El escolta Nicolás Brussino galopa a alta velocidad en el baloncesto mundial. Criado en las categorías inferiores del club argentino San Martín de Marcos Juárez, puede presumir de ser el décimo jugador del país en llegar a la NBA en las filas de los Dallas Mavericks y, posteriormente, en los Atlanta Hawks.
Después de su periplo estadounidense aterrizó en las Islas Canarias (España) en diciembre de 2017 para firmar con el Herbalife Gran Canaria. Ese verano volvió a hacer las maletas y se embarcó en un ferry rumbo a Tenerife, equipo con el que llegó a disputar la final de la Liga de Campeones europea el pasado mes de mayo.
Sus buenas actuaciones le reservaron un hueco en la lista de 12 integrantes del combinado argentino que pugnarían por el trono mundial en China. El portentoso juego que demostraron en la cancha fue premiado con una merecida medalla de plata después de caer en la final contra España.
Ahora, Nicolás Brussino inicia una nueva aventura defendiendo la camiseta del Casademont Zaragoza, otro capítulo en su trayectoria que afronta "lleno de ilusión y motivación", cuenta en una entrevista concedida a EFE.
- Llega al inicio del campeonato en un buen momento, en buena forma y recién coronado subcampeón del mundo. ¿Es una buena manera de comenzar una exigente temporada?
- Sí, yo me siento muy bien física y mentalmente, y en lo personal estoy feliz por lo conseguido con la selección en el Mundial. Ahora toca seguir trabajando.
- Es paradójico que Argentina cayese precisamente contra España en la final, el único partido que la afición zaragozana quería que perdiese.
- Es normal. Zaragoza está en España y hay jugadores del club que en ese momento defienden otros colores diferentes a los de los aficionados. Por nuestra parte, estoy muy contento del trabajo que hicimos. Fue un gran Mundial tanto en la faceta individual como en la del equipo. Demostramos al mundo que podemos hacer un buen baloncesto, y es una lástima que en la final no pudiéramos plasmar todo ese juego que hicimos durante el torneo.
- Además se deshicieron por el camino de grandes selecciones como Francia o Serbia.
- Francia, Serbia, Polonia… Desde que comenzó la fase de grupos impusimos nuestro juego colectivo en todos los partidos, pero en la final no pudimos. España fue justa vencedora.
- Una plata con sabor agridulce por la derrota pero que al mismo tiempo da muchas ganas para afrontar el reto de los Juegos Olímpicos.
- Con el buen Mundial que hicimos este grupo se puede permitir soñar con cosas grandes. El año que viene tenemos los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 para demostrar que esa plata no fue fruto de la casualidad. Ahora cada uno tenemos que seguir trabajando en nuestros respectivos equipos y en el proceso de selección.
- En menos de una semana ha pasado de jugar la final de un Mundial en China a un amistoso con su nuevo club en Balaguer (Lérida). ¿Cómo se sobrepone uno a tantos kilómetros, al ‘jet lag’ y a jugar con gente a la que no conoce en tan poco tiempo?
- Al principio me costó. El viaje de regreso de China fue duro porque me pasé un día yendo de un lado para otro, sin olvidar la importante diferencia horaria que hay. Por otro lado, estar en una ciudad nueva, en un equipo con jugadores y entrenadores nuevos hace que las energías se renueven. Creo que ese cansancio que fueron los Juegos Panamericanos de Lima y el Mundial hace que cueste un poco adaptarse a este nuevo proyecto, pero estoy contento con el recibimiento que me ha dado el equipo y la afición. Vengo muy ilusionado.
- ¿Qué tal esta primera semana con sus nuevos compañeros?
- Muy bien. Ha sido una semana de adaptación a los sistemas de juego del equipo y mis compañeros me están ayudando. A algunos ya los conocía de haber jugado con y contra ellos.
- Siempre es más fácil adaptarse a la ciudad y al equipo cuando se conoce a alguien en el vestuario.
- Sí, eso siempre hace las cosas más fáciles tanto dentro como fuera de la cancha.
- Uno de ellos es Rodrigo San Miguel, alguien muy querido en Zaragoza y con el que coincidió la temporada pasada en Tenerife.
- Desde que he llegado a Zaragoza cada necesidad que tengo le pregunto directamente a él. Me ayuda al igual que el resto de mis compañeros, pero tener a alguien conocido es algo muy bueno. Además él salió de este club y ésta es su ciudad, así que su ayuda es muy beneficiosa para mí.
- Apenas ha jugado unos minutos en el último amistoso contra Morabanc Andorra y este jueves ya comienza la temporada. ¿Cómo se ve de cara a este primer partido contra Gran Canaria?
- Me siento bien. Estoy cómodo con el sistema de juego que plantea 'Porfi' (Fisac) y con el equipo. Es cuestión de que pasen los entrenamientos y los días para mejorar la conexión con mis compañeros.
- En ese sentido, Porfirio ya le habrá puesto deberes para ponerse al día con el resto del equipo.
- Me ha explicado muchos sistemas de juego, tanto defensivos como ofensivos. Con trabajo y tiempo iré sintiéndome más cómodo de lo que estoy ahora e iré asimilando más los conceptos que él quiere.
- La temporada pasada el equipo hizo soñar a la afición logrando el cuarto puesto. ¿Continuará el sueño este año?
- Ojalá. Tenemos material para hacerlo, una buena mezcla de talento, juventud y experiencia. Eso no quita que no haya que trabajar muy duro cada día, entrenar muy bien todos los aspectos en ataque y en defensa. Después ya se verán los resultados, pero esta plantilla tiene ilusión y compromiso para llegar lo más lejos posible.
- La base de la plantilla es la misma que la temporada pasada y se ha reforzado con jugadores que conocen la Liga y también la Liga de Campeones, como es su caso.
- Sí, la plantilla se ha reforzado en todos los puestos con más experiencia y talento. Ahora tenemos que demostrar esas cualidades en la cancha, y sobre todo la experiencia porque en estas circunstancias es algo que le viene muy bien al equipo.
- Y por eso también la presión por hacerlo bien en las dos competiciones será más alta.
- No sé si se puede decir que es presión. Más bien compromiso e ilusión de llevar al equipo lo más alto posible y en eso estamos a tope. Después los resultados ya se verán con el trabajo del día a día.