Steve Kerr, entrenador de los Golden State Warriors, perdió su tranquilidad acostumbrada por unos segundos y durante el tercer cuarto, y en una pausa del Juego 1 de la final ante los Cleveland Cavaliers, rompió la pizarra de instrucciones mientras gritaba en una reunión con su asistente Luke Walton.
En el tercer cuarto, a Kerr le molestó que los Cavs se acercaran en el marcador y no pudo ocultar su frustración. Tras pedir un tiempo fuera, el entrenador de los Warriors golpeó la pizarra con puño, y logró romperla. Después, tras juntar los pedazos en la duela, se revisó sus nudillos.
En una entrevita posterior, Kerr aseguró que sus jugadores no deben de olvidar que juegan una final de la NBA.
“Tenemos que recordar que es junio”, dijo.
Después del enojo de Kerr, los Warriors retomaron su juego y ampliaron su ventaja ante los Cavaliers.