Livera: en el nombre de Tito

Cuesta creer que en la oficina principal del Luna Park ya no esté Juan Carlos Lectoure, pero el estadio no quedó huérfano: su sobrino Esteban Livera se hizo cargo y cuenta sus proyectos

LIVERA ESTÁ A CARGO
El sobrino de "Tito" Lectoure, un fanático de Oscar de la Hoya, tomó las riendas del Luna Park
(ESPNdeportes.com)
BUENOS AIRES - Todavía cuesta creerlo: en la oficina principal del Luna Park ya no está Juan Carlos Lectoure. Su prematura muerte, a principios de este año, dejó a esta ciudad sin uno de sus personajes más notorios y al legendario estadio sin su protector incondicional.

En aquel momento, algunos creyeron que el Luna se quedaría huérfano para siempre. Sin embargo, pocos contaban con Esteban Livera, sobrino de Tito, quien durante diez años había estado aprendiendo silenciosamente los secretos del oficio.

El Luna, entonces, siguió adelante con su camino, sin mayores sobresaltos. Hasta que en julio pasado, Esteban decidió apostar fuerte: el Luna volvería a organizar boxeo después de 15 años.

Como si el reencuentro del boxeo con su estadio favorito en la Argentina se tratara de un designio natural, aquella noche, que, además, sirvió de homenaje a Lectoure, resultó inolvidable. Las tribunas estuvieron colmadas, hubo un gran desfile de figuras legendarias y hasta se consagró campeón mundial Omar Narváez.

Todo fue perfecto, pero la pregunta de los amantes del boxeo quedó flotando en el aire: ¿habría sido aquella la última vez?

Por fortuna, a Livera lo entusiasmó la reacción de la gente y la repercusión obtenida y volvió a poner una ficha grande. Tanto él como su esposa Mora - encargada del área de comunicaciones - han concentrado sus esfuerzos para que el deporte de los puños vuelva a estar entre los más destacados del Luna Park.

Para tener una idea de las ganas que le están poniendo a la cosa, mientras Mora diseña el afiche de la próxima velada, Esteban mira un póster de Oscar de la Hoya y se atreve a soñar con tenerlo peleando en el estadio.

Ante la sorpresa de este cronista, se apura a replicar. "No hay que reírse tanto, Oscar estuvo más cerca de pelear aquí de lo que muchos se imaginan", cuenta orgulloso.

Por ahora, tendrá que conformarse con el esperado choque de pesados, entre Fabio "La Mole" Moli y Marcelo Domínguez (que no es poco), el próximo 19 de octubre, que promete volver a llenar el Luna. Como en las viejas épocas, ¿vio?

- ¿Qué recuerdos tenés de Lectoure cuando eras chico?

- Venía y estaba sólo dos minutos con él, porque siempre estaba ocupado. Siempre había una larga fila de personas esperándolo. Lo recuerdo siempre trabajando y fumando como loco.

- ¿Cómo empezó tu relación con el boxeo?

- A la semana de haber nacido, en Mar del Plata, me trajeron a Buenos Aires y el sábado me llevaron a ver boxeo en el Luna. Pero realmente empezó a gustarme a los ocho o nueve años, cuando empecé a numerar las entradas en los festivales que mi padre realizaba en Mar del Plata. Tengo una foto con Carlos Monzón, y también recuerdo haber ido a comer asados con Víctor Galíndez. Aunque como era muy chico, no sabía muy bien quiénes eran.

- ¿En aquella época avizorabas de alguna forma que podías terminar en el sillón de Lectoure?

- Para nada. Ni siquiera imaginaba que terminaría viviendo en Buenos Aires. Y, menos, que iba a trabajar en el Luna. El Luna era de Tito. Nosotros, en mi familia, lo veíamos como el "tío famoso, el tío millonario", que en la Fiestas siempre caía en Mar del Plata con regalos bajo el brazo. Jamás se cruzó por mi cabeza la posibilidad de trabajar aquí. Mi objetivo era tener un estudio contable en Mar del Plata.

- ¿Cómo se produce el acercamiento, entonces?

- Tito me pagaba la universidad. En julio de 1991 tuvo que operarse del corazón y por ese entonces estaba con la producción del musical "Drácula". Como tenía que recuperarse, mi madre me pidió que le diera una mano. Entonces, lo fui a ver y le pregunté cómo podía ayudarlo. Comencé controlando a los porteros del estadio y, poco a poco, me fui ganando la confianza de Tito. A fin de ese año me nombró productor ejecutivo de "Drácula", siempre enseñándome varios de los secretos que había que saber.

- ¿Allí fue cuando tuviste tu propia oficina en el Luna?

- Desde enero de 1992 estuve en una oficina contigua a la de Tito y, entonces, escuchaba las negociaciones con productores, promotores, representantes, etc. En ese momento era "mirá y escuchá", para ir aprendiendo los secretos de la profesión.

- ¿Alguna vez Lectoure te sugirió que podías llegar a ser su sucesor?

- Una sola vez, en 1993, cuando estuve a punto de irme del Luna. Tito me dijo que quería que yo aprendiera, para continuar su camino. Pero fue solamente esa vez. Pero, obviamente, su muerte fue algo muy traumático e inesperado. Nadie esperaba algo así, porque era muy joven y su muerte se produjo justo cuando parecía que estaba recuperado de su afección. Lamentablemente, a él le faltó mucho por enseñarme y a mí mucho por aprender de él.

- ¿Cómo fue el primer día sin Lectoure en la oficina?

- Fue muy difícil, porque todo fue muy repentino y hubo que hacer tantas cosas que ni siquiera pude hacer el duelo por su muerte. Pero, bueno, había que seguir adelante. Entonces, Ernestina - tía de Lectoure y dueña del estadio - me dijo: "Tito te estuvo enseñando, así que ahora tenés que mostrar lo que sabés". Me dio todo su apoyo y me pidió que continuara para sacar al Luna Park adelante.

EL LUNA VUELVE A PONERSE LOS GUANTES

- ¿Cómo surge la idea de volver con el boxeo?

- El año pasado nos sentamos con Tito a planificar qué haríamos para festejar los 70 años del estadio, que se cumplían el 5 de marzo de este año. Tito sugirió hacer una serie de eventos tradicionales y mencionó de todo, menos el boxeo. Entonces, yo le sugerí hacerlo. Al principio no le gustó la idea, pero le acerqué un proyecto y finalmente se entusiasmó. A él le gustaba mucho Pablo Chacón, que, además, ya era campeón del mundo. Entonces, decidimos hablar con Osvaldo Rivero (manager de Chacón), con quien contrariamente a lo que se dice por ahí, Tito no tenía problemas. Tras la muerte de Tito, consulté a Ernestina acerca de hacer boxeo y ella me dijo que también lo había estado pensando, así que decidimos seguir adelante con la idea. Si Lectoure se hubiera negado en su momento, por supuesto que no, nunca habríamos hecho boxeo.

- ¿El festival del 13 de julio pasado resultó como lo imaginaban?

- Si, sin dudas. Menos la parte económica, todo lo demás superó las expectativas que teníamos. Nos vimos respaldados por todos, público, prensa, empleados del estadio, etc. Esa noche mucha gente se me acercaba con lágrimas en los ojos, agradeciendo la vuelta del boxeo al Luna. Además, nosotros nos sentimos muy cómodos.

- ¿Después de esa noche pensaste de algún modo en volver a la vieja época de un Luna Park eminentemente boxístico?

- No, yo sabía que iba a ser una forma de volver a abrir las puertas. Pero actualmente no se puede hacer la cantidad de festivales que se hacían hace 20 ó 30 años. La intención es hacer cuatro, seis o diez peleas por año.

- ¿Tu sueño es convertirte en un nuevo Lectoure?

- No, no podría ni parecerme a él. Estoy orgulloso simplemente con tener algunas características de su persona, como la dignidad y el respeto por la palabra empeñada. Yo sólo sueño con hacerle bien al boxeo. Por el Luna, por la sangre que llevo.

- ¿El Luna Park será único promotor de sus propios festivales, o existe la posibilidad de asociarse con alguien?

- A partir del 13 de julio pasado las puertas están abiertas como para, eventualmente, hacer co-promociones.

- Estuviste en Las Vegas, viendo De la Hoya vs. Vargas...¿viajaste simplemente porque te gusta De la Hoya?

- No, tanto yo como mi esposa fuimos a aprender un poco. Además, tuvimos algunas reuniones. Por ejemplo, con gente de la empresa de De la Hoya, que tiene a su cargo varios boxeadores. Entre ellos, el argentino Guillermo Saputo. La idea es que los boxeadores de De la Hoya vengan a pelear aquí, contra argentinos.

- ¿Cuál es la expectativa para el próximo festival, el 19 de octubre, cuando se enfrenten Moli y Domínguez?

- Creo que todo va a ser más tranquilo para nosotros en lo que hace a nervios. Pero pienso que va a venir más gente todavía. El 13 de julio vino mucha gente porque era un acontecimiento muy especial, y quizás no tanto por la pelea en sí. Pero muchos que no pudieron venir la vieron por televisión y les gustó mucho, así que no querrán perderse esta segunda función. Además, esta vez las entradas costarán casi la mitad (entre 8 y 60 pesos). Moli vs. Domínguez es una buena pelea y, además, también va a pelear Diego "Rocky" Giménez, en el semifondo.

- Hablando de Giménez, ¿por qué no pelea con Jorge Barrios?

- Bueno, yo hablé con los promotores de ambos boxeadores, ya que la intención sigue siendo realizar ese combate. Pero, por un lado, Giménez estuvo preso y, fundamentalmente, Mario Arano me dijo que Barrios tenía otros planes, como pelear por un título del mundo. Además, con él tampoco nos pusimos de acuerdo en varios aspectos. De todas formas, estoy esperando que me llame para ver si la hacemos el año que viene. Si es por Giménez, la pelea se hace.

- ¿También van a organizar festivales durante el verano?

- Vamos a hacer algo en Mar del Plata. Hay que recordar que hace varios años se hacía un ciclo boxístico llamado "el Luna Park veranea en Mar del Plata", desde el primer viernes de enero hasta Semana Santa. La idea es reeditar eso, aunque haciendo muchas menos peleas. Por ahora, hemos confirmado dos. La idea es que en una de ellas esté Chacón y en otra Narváez, aunque ambos sin exponer sus títulos mundiales.

SEBASTIÁN CONTURSI es redactor especial de ESPNdeportes.com.

 ENVÍALO | MÁS ENVIADOS

Boxeo argentino
Una noche mágica de boxeo y glamour
El Luna Park vuelve a vivir el sábado
Chacón vuelve a ser el de siempre
Castro y Barrios se lucieron
Rocky Giménez va por la buena senda
Gilberto Jesús Mendoza da la cara
Sicurella, al borde del retiro
Domínguez ganó otra vez sin convencer
Denominador común, el regreso
Narváez, un campeón con el manual
sábado, 05 de octubre