Boca y Racing juegan el primer capítulo del compromiso más importante del año, cuya primera función será en La Bombonera. Los cuartos de final de la CONMEBOL Libertadores cruzarán a dos grandes del fútbol argentino que comparten el sueño de la gloria continental.
El Xeneize está guiado por la ilusión de volver a levantar la Copa hace tiempo, busca la séptima casi desde que terminó de festejar la sexta en 2007. Edición tras edición apostó todas sus fichas a esta competencia internacional, sin éxito y con grandes frustraciones de por medio, como la inolvidable final ante River en Madrid. Cada año parece que es "el año" y el desenlace termina en desilusiones.
Una vez más, Boca va de nuevo a la carga. Con sus jugadores, hinchas y dirigentes convencidos de que ahora sí será. Que esta vez hay argumentos para sostener la ambición. Se reforzó para eso y le trajo al ámbito local una de las incorporaciones más estruendosas de los últimos tiempos: Edinson Cavani.
El uruguayo, figura internacional y artillero de gran trayectoria, fue recibido como un profeta en La Bombonera. No solo porque la gente crea que sus goles y su experiencia pueden ser el salto de calidad que el equipo está necesitando, sino porque su presencia significa hacer carne las expectativas, ponerles una cara y un cuerpo, un responsable.
No solo la jerarquía de Cavani ilusiona al hincha de Boca, también la experticia de Sergio Romero hace revolver viejos y buenos momentos en los que Boca tuvo que defenderse desde el punto penal y obtuvo grandes alegrías. Con esa adrenalina bien latente llega Chiquito a la cita ante Racing, después de limpiar a Nacional desde los doce pasos en octavos.
El gran presente de otros jugadores como Valentín Barco, Exequiel Zeballos y Cristian Medina le aportó frescura al plantel y, ante todo, le devolvió la dinámica de juego. En la Boca se recuperó la sensación de que los protagonistas sabrán qué hacer una vez que la pelota llegue a sus pies (algo que le venía costando regularizar en los últimos años).
Racing es el gran rival que debe superar el Xeneize para seguir en camino y es sin duda uno de los oponentes que no quería cruzarse. Comandada por un viejo y querido conocido como lo es Fernando Gago, la Academia tiene aspiraciones claras y también marcó la cancha en el mercado de pases.
La incorporación de Roger Martínez y de Juanfer Quintero fue un mensaje fuerte y claro para todos los del continente, sobre todo para los compatriotas: "Vamos por Boca primero y por la Copa, después". Pero el primer colombiano se lesionó después de demostrar lo importante que es para el equipo y no estará disponible para el partido de ida (tal vez tampoco en la vuelta), mientras que el segundo necesita recuperar ritmo y obliga al DT a administrar sus cargas.
Almendra es otra de las incorporaciones que llegaron para pelear la Libertadores y sí estará a disposición de Gago para medirse con Boca en la llave de cuartos. El joven de pasado xeneize tuvo una semana caldeada por un nuevo cruce mediático con Darío Benedetto y volverá a La Bombonera en un partido con carga emocional agregada.
Racing debe tomar la importante decisión de si saldrá a buscar el partido o intentará defenderse en La Boca para liquidar la serie en su casa. No es una tarea sencilla porque los de Pintita se sienten más cómodos cuando dominan y presionan al rival, pero eso puede significar un riesgo demasiado alto en La Bombonera, donde es sabido que la localía pesa y mucho.
De todas formas, la Academia cuenta con el beneficio de cerrar la llave en Avellaneda y tiene las buenas sensaciones frescas de cuando se hizo enorme ante Atlético Nacional para conseguir la clasificación con una goleada 3-0.
Boca está obligado a hacer valer los 90 minutos en su cancha y en esa búsqueda irá Almirón, plantando un equipo agresivo por las bandas que sea filoso para encontrarse con el olfato goleador de Edinson, que será el gran referente del ataque.