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Mathías Corujo dijo que no quiere volver al fútbol uruguayo: "Si voy al Campeón del Siglo y los hinchas de Peñarol me putean, me muero, no voy a poder disfrutar"

El uruguayo Mathías ‘Chiche’ Corujo, actual futbolista de Sol de América de Paraguay, habló en el programa ‘Último al arco’ (Radio Sport 890 AM), repasó sus años en Peñarol y confesó que no quiere volver al fútbol uruguayo porque quiere estar tranquilo y disfrutar de su familia.

“Hoy no quiero jugar en el fútbol uruguayo, porque quiero estar tranquilo con la familia, me cansé de la presión, de las puteadas, me saturó; retirarme en Wanderers sería divino pero me planteo la situación de ir a jugar al Campeón del Siglo y que me puteen los hinchas de Peñarol y me muero” confesó el jugador de 34 años.

Y agregó ante ese supuesto escenario: “Ese día no podría ir con mi familia, si me putean de otros equipos me río, pero si los hinchas de Peñarol me putean por esto último del reclamo me voy a poner muy mal y no voy a poder disfrutar”.

Corujo manifestó que está asqueado del fútbol y que si hoy juega es exclusivamente para que sus dos hijos lo vean entrar a una cancha: “En cualquier momento me retiro, no quiero seguir sufriendo y que con 45 años no pueda patear una pelota con mis hijos; luego de retirarme trataré de hacer lo posible para no estar en el fútbol”.

A pesar de jugar en el exterior, ser parte de la selección uruguaya y de disputar una final de la Copa Libertadores con Peñarol, Corujo ha sufrido varios reveses a lo largo de su carrera. El primero fue en 2007 cuando estando en Wanderers dio positivo por metabolito de cocaína en un control antidopaje:

“Fue una injusticia total; es la peor situación para un jugador, que te cataloguen como ‘falopero’ y en realidad nunca me puse un cigarro prendido en la boca. Eso llevó a que debutara en la selección recién con 28 años, yo hubiese debutado antes, estoy seguro.”

El lateral volante agregó: “Me sacó muchas cosas como la posibilidad de ir a Europa, pero en ningún momento pensé en dejar el fútbol, yo quería lo mejor para mi familia. Hasta el día de hoy pienso que tiene que haber algo para poder demostrar (mi inocencia), para quedar limpio. A los 23 años volví a jugar y hasta los 32 cada vez que tenía un control antidoping iba temblando, porque no sabía el motivo por el que me había salido positivo”.

“Al fútbol lo amaba, pero desde ahí le hice una cruz, a partir de ese momento yo juego al fútbol por plata, el día que me dejen de dar plata no juego más, no sufro más; fue un click en mi vida, era para lo mejor y me vino lo peor, me quedo con que pude salir y pude vivir del fútbol formando una familia hermosa” afirmó Corujo.

Con la ayuda de su familia, el futbolista pudo sobreponerse a esa situación pasando a jugar en Peñarol, con quien disputó la final de la Libertadores 2011 ante Santos (‘Once contra once sin Neymar la ganábamos nosotros’). Luego jugó en Cerro Porteño, Universidad de Chile, San Lorenzo y en el 2017 retornó al aurinegro.

“Llegué con las mejores expectativas, con la ilusión de mejorar lo hecho en 2010, 2011 pero no me fue bien. Jugué pocos partidos en dos años, no hice ningún gol, fueron dos años malos; si bien ganamos campeonatos, yo si no juego y no soy protagonista no es lo mismo, los disfruté pero hubiese sido más lindo jugar y ser figura, quedé en deuda con Peñarol” comentó el futbolista.

En su segunda etapa fue relegado por Guillermo Varela en el lateral y como volante por derecha estaba jugando muy bien Diego Rossi. Además, en mayo de 2018 se confirmó una dura lesión: “Cuando terminé de hacerme la resonancia, el doctor Rienzi me dijo que me había roto toda la rodilla, y nos dijo que la lesión demoraría entre nueve y diez meses y pensé en dejar todo. Luego con el apoyo de la familia, me puse como objetivo que mis hijos me vieran disfrutar dentro en una cancha”.

Tras recuperarse se mantuvo relegado y con escasa participación. Se había ido Varela, pero Ezequiel Busquets y Giovanni González tenían grandes rendimientos. “Yo estaba muy abajo, era el tercer o cuarto lateral para el técnico y debía buscar una salida y salí de Peñarol no como yo quería” recordó Corujo.

En julio del 2019 el entrenador Diego López le comunicó que el club no le iba a renovar contrato. De todas maneras, le ofreció ser parte del plantel que viajaría a Miami para culminar la pretemporada: “Hablé con la familia y con mi representante, y decidí ir para disfrutar los últimos días en Peñarol”.

El club tenía importantes deudas salariales con el futbolista. Así recordó la situación Corujo: “Lo que me calentó fue que veía a todos los dirigentes en el hotel en Miami y ellos saben cómo soy, cómo me manejo y no fueron capaces hablar conmigo y decirme: ‘Tenemos una deuda importante, ¿cómo hacemos? Vamos a refinanciarla’. Era decirme solo eso, yo le iba a decir que sí, no tengo problema con Peñarol, lo amo desde chico, si hasta le dije dos veces a Nacional que no quería jugar ahí”.

El futbolista agregó: “Esa actitud no la tuvo ni de (Jorge) Barrera ni de nadie, me calentó, terminé la pretemporada y esperé quince días más sin club, entrenando por mi cuenta. Y no me llamaron en ningún momento para arreglar la deuda y no me quedó otra que ir a la Mutual de Futbolistas, era la plata de mi familia”.

“Sé que quieren lo mejor para Peñarol pero los dirigentes conmigo no se portaron de la mejor manera, el tema se arreglaba en cinco minutos, en ese momento estaba re caliente” finalizó el actual jugador de Sol de América.