y a sus hermanos), de ahí es que les gusta el básquetbol”, dijo Luisa del Rosario a ESPN Digital en una entrevista hecha en su hogar en Villa Francisca.
La historia familiar de Del Rosario es evidentemente una de trabajo fuerte, unión familiar y metas claras dentro del baloncesto, así lo dejaron saber sus padres mientras conversaban con ESPN, sin embargo, la distancia siempre ha sido un factor contra el cual han tenido que pelear.
“A veces me siento mal. Quisiera antes de jugar, hablar con ella, decirle que haga esto o lo otro, yo se lo digo por teléfono, siempre, porque siempre me comunico con ella, todos los días (…), pero siempre quisiera estar cerca de ella, para antes y después de los juegos”, agregó la madre de la jugadora.
“El respeto, el cariño, el amor familiar, estar siempre unidos aunque ella esté lejos, nosotros siempre nos reunimos para llamarla (…), siempre hablamos con ella, le tratamos de dar el mayor apoyo, como anteriormente habíamos dicho, un apoyo emocional desde aquí, ya que no podemos estar junto con ella, para decirle cómo son las cosas, cómo debe jugar y en qué está fallando, aunque como dijo su madre, se lo decimos desde aquí, pero no es lo mismo verla frente a frente, explicarle las cosas, darle una palmada, ponerle la mano en el hombro si hace algo mal y decirle ‘levántate y vuelve a hacerlo que tú lo harás mejor’”, señaló Ocani Belis.
Para los padres de Aalyah, la unión familiar, a pesar de la distancia física es la base de todo lo que ella ha logrado y logrará. Están presentes en sus decisiones, pero dejan que ella sea quien las tome. La aconsejan, le comparten lo que ven y siempre están al pendiente del ser humano que es su hija, dentro y fuera de la cancha. Es por ello que sin importar que en estos momentos no puedan acompañarla en el “tabloncillo”, ellos siempre están presentes para su hija.
“Nosotros somos buenos jugadores de básquetbol, pero somos todavía una mejor familia”, sentenció su padre.