El equipo Culé goleó 4-1 como local a los bávaros con tres goles de Raphinha y pudo sacarse de encima el estigma del equipo alemán al que no podía vencer desde 2015.
Cuco: ser imaginario con que se mete miedo. Esa es la definición de la Real Academia Española. Para Barcelona cabía tranquilamente otra definición: equipo alemán, de nombre Bayern Munich, que pueden usar una camiseta roja o blanca, dependiendo de partido. No había caso, para el Culé, el equipo bávaro era una barrera casi inexpugnable. Las estadísticas son frías, a veces odiosas, pero siempre sirve para marcar un dato real, nada de relato. Catalanes y muniqueses habían chocado 13 veces por UEFA Champions League, con ¡10 triunfos alemanes y apenas dos de Barcelona. En el medio de la racha, el inolvidable 8-2 de Bayern en 2020, en plena pandemia, en el choque único de cuartos de final de la trastocada edición del torneo debido al Covid-19. Es más, desde ese partido, jugaron cuatro veces más, todas con victorias bávaras y con el Barça sin siquiera poder anotar un gol. Ni la Era Messi sirvió para mitigar una paternidad que calaba hondo en el espíritu barcelonés, que no vencía a Bayern desde 2015. Pero, como siempre se dice, las rachas algún día se corta y… ¡Llegó! Con Hansi Flick en el banco, Barcelona venció 4-1 en la tercera fecha de la fase liga.
Parece cosa e’ Mandinga. Porque en aquella goleada histórica, el entrenador de Bayern era Flick. Sí, increíble pero real. Aquel 8-2 generó un fuerte temblor en Barcelona y obligó al comienzo de una profunda reestructuración que terminó hasta con la inesperada salida de Messi, poco tiempo después. Los hinchas de Barcelona masticaron cada una de las derrotas contra Bayern. En la Champions 21/22, fue doble 0-3 en los choques de la fase de grupos. Y en la 22/23, otra vez se cruzaron en la misma zona, con 0-2 en Alemania y un 0-3 en el Camp Nou. Tal vez no tengan que jugar más en su casa, porque con la su cancha en obra, gran revancha de este miércoles fue en el Estadio Olímpico de Montjüic.
Y si de tomarse revancha se trata, qué mejor que hacerlo con una goleada memorable. No fueron ocho, pero sí cuatro, que no es poco. Con una figura estelar, Raphinha, autor de un sensacional hattrick. La segunda guitarra de la orquesta culé fue Lamine Yamal, con gambetas, aceleraciones, cambios de frente y pases mágicos. Para dolor de Bayern, Robert Lewandowski hizo valer la ley del ex y se prendió a la fiesta con su tanto que evitó festejar.
Nadie imaginó semejante resultado en los primeros 20 minutos del partido. Porque si bien el brasileño, con pasado de Leeds United, abrió la cuenta al minuto, a partir de ese momento fue todo de los dirigido por Vincent Kompany. Hasta que llegó la igualdad de Harry Kane (el hombre que cruzó la barrera de los 400 goles y sigue sin lograr un título), antes de los 20. Pero desde ahí, Barcelona se acordó de jugar y dominó hasta el cierre del primer tiempo, que cerró 3-1 con los tantos del polaco y el segundo de Raphinha.
El comienzo del segundo tiempo mostró al Bayern más adelantado y en la búsqueda de descontar. Y parecía que podía llegar, hasta que una rápida contra, con intervención especial de Yamal y definición de Raphinha y la historia quedó sellada y guardada.
La victoria acomodó a Barcelona en la fase liga, después de su estreno con derrota contra Mónaco y la goleada ante Young Boys. En la próxima cita visitarán a Estrella Roja en Belgrado. Para los alemanes, la Champions arrancó cuesta arriba. Enhebraron su segunda derrota en fila (venían de caer contra Aston Villa) y apenas tienen tres puntos (triunfo contra Dinamo Zagreb en el debut). En la próxima fecha, los de Kompany recibirán a Benfica con la obligación de ganar y recuperar su imagen.
La noche catalana se terminó con fiesta para el local. Y se fueron a dormir con la tranquilidad del que el Cuco dejó de ser tan Cuco. Y, como si fuera poco, llegan en alza a un choque de esos que siempre quieren ganar: Real Madrid en el Bernabéu, por la LaLiga, que lideran con tres puntos de ventaja sobre el Merengue. Pero esa será otra historia y se desarrollará en el fin de semana. En Champions se sacaron un estigma de encima.