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Piqué, el penúltimo Mohicano

Con Gerard Piqué, se va uno más de los mayores triunfadores del Barça moderno. Getty Images

Gerard Piqué acabó llorando en el césped. Frío y calculador, chulo en ocasiones y personaje indiscutible, abandonó el Camp Nou sin disimular unas lágrimas que cortaron su emotivo discurso de despedida ante una hinchada entregada.

"Cuando te haces mayor te das cuenta que a veces estimar es saberse marchar. Y tengo la suerte de que después de tanta pasión y amor con el Barça era momento de dejarnos un poco de espacio. Sé que en un futuro volveré a estar aquí" afirmó, micrófono en mano, después de haber sido manteado por sus compañeros y habiendo dado la vuelta de honor al Camp Nou, despidiéndose de una afición que mayormente le idolatró y que aún guardando en la memoria fotos durísimas de recordar como Roma, Anfield o Lisboa (una colección que marcará a esta generación de ganadores), le supo reconocer, y premiar, los 14 años que ha permanecido, y triunfado, en el primer equipo del Barça.

Con Piqué, con su marcha, se va uno más de los mayores triunfadores del Barça moderno. Apenas queda Sergio Busquets de aquel equipo que bajo las órdenes de un novato Pep Guardiola conquistó en el verano de 2009 el primer triplete de la historia del club. Valdés, Alves, Puyol, Abidal, Xavi, Touré, Iniesta, Messi, Eto'o, Henry, Márquez, Busquets, Keita, Bojan, Gudjohnsen, Hleb, Sylvinho. Y Piqué.

Llegó para ser un central de banquillo y se comió el mundo desde el primer día y el último, entendiendo la necesidad de "dejarnos un espacio, de saber marchar", se despidió con la grandeza de las leyendas que son eternas.

BUSQUETS Solo queda él. Y por pocos meses, puesto que se entiende seguro que a final de temporada abandonará el Barça al que llegó junto a Gerard en el verano de 2008. Piqué lo hizo en un camino de ida y vuelta desde Manchester y Busquets, descubierto por Guardiola, desde el filial, después de demostrarle al hoy técnico del City que lo tenía todo para ser la referencia posicional de un equipo que hizo historia.

Busquets vive sus últimas actuaciones como azulgrana sin perder nunca la compostura. No tiene el brío del pasado, nunca tuvo velocidad pero con el paso de los años se ha comenzado a notar que el físico a veces no le alcanza en un juego de más ida y vuelta del que él desearía, pero cuando el equipo sigue junto y compuesto, mantiene ese toque excepcional que le hace tan imprescindible como a veces invisible.

DE JONG El Barça le busca un heredero a Busquets sin atender, por lo que parece, a que tiene en Frenkie de Jong a uno inmenso. El neerlandés no levanta nunca la voz jugando de lo que haga falta, pero cuando Xavi, como hizo ya Koeman la pasada temporada, le da los galones y lo coloca en la posición del catalán, su personalidad, arrolladora, y físico, excelente, se dejan notar.

Conduce, combina, presiona y remata con una soltura digna de tener muy en cuenta y volvió a mostrarlo en este partido frente al Almería. Cerró la victoria rematando a boca de gol el rechace del portero. Un gol de fácil ejecución pero notable atención. Llegó desde atrás, se sumó a los delanteros desde la segunda línea. Y eso no lo hace cualquiera.