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Los Mets se quitan de encima al Caballero Oscuro

AP Photo/Lynne Sladky

Terminó la estancia de Matt Harvey en Nueva York y se fue por la puerta de atrás.

Quien parecía destinado a la grandeza en el béisbol es apenas un recuerdo borroso de aquel que deslumbró con su talento a los Mets de Nueva York, que lo escogieron en la séptima selección general de la primera ronda del draft del 2010.

Lesiones, pero sobre todo, su actitud, descarrilaron una carrera que prometía un mundo y ha quedado en nada.

Hasta que el equipo se cansó y lo colocó en el mercado, enviándolo a los Rojos de Cincinnati a cambio del receptor Devin Mesoraco.

Además de sacarse de encima a un elemento tóxico dentro del clubhouse, Nueva York adquiere a alguien que puede ayudarlo mucho en un departamento problemático.

En una misma semana, los Mets perdieron a su cátcher titular Travis d'Arnaud y a su reserva Kevin Plawecki.

Eso los llevó a apelar al venezolano José Lobatón y al inexperto puertorriqueño Tomás Nido, lo cual ha incidido negativamente en los resultados del equipo en las últimas dos semanas, cuando los Mets cayeron de la cima al tercer lugar de la División Este de la Liga Nacional.

No es que Mesoraco sea una superestrella de la receptoría, pero está más capacitado que Lobatón y Nido para conducir al cuerpo de serpentineros de ''el otro equipo de Nueva York''.

Aunque perdió la titularidad en los Rojos ante la competencia de Tucker Barnhart, ganador del Guante de Oro en el 2017, Mesoraco puede aportar mucho detrás del plato y además traer tranquilidad al manager debutante Mickey Callaway, que ya no tendrá que lidiar con las distracciones que provoca el indisciplinado Harvey.

Y quién sabe si alejado de las tentaciones de la Ciudad que Nunca Duerme, en la aburrida Cincinnati y sin la presión de un equipo contendiente, el talentoso lanzador --que es innegable que talento tiene-- encuentra una nueva vida para recuperar una carrera que parece irse por la cañería.

Aún está a tiempo y sólo depende de él.