Como siempre, Castro salvó la noche

La velada cordobesa no había empezado bien, primero, Giménez, uno de los ídolos locales, fue noqueado brutalmente. Y luego, la "Tigresa" Acuña vio su sueño hecho trizas por jueces ineptos. El eterno Castro se puso la capa de "héroe nacional del boxeo"

CÓRDOBA - La velada de este viernes era, sin dudas, una de las más importantes del año. En su primera vez como estadio anfitrión de boxeo, el imponente estadio Superdomo Orfeo recibía a dos de las figuras más taquilleras de Argentina - Jorge "Locomotora" Castro y Diego "Rocky" Giménez - más el agregado de la siempre atrayente Marcela "Tigresa" Acuña.

Garantía de buen espectáculo, entonces. Y casi la plena seguridad de asistir a una noche inolvidable. Sin embargo, "inolvidable" no es sinónimo de satisfacción, como quedó demostrado. No señor. Por el contrario, dos enormes decepciones inauguraron la velada.

Primero, Giménez , uno de los ídolos locales, fue noqueado brutalmente. Y a continuación, la "Tigresa" vio cómo su largamente acuñado sueño de convertirse en campeona del mundo se hacía trizas por culpa de dos jueces ineptos.

Entonces, como tantas otras veces, el eterno Castro tuvo que ponerse la capa de "héroe nacional del boxeo" para salir el ruedo y salvar la noche con otra de sus fantásticas actuaciones.

La primera reflexión que deja el amplio triunfo de Castro (121-8-3, 84 KO's) sobre el estadounidense Etienne "ET" Whitaker (27-8-2, 16 KO's) es que el "Roña" todavía tiene pasta como para darle batalla a cualquier exponente del primer nivel (especialmente, dentro de la categoría de los semipesados).

En realidad, esto se sabe largamente. Pero es como si necesitáramos comprobarlo cada cinco o seis meses. Cada vez que Castro tiene que afrontar un compromiso serio, no deja dudas de su capacidad, aún en la recta final de su carrera.

Una vez más, Castro fue el único en la noche capaz de arrancarle una ovación al extrañamente frío, casi helado público cordobés. Por cierto, una mega velada de primer nivel como ésta reunió algo más de 4 mil personas, cuando se esperaban cerca de 10 mil. ¿Este público necesita que pelee Mike Tyson para asistir al estadio, o es que las entradas eran demasiado caras?

Como decíamos, Castro ganó con claridad casi todos los asaltos (tarjetas: 100-89, 100-86.5 y 100-88) con una excelente trabajo sobre el cuerpo de su adversario, que dejó como saldo tres costillas fisuradas en el estadounidense.

En realidad, las cinco o seis últimas vueltas estuvieron totalmente demás, ya que la potencia de Castro ya había abrumado a Whitaker (en el séptimo, visitó la lona después de recibir tanto castigo abajo). Por cierto, la labor de la esquina del visitante (liderada por el entrenador Frank West) estuvo plagada de irresponsabilidad y hasta rozó la crueldad.

La segunda reflexión importante indica que si un hombre de 36 años como Castro es el único capaz de despertar entusiasmo (OK, quizás también Jorge "La Hiena" Barrios), el boxeo argentino ha caído nuevamente en un pozo profundo. Dios salve al "Roña", entonces...

¿EL FIN DE GIMÉNEZ?
Tal como habíamos previsto algunas semanas atrás, Giménez (24-2, 17 KO's) fue vapuleado por Jorge Noriega (23-12, 20 KO's), un colombiano sin demasiados recursos boxísticos, pero con una pegada de acero.

Justamente, el rival menos indicado para un hombre que venía de recibir mucho castigo en sus últimas peleas y que, sobre todo, su gran defecto es no saber defenderse.

Pero, bueno, esto no es una sorpresa, ya que la carrera de "Rocky" ha sido pésimamente manejada en cuanto a la elección de rivales se refiere.

Cuando estaba en pleno ascenso, le trajeron como rival a otro colombiano (Jaime Rangel) zurdo, buen boxeador y pegador, a fines del año pasado. El cordobés ganó en una de las mejores peleas de los últimos tiempos, aunque no sin antes visitar tres veces a la lona. Esto, evidentemente dejó secuelas en él.

Para colmo, cuando todavía se estaba recuperando de aquella batalla, tuvo que enfrentar a Aldo Ríos, otro rival muy complicado, que lo frustró toda la noche y terminó ganándole con mucha claridad.

En su últimas dos presentaciones (en el Luna Park, ante César Leiva y Roberto Arrieta) Giménez había dejado muchas dudas, ya que, a pesar de haber ganado había recibido demasiados golpes.

La noche del Orfeo no fue diferente en este sentido, aunque esta vez el resultado fue catastrófico. Cada vez que Noriega acertaba (con ambas manos), Giménez se caía. De hecho, esto ocurrió tres veces (en el primer, segundo y quinto asaltos) y el combate no se terminó antes simplemente debido a la enorme guapeza del cordobés, que al finalizar el quinto le pidió a Alcides Rivera, que le diera una oportunidad más antes de que le tirara la toalla.

Pero de poco sirvió, porque el colombiano acertó una brutal derecha en el séptimo, que acabó con su ilusión y, quizás, con su carrera. Esta derrota no significa en absoluto que "Rocky" deba retirarse, pero quedó ampliamente demostrado que no tiene futuro alguno en el plano internacional.

Por un lado, el instinto de cazador de Giménez no ha permitido que aprenda una lección básica: cómo defenderse. Y, por el otro, su capacidad de asimilación es cada vez menor, lo que podría llevarlo a terminar siendo noqueado por cualquiera.

DURMIENDO CON EL ENEMIGO
En otra de las atracciones de la noche, la "Tigresa" Acuña iba en busca del título del mundo, versión súper gallo de la Federación Internacional de Boxeo Femenino (IWBF). Después de varios años de lucha personal, durante los cuales tuvo que superar obstáculos de todo tipo, su sueño estaba más cerca que nunca. Sin embargo, no contaba con el enemigo íntimo.

Si bien es cierto que esta vez Acuña (9-3, 4 KO's) no tuvo ni remotamente el brillo de otra veces, lo cierto es que había hecho lo suficiente como para ganarle a la jamaiquina (radicada en los Estados Unidos) Alicia "Slick" Ashley (8-4-1) por dos o tres puntos.

Pero dos de los tres jurados no opinaron lo mismo, sin embargo. Oscar Seleme (Argentina) fue el único que falló como correspondía (97-95 para la formoseña). Mientras que los otros dos vieron ganar a Ashley por 96-94.

Párrafo aparte para estos dos ineptos. En realidad, lo de la estadounidense Terry O'Neill es, de alguna forma, comprensible. No es la primera vez que un jurado extranjero favorece descaradamente a sus intereses. Pero lo insólito es que el argentino Carlos Villegas se haya puesto del lado de la visitante, cuando no había motivos boxísticos para hacerlo.

Es difícil creer que un hombre tan experimentado pueda ser tan inepto, lo que lleva a suponer que quizás existieron "otras" razones para un fallo tan vergonzante.

Los rumores que corrieron en Córdoba hablaban de conspiración, debido a un supuesto enfrentamiento entre la Federación Argentina de Box (Villegas fue designado por esta entidad) y el promotor Mario Arano (tiene contrato con Acuña).

Darle crédito a estos rumores se hace muy difícil de creer. Aunque en esta Argentina de hoy, encontrar incapaces es tan frecuente como toparse con gente que vendería a su propia madre con tal de llenarse los bolsillos o ganar espacios de poder.

SEBASTIÁN CONTURSI es redactor especial de ESPNdeportes.com.

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domingo, 17 de noviembre