La intención suena hermosa: más equipos, más inclusión, más justicia. ¿Es así?
El CFP ya no es un Playoff, es un experimento social supervisado por un comité que muchas veces prioriza la tradición y el peso histórico de los programas sobre el momento real que viven los equipos.
La postemporada del College Football cuenta con 12 equipos y desde entonces no llegó para ordenar el caos del fútbol colegial. Llegó para institucionalizarlo, convertirlo en producto y venderlo como espectáculo premium.
Es como cambiar tu celular que funcionaba perfecto por uno con tres cámaras extra, un botón misterioso y una función que jamás usarás, pero te dijeron que ahora es “más inteligente”. Así, tal cual, es el nuevo CFP.
La intención suena hermosa: más equipos, más inclusión, más justicia. La realidad: más interpretaciones, más lobby, más afición frustrada y más argumentos circulares cada Selection Sunday.
Ahora hay 12 invitados al baile, sí. Pero siguen siendo muy pocos los que salen felices cuando la música se detiene. Y este tema inicia este fin de semana porque con algunos campeonatos de conferencia en puerta, la fiesta la pueden arruinar algunos que no estaban contemplados para ser invitados de honor o siquiera los habían contemplado en la lista preliminar.

BYU vs Texas Tech
Dinamita Cougar vs muro Red Raiders, campeonato del Big 12, que da un boleto, no a descansar, pero sí a participar.
Bear Bachmeier (QB, BYU), El tipo que puede convertir un tercera y largo, en espectáculo. Su doble amenaza obliga a Texas Tech a no dormirse en la lectura. Si bajo presión sabe tirar, improvisar y cuidar el balón, BYU deja de ser un equipo “simpático” y se vuelve un peligro real.
LJ Martin (RB, BYU), El metrónomo del plan. Controla el tiempo, reloj y paciencia del rival. Más que yardas, entrega narrativa: desgaste, control y la posibilidad de convertir el partido en guerra de posesiones.
Chase Roberts (WR, BYU), El veterano que aparece cuando todo se pone tenso. Manos seguras, rutas de maestro. Es la opción que Bachmeier busca cuando la defensa presiona.
Jacob Rodriguez (LB, Texas Tech), El antídoto. Inteligente, físico y con olfato para arruinar drives. Si impone ritmo, BYU tendrá que pelear por cada yarda como si fuera la última.
Si la defensa de los Red Raiders convierte esto en una guerra de trincheras y turnovers, BYU paga caro. La diferencia está en quién controla el reloj y convierte cada tercer down en dolor.

Georgia vs Alabama
Trincheras que deciden imperios, aquí otro lugar a la mesa entre ambos que si estaban contemplados, pero uno se sentará a esperar en la segunda ronda, el otro, avanzará al camino largo, pero ojo el Crimson Tide tendría 3 derrotas y eso daría argumentos a especular su salida, que difícilmente sucederá por ser, de los que organizan la fiesta con regularidad.
Gunner Stockton (QB, Georgia), más agresivo, más temible. Stockton prospera si la línea ofensiva le entrega tiempo; con él, destroza zonas, jerarquiza el ataque y convierte errores en castigos.
Zachariah Branch (WR, Georgia), Velocidad más yardas después de la recepción igual a desequilibrio instantáneo. Una pantalla o un hueco y Branch puede terminar en la zona roja con la grada callada y la marca buscando respuestas.
El factor definitivo. No es glamur ni highlights; es músculo, técnica y minutos en la cancha. Si resisten la presión, Alabama controla el tiempo y manejo del reloj. Si colapsa, Stockton se convierte en presa.
Esto no se gana en el perímetro. Se define entre hombres grandes, sudor en la cara y bloqueos que duran segundos, pero cambian partidos.

Indiana vs Ohio State
Sueño monumental o pesadilla inevitable, por la supremacía del Big Ten.
Fernando Mendoza (QB, Indiana), Preciso, móvil, cerebral. Mendoza no busca el highlight; busca control. Si domina el tiempo, Indiana podrá convertir cada posesión en aceite que ralentiza al motor de Ohio State.
Balance ofensiva–defensa (Indiana). No son flashes; son sistemas. Si Indiana corre bien, administra el reloj y no regala explosiones, compiten. Si se encierran en “ver qué pasa”, Ohio State los aplasta como cualquier predador con hambre.
Indiana debe jugar como underdog inteligente. Control del reloj, cero errores, y Mendoza como artífice. Si logran eso, esto no será solo una sorpresa: será un golpe directo a la lógica del football moderno.
Esta temporada no es para tímidos. Es para los que jalan del gatillo, los que juegan físico y los que saben construir leyendas en noviembre y diciembre.
Para los ganadores: Validación inmediata. Un BYU que gana escribe currículum para acceso al CFP y justifica futuras firmas de NIL; una Georgia dominante aplasta dudas y llena vitrinas; una Indiana victoriosa reescribe su marca con reclutas mirando con otros ojos. Cada victoria alimenta sponsors, donaciones y el relato que vende.
Otros juegos que pueden hacer que esto se convierta en algo más es; Duke ante Virginia, ACC y Tulane ante North Texas, AAC. En el primer caso los Cavaliers tienen amplio margen de favoritos y a ellos pertenecería el lugar, pero sí Duke lo obtiene, con su marca, daría lugar a que por primera ocasión el campeón de la ACC estaría sin lugar en la postemporada.
Mientras que el ganador de Tulane y North Texas, ellos podrían entrar de manera directa, ahora.
Miami y James Madison que estará jugando ante Troy su campeonato del Sun Belt, podrían argumentar su pase, los Hurricanes están en el mismo escenario, por ello.
Para los perdedores: No es solo perder un juego. Es perder momentum, atractivo para reclutar, valor de mercado para entrenadores y poder de negociación en la era del NIL. Un mal resultado en diciembre puede costarte transferencias, ventas de boletos y hasta la paciencia del booster más millonario.
El CFP no vino a limpiar el caos; lo institucionalizó y lo convirtió en producto. Ahora se vende drama, se negocian narrativas y se premian historias. El Comité no solo clasifica equipos: elige narrativas que alimentan pantallas y bolsillos.
Fue diseñado para multiplicar debates, ratings y oportunidades de negocio. Si quieres espectáculo, aquí lo tienes. Esto es College Football 2025: todo en un solo snap. Y apenas arrancamos el episodio uno.
Todo esto lo verás por ESPN y Disney+. No mires solo el marcador: sigue a los nuevos agentes del Caos. Todavía falta ver quién entra y quién sale después de lo que tendremos este fin de semana.
